La tecnología avanza a pasos agigantados. Un ejemplo de ello son los asistentes virtuales. Si en 1968 alucinábamos con Hal en ‘2001: una odisea en el espacio’, en 2018 esta tecnología está más que asentada en la sociedad. Siri, Alexa… son los asistentes de voz de nuestros dispositivos y su objetivo es facilitarnos la solución ante cualquier duda. Para los más pequeños de la casa también abren la puerta a un mundo de posibilidades pero… ¿dónde están los límites? La línea entre la máquina y el humano se vuelve cada vez más difusa.

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