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¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir tus estudios y tu futuro?

Ya han dado las notas de la EVAU y ahora muchos jóvenes se acercan a ese momento de elegir la carrera, y no es fácil, ¿Qué consejos podemos darles?

    Es cierto Lourdes, no es fácil, es un momento importante, y ahora hay que recopilar la máxima información posible para poder elegir.

    Para hacer una buena toma de decisiones hace falta información. Por eso: mira el plan de estudios de las carreras que te interesan, las salidas laborales, habla con gente que haya estudiado lo mismo…

    Si estás muy perdido, te puede ayudar contestar estas preguntas:

    ¿Qué es lo que te gusta hacer?

    La pasión es el principal motor para desarrollar nuestro potencial. Si no disfrutamos con lo que hacemos será muy complicado destacar, llegar a ser buenos y dar ese plus necesario para conseguir la excelencia.

    ¿Qué es lo que se te da bien?

    Nos puede gustar mucho algo, pero para ser buenos necesitamos destacar y lograr resultados. Si no se nos da bien es complicado llegar a sobresalir. No obstante, no olvidemos la importancia que tiene el aprendizaje, que siempre podemos mejorar gracias al esfuerzo personal y a los buenos maestros.  Recordemos a Picasso: La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando.

    ¿Aporta valor a otras personas?

    Para que este propósito se pueda convertir en nuestra profesión, necesitamos que esto se trasforme en un resultado por el que alguien esté dispuesto a pagar dinero. Sino nos quedaremos en un hobbie, que también puede aportarnos un gran bienestar emocional, sin embargo, no sería realista pretender vivir de ello.

    ¿Qué huella queremos dejar en las personas que nos rodean?

    Es complicado, pero se trata, desde el realismo, decidir cómo deseamos vivir nuestra vida, qué clase de huella nos gustaría dejar en el mundo, en las personas que nos rodean.  Sabiendo que no siempre acertaremos y que es normal no saber lo que queremos hacer con nuestra vida. Sobre todo, cuando somos jóvenes es más difícil tenerlo claro. Sin embargo, podemos aprender de nuestros errores, y en ocasiones podemos acercarnos a nuestro objetivo a base de descartar lo que no nos gusta.

    Nuestro objetivo no tiene porqué dirigirse sólo al ámbito laboral, querer hacer la vida agradable a los que nos rodean, a nuestra familia… es un propósito tan digno como conseguir un puesto de relevancia en una gran empresa.

    ¿Qué querías ser cuando eras un niño?

    Echar la vista atrás y pensar cuál era nuestro sueño cuando éramos pequeños nos puede ayudar a definir nuestro objetivo. ¿Qué querías hacer de mayor cuando aún eras un niño? ¿lo recuerdas? ¿se acerca o se aleja de lo que estás haciendo ahora? Responder a estas preguntas quizás también nos ayuden a encontrar nuestro Ikigai o propósito de vida.