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«HIT», «Atypical» y «Sex Education»: series para debatir conflictos con los jóvenes «empantallados» Colaboración con el diario ABC

¿Son estas producciones son herramientas útiles para abordar ciertos temas espinosos con los jóvenes? Eso sí, siempre desde el debate y no desde la imposición.

Por Helena Cortés

La educación es un tema que preocupa a todos, pero por el que pasamos de puntillas en demasiadas ocasiones. De la inquietud del cineasta Joaquín Oristrell como padre nació la serie «HIT» (TVE), que retrata la lucha de un profesor nada convencional para acabar con los comportamientos más nocivos de un grupo de adolescentes conflictivos. «Es una serie familiar del siglo XXI, pensada para generar debate», reivindica el creador de la ficción que cierra este lunes su primera temporada.

Voluntad de debatir y rebatir

«Se dice que los adolescentes hablan poco, pero si te acercas a ellos desde una perspectiva de trabajo, como hemos hecho nosotros con los actores de la serie, hablándoles de sus gustos e intereses, sí se abren. Necesitan mucha comunicación. Aunque estén «enpantallados» tienen la voluntad de debatir y rebatir, no son ostras», reconoce el guionista, que admite que le costó encontrar un tono creíble para padres e hijos que mezclase el «puro entretenimiento» con el mensaje que querían transmitir. Su mayor reto fue abordar asuntos complicados propios de la edad (autolesiones, abusos, tensión sexual…) sin caer en la moralina, tratando siempre de entender la raíz del problema y la causa de su dolor.

Aleccionamiento adulto

Huir de ese aleccionamiento adulto que cree tener siempre la respuesta correcta es, según la psicóloga Silvia Álava, la manera idónea para abordar en casa los asuntos complejos, espinosos y delicados que tratan en muchas producciones juveniles. «Algunas series visibilizan ciertos problemas que pueden quedar escondidos (abusos, violencia, sexo…) y nos ayudan a debatirlos con los adolescentes y fomentar su sentido crítico. Eso sí, hay que preguntarles siempre desde su visión cómo ven ciertas conductas y situaciones, porque si no perdemos la posibilidad de dialogar», subraya esta experta, que cree que «HIT», por ejemplo, es un ejemplo constructivo. En muchas ocasiones, además, pone de manifiesto la importancia de pedir ayuda. «Esos comportamientos existen en muchos centros, pero no se dan todos a la vez en un mismo aula como ocurre en la serie», resalta.

Carmen Arrufat, una de las protagonistas de «HIT», que sigue aún en el instituto, reconoce entre risas que su clase es «más tranquilita». «Al principio no fue consciente de todos los temas que tocamos. Pero en la lectura conjunta con el director sí percibí que hablamos de cosas necesarias. Muchos amigos de mis padres llaman para darnos las gracias porque dicen que muchos temas que contamos les animan a hablar con sus hijos de sexo, drogas… Por redes sociales también hay muchos chicos que nos cuentan su experiencia con el acoso», señala la joven. «Al final, creo que mola ver historias de gente de tu edad, porque las cosas han cambiado mucho desde que nuestros padres eran jóvenes, y el hecho de que todo sea ten diferente y poder contar los problemas de hoy es muy interesante», añade.

Cara B

«La parte negativa es que algunas series de televisión normalizan ciertas patologías. Parece que consumir drogas o utilizar el sexo para conseguir algo a cambio es lo normal, por lo que podemos generar el efecto contrario, que los jóvenes piensen que sus padres deben estar orgullosos porque no beben o se drogan», advierte Álava, que insiste en la importancia de enfocar adecuadamente los temas que se plantean.

En su opinión, también series como «Atypical» y «Sex Education», ambas de Netflix, son ejemplos positivos para ver en familia. La primera cuenta la historia de un adolescente con autismo que busca ser más independiente y encontrar el amor. La segunda se centra en las aventuras de un tímido adolescentes que acaba abriendo una consulta sobre sexo en el instituto gracias a lo que ha aprendido de su madre, una desinhibida terapeuta sexual. «Hoy en día, con la cantidad de dispositivos en los que vemos la televisión, se ha perdido la costumbre de ver series y programas en familia, todos juntos, y se pierde la oportunidad de sacar ciertas conversaciones muy interesantes», concluye Álava.

FUENTE: Diario ABC