En la Jungla. La publicación de una madre estadounidense ha generado un debate en Facebook sobre si los niños deben compartir siempre sus juguetes en el parque.
La escena le resultará familiar a muchos padres porque ocurre cada día en los parques infantiles. Un niño se acerca con sus juguetes y los demás, prendados de ellos, tratan de arrebatárselos. El niño recula, duda y se resiste a entregarlos.
Algo similar fue lo que describió una madre estadounidense, Alanya Kolberg, en un post de Facebook que se ha convertido en viral y que ha generado polémica precisamente por las indicaciones que le dio a su hijo Carson. En lugar de invitarle a compartir, Kolberg le animó a decir «No».
El texto, titulado «Mi hijo no está obligado a compartir con los vuestros», fue publicado el pasado 19 de abril en su perfil en Facebook y desde entonces ha sido compartido por más de 223.000 personas.
Kolberg explica en el texto que su hijo de seis años llegó al parque dispuesto a compartir «su Transformer, su figura de Minecraft y su camión» con la hija pequeña de su amiga, pero cuando otros niños se lo pidieron al mismo tiempo se vio «sobrepasado». Entonces, ella intervino para explicarle que podía negarse. «Por supuesto, en cuanto dijo que no, los niños corrieron a decirme que no estaba compartiendo», señala en el post. «Eso hizo que otros padres me miraran mal. Pero esto es lo que pienso: si yo, una adulta, fuera al parque con un bocadillo ¿estaría obligada a compartirlo con desconocidos?¡No!».
En su exposición posterior Kolberg indica que «el objetivo de los padres debe ser enseñar a sus hijos a comportarse de adultos». Y añade: «Conozco a muchos adultos que claramente nunca aprendieron a compartir de niños, pero también sé de bastantes que no saben decir que no a otra gente, a poner límites, a cuidarse de sí mismos. Yo incluida».
Una reflexión, que además de ser compartida por miles de personas, ha recibido más de 600 respuestas en la sección de comentarios. Mientras unos aplauden la sinceridad de sus palabras, otros cuestionan que los valores que está trasmitiendo a su hijo sean los más acertados.
¿DEBEN O NO DEBEN COMPARTIR LOS NIÑOS?
«En realidad, lo que se está debatiendo aquí son dos cosas distintas», explica a EL ESPAÑOL por teléfono la psicóloga infantil Silvia Álava. «Por un lado es cierto que debemos enseñar a los niños compartir, pero no es menos importante enseñarles a ser asertivos, aprender a negociar… Y son conceptos que no tienen por qué estar reñidos».
Álava, que es autora de los libros Queremos hijos felicesy Queremos que crezcan felices, señala que el título del post puede ser muy llamativo para captar la atención de otros padres, pero no debe confundirnos. «No se trata tanto de no compartir como de hacer entender al niño que, al igual que él no tiene derecho sobre los juguetes de los demás, ellos tampoco lo tienen sobre los suyos», explica. «En ese sentido la autora del texto sí que apunta algunas cosas importantes: que los niños deben aprender a negociar, a pedir las cosas por favor, a convencer al otro para intercambiar sus cosas -«tú me dejas esto y a cambio yo te doy estoy a ti- y, por supuesto, a asumir que a veces te dirán que sí y otras veces que no».
Una error muy frecuente, señala la psicóloga, es trasladar una situación cotidiana y muy habitual entre los niños, a la esfera de los adultos: «Los adultos solemos aportar connotaciones extras -«tu hijo es un egoísta, un maleducado»- a comportamientos infantiles que no las tienen», recuerda. «En la mayoría de estos casos, si no intervenimos y dejamos a los niños que negocien solos, ellos lo resuelven de forma satisfactoria. La sobre protección es uno de los principales errores en la educación hoy en día».
Según la edad de los niños, la forma de explicar estos conceptos variará. A partir de los dos años, cuando se empieza a desarrollar el concepto del «yo», tenderán a negarse a compartir. «Evolutivamente es normal a esa edad», señala Álava, «así que tampoco podemos pretender explicarles lo que significa compartir desde el punto de vista de un adulto, pero esto no quiere decir que no lo vayamos introduciendo con frases como «Si compartimos, todos nos lo vamos a pasar mejor» y, sobre todo, les demos autonomía para que vayan negociando con otros niños de su edad».
Una vez que cumplen los cuatro años, los padres ya pueden empezar a trabajar conceptos más elaborados como la empatía. «En este momento se desarrolla lo que los psicólogos conocemos como la Teoría de la Mente– recuerda Álava, «y entonces sí nuestros hijos ya pueden entender que, aunque somos personas independientes, podemos tener intereses en común con otros que hay que establecer a través de la negociación».
Si nada de lo anterior funciona, y los niños se enrabietan porque no quieren prestar sus juguetes o porque no se los quieren dejar a ellos «no pasa nada. Ya se lo explicaremos más adelante. Las cosas no son blancas ni negras y los adultos muchas veces le damos más importancia de la que tiene para los niños», concluye Álava.