Los hombre no tienen la misma presión social que las mujeres. Diario ABC – Congreso nacional para racionalizar los horarios españores – ARHOE
Ellas siguen siendo las que más tareas asumen en el hogar, el cuidado de los hijos y de los mayores, según se apuntó en el XII Congreso Nacional Arhoe
TEXTO: Laura Peraita @LauraPeraita
La corresponsabilidad es una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Los expertos señalan que aún no existe un reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como la organización, el cuidado, la educación de los hijos, de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres.
Ante la necesidad de avanzar en este asunto, ayer se inauguró el XII Congreso Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles, organizado por Arhoe, bajo el título «Corresponsabilidad: personas, familias y empresas». En su turno de palabra Silvia Álava, directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes y autora de libros como «Queremos hijos felices», no dudó en señalar que educar en la corresponsabilidad es un pilar clave y necesario en el avance y consecución de la igualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad.
Pocos avances
En su opinión, las mujeres se han formado y están igual de preparadas para desarrollar el trabajo de los hombres al mismo nivel. «Sin embargo, siguen siendo las que más tareas y responsabilidades asumen en el ámbito del hogar, en la educación de los hijos e, incluso, en el cuidado de mayores».
Explicó que el 98% de las mujeres son las que disfrutan del permiso de maternidad. «Todavía pocos hombres lo solicitan, y eso puede ser porque no hemos avanzado lo suficiente y aún está “mal visto” en muchas empresas. Y ¿qué ocurre si hay que cuidar de un mayor? En el caso de tener que coger una excedencia, en el 85% de las ocasiones la solicitan también las mujeres», aseguró.
Javier Urra: «Hace falta mucha más moral, más ética, y enseñar a los niños el significado de la corresponsabilidad»
Entre las causas de esta situación, Silvia Álava señaló que puede deberse al rol tradicional de la mujer como cuidadora y a la alta presión que la sociedad impone a la mujer. «Los hombres no tienen la misma presión por parte de la sociedad. Pero es importante que asuman su papel como educadores, porque si no, se alejan de su desarrollo integro como padre, hijo, ser autónomo y responsable. Y, con el tiempo, llega el arrepentimiento por la ocasión perdida».
Para Javier Urra, doctor en Psicología y primer Defensor del Menor en España, uno de los grandes problemas es que no se prepara a los niños para el hoy y el mañana. «Actualmente se educa a un niño diciéndole «tú eres para ti”, y a las niñas, sin embargo, se les transmite otro mensaje: “tú eres para tus hijos, tu marido, tus mayores…”. Esta visión debe cambiar para que la corresponsabilidad sea posible. El reto está en educar a la infancia en el tú, y no en el yo. Se habla mucho de empatía, de la neurona espejo, de ponerse en el lugar del otro… Falso. La gente se quiere a sí misma. Hace falta mucha más moral, más ética, y enseñar a los niños el significado de la corresponsabilidad porque contamos con niños que viven una infancia muy “blandita” que están muy protegidos», aseguro este experto.
Valía profesional
El problema añadido, según puntualizó Silvia Álava, es que los niños cuando crecen y maduran se incorporan al mundo laboral en empresas donde todavía abundan diferencias entre la valía de los profesionales según sean hombres o mujeres y donde existen unos altos niveles de presentismo. «Midamos resultados en función de la productividad, no del número de horas presenciales. Pese a ser uno de los países donde más horas se trabajan, en España estamos a la cola de la productividad».
Destacó que los psicólogos ven en consulta a miles de personas que se debaten emocionalmente entre su vida personal y laboral. Sienten que no tienen posibilidad de elegir y sacrifican su vida familiar y personal aunque, pasado un tiempo, se encuentran ante un vacío difícil de llenar y con situaciones que les estallan en las manos y les hacen arrepentirse de la decisión que en su día tomaron. «En los últimos años, la insatisfacción profesional, el aumento de la presión en el medio laboral, la impotencia para conciliar las obligaciones de la vida diaria para llegar a todos los sitios, para apagar todos los fuegos, atender el trabajo, a la pareja, a los hijos, a los padres…, termina por minar la salud y el equilibrio emocional de muchas personas», advirtió Álava.
Tiempo de convivencia
En esta línea, el presidente de Asociación Nacional del Profesorado Estatal (ANPE), Nicolás Fernández, destacó que los profesores «somos muy conscientes de la relevancia de la implicación activa de los padres en el proceso educativo de sus hijos, y del papel ineludible que juega en esta implicación el tiempo de convivencia familiar y, por tanto, el diseño de los horarios laborales. Hemos venido denunciando que el horario prolongado de apertura de los centros escolares soluciona de manera perentoria el problema de la atención a los niños, pero no tiene justificación educativa. Por eso, mantenemos una adhesión, sin fisuras, a la propuesta de racionalizar los horarios de trabajo en España».
Recordó que en el contexto del pacto de Estado, «es oportuno puntualizar que el éxito del sistema educativo precisa, entre otros aspectos, del apoyo de la familia, de su participación en la escuela, de su disponibilidad para atender los requerimientos de los profesores y de los propios hijos».
Por este motivo, ANPE presentó en su día al ministro de Educación propuestas sobre el pacto de Estado que incluía, entre otras, la posibilidad de instar a todos los estamentos sociales a arbitrar medidas que faciliten la interacción entre familia y escuela: conciliación de horarios, permisos para resolver asuntos escolares y ajustes del horario de los centros al de las familias.
Silvia Álava: «Se puede educar a los niños en corresponsabilidad»
Colaboración
Es muy positivo que los niños colaboren con las tareas de casa desde que son pequeños. Por ejemplo, poner la mesa, y, en función de la edad, puede llevar el pan, después los platos…
Reparto igualitario
Fomentar el reparto igualitario de las tareas domésticas. No hay tareas de chicos ni de chicas. Si se negocia el reparto entre todos y se percibe como justo, imperará el respeto.
Trabajo en equipo
Trabajar la idea de «equipo familiar». El mensaje es: «ni papá ni mamá están para servirte, te quieren mucho y hacen muchas cosas por ti, pero en casa todos colaboramos».
Autonomía
Hay que fomentar niños autónomos. Si aprenden ellos solos a vestirse, ducharse…, en definitiva a resolver sus necesidades básicas, serán más seguros, felices y tendrán mayor autoestima.
Responsabilidad
Los padres no deben asumir las responsabilidades de los hijos. Hay que dejar que sean ellos quienes, según su edad y posibilidades, realicen sus tareas, sus deberes…
En calma
No se puede cambiar de un momento a otro. Todo lleva su proceso. La clave no es gritar. ¿Creen realmente los padres que alzar la voz es una buena estrategia para conseguir que los hijos obedezcan?
Héroes y heroínas
Tradicionalmente eran los hombres los que en series, películas o dibujos interpretaban los mejores personajes. Los niños deben saber que en el mundo hay súper héroes y súper heroínas.
Mismo bando
En la educación, tanto el padre como la madre deben estar en el mismo bando, y mucho más si se quieren hijos corresponsables. Lo de poli bueno y poli malo no funciona de ninguna de las maneras.
Órdenes
Las órdenes deben proceder del padre y la madre. No es aconsejable en ninguna situación que sea la madre la que esté siempre pendiente de los deberes, de que se duche, recoja toda su ropa…
Esfuerzo
Los padres deben fomentar desde la infancia de sus hijos la importancia de la perseverancia y del sentido del esfuerzo para que los asuman desde bien temprano y se sientan más seguros de sí mismos.
—Para avanzar en corresponsabilidad dentro de la pareja es necesario:
-No corregir todo lo que hace el otro miembro. Puede que no haga las cosas igual que uno mismo, pero eso no significa que esté mal hecho. Si se le corrige continuamente, dejará de intentarlo.
-Deje de ser su propio enemigo: no se sienta culpable por delegar, un defecto muy habitual en mujeres.
-Negocie las tareas que debe hacer cada uno en un reparto lo más equitativo posible.
– Agradezca las labores que ha realizado su pareja.
-Pida siempre las cosas por favor.
-Comprensión, si alguna vez no han salido las cosas como uno se esperaba del otro.
Fuente: Silvia Álava, psicóloga.