Padres y madres «quemados». Colaboración con el diario La Vanguardia

Escrito por Javier Ricou
El «burnout» parental es un mal moderno, propio de progenitores obsesionados, como nunca, en proyectar su imagen en sus hijos
… El entorno laboral exige a los padres mucho esfuerzo y apenas les queda energía al llegar a casa.
La especialista en psicología infantil Silvia Álava coincide con Ubieto en que
el error de muchos progenitores es intentar satisfacer su ego a través de sus hijos y obsesionarse con proyectar su imagen en los niños . Las madres y padres deben de realizarse por sí mismos, nunca a partir de sus hijos.
Marcarse un nivel de autoexigencia muy alto en la educación de los hijos tampoco es una buena receta.
«Hay que ser realista, saber hasta dónde podemos llegar y cuáles son los límites de las exigencias a los hijos», indica Álava.
En la actualidad niños y padres suelen estar ya saturados por el exceso de actividades exigidas a los primeros y la saturación laboral de los segundos. A todos les queda muy poco tiempo para la conciliación familiar. «La sociedad actual es mucho más exigente tanto con los padres como con los hijos», añade esta especialista en psicología infantil, autora del libro Queremos hijos felices.
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