Vamos a dejar de usar la tecnología como un anestesiador emocional. Hay que buscar otro tipo de ocio, no solo el digital

El 68% de los adolescentes utiliza el móvil más que antes del inicio de la pandemia

El estudio de Empantallados «El impacto de las pantallas en la vida familiar» analiza cómo ha evolucionado conciliación familiar y las nuevas tecnologías tras el paso del Covid-19

Por AITOR CABALLERO CORTÉS

Silvia Álava Empantallados

El inicio de la pandemia y el confinamiento provocó que otros tipos de ocio que no fuera el digital desaparecieran de las opciones. Esto hizo que hubiera un crecimiento de hasta un 76% de uso de pantallas respecto a antes de la pandemia. Actualmente, estando inmersos en la nueva normalidad, este uso de las nuevas tecnologías no ha vuelto a niveles prepandemia, sino que se ha mantenido de forma similar. Según el estudio de Empantallados, no han sido solo los adolescentes los que han incrementado el uso de la tecnología –hasta un 68% reconoce usar el móvil más que antes de la pandemia– sino también los padres. Un 64% afirma tener un consumo mayor del teléfono.

Los padres como referentes

Algunos expertos que han colaborado en el análisis del estudio, como Charo Sábada, hablaban en la presentación del mismo acerca del papel de los padres como referentes: “aunque parezca que no, los hijos siguen haciendo caso a sus padres”. Así lo afirma Empantallados en su investigación, que recalca que el 78% de los adolescentes siguen los consejos de sus padres. Por ello, Silvia Álava, psicóloga infanto-juvenil, recalca lo importante que son los padres para sus hijos: “son un modelo, y hay que cuidar esa figura”, afirma.

Por ello, los expertos destacan en la importancia de que los padres deben enseñar a sus hijos a usar estas tecnologías. “Lo que no podemos es dejarles un teléfono o una tablet y dejarles solos. Tenemos que acompañarles en este proceso” declara Álava. La psicóloga cree que no es cuestión de una vigilancia exhaustiva, sino simplemente de mantener una serie de normas. Unas normas que, a raíz de la pandemia, más de la mitad de los padres (51%) reconocen haber flexibilizado, aunque no opinan así los jóvenes (34%).

Silvia Álava, psicóloga «Vamos a dejar de usar la tecnología como anestesiadores emocionales. Hay que buscar otro tipo de ocios, no solo el digital «

El estudio también incide en las razones por las que los jóvenes usan los móviles.

Y el primer motivo es el aburrimiento. Hasta un 84% lo hace por esta razón, sobre todo cuando están solos en casa. Todos los expertos coinciden en que el ocio digital “debe ser uno más”, pero es importante que “no sea el único”. Daniel Morales, director de Responsabilidad Social Corporativa de Orange, hablaba que este estudio “no busca demonizar la tecnología, sino simplemente ver sus consecuencias si no ponemos un control”.

Los ponentes además, creen que los usos de la tecnología y los comportamientos de los adultos apenas difieren del de los jóvenes. “El objetivo es evitar emociones desagradables, pensar en uno mismo, aunque esto no es necesariamente malo. Vamos a dejar de usar la tecnología como anestesiadores emocionales. Hay que buscar otro tipo de ocios, no solo el digital”, dice Silvia Álava. Y para esto, el comportamiento de los padres y su “criterio educativo para navegar por internet es fundamental”, declara Charo Sábada.

La salud emocional, la principal preocupación de los padres.

Otro de los datos destacables del estudio es que el 65% de los padres piensan que las redes sociales son una amenaza para el autoestima de los adolescentes. Pero, para Silvia Álava no es del todo así, ya que cree que lo que causa ese malestar es “compararse con otros”. Entre otras preocupaciones están la relación con desconocidos, el ciberacoso –en el cual coinciden con los jóvenes–, el acceso a contenidos inadecuados y la adicción a las redes.

En la recopilación llevada a cabo por Empantallados en 2020, la investigación concluía que las pantallas eran capaces de unir a las personas. En un contexto pandémico y de confinamiento, la tecnología era la manera de acercarse un poco a los demás. Pero este estudio también advertía que también podía separarnos: “las pantallas no pueden sustituir a lo presencial” expone Álava. Esta tendencia parece que aún queda lejos, ya que, en el fondo, muchos adolescentes prefieren lo presencial a lo digital. Un 80% opta por clases tradicionales frente al modelo en remoto, y un 36% prefiere quedarse en casa jugando a un videojuego que salir a la calle.

Los padres, como educadores digitales.

A pesar de ser los jóvenes los conocidos como nativos digitales, son ellos los que más tendencia tienen a creerse bulos: un 21% afirma haber reenviado alguna noticia que no era cierta, frente a un 13% de los padres. Sin embargo, los progenitores creen que sus hijos llevan mejor la sobrecarga informativa, y están en lo cierto: un 35% se sienten agobiados por las notificaciones, por un 45% de los padres.

Los ponentes creen que esta mayor creencia de bulos por parte de los adolescentes se debe a dos motivos: que pasan más tiempo conectados y su menor experiencia vital. Es por esto que el papel de los padres es vital y deben “dar ejemplo”, exponen.

Rodrigo Miranda, director general de ISDI «Los hijos, por primera vez, preguntan a sus padres qué carrera deben estudiar y sus padres no saben qué responder «

Rodrigo Miranda, director general del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), cree que es fundamental que los padres incorporen competencias tecnológicas. En concordancia con Sábada y Álava, al ser los padres un “espejo en el que los hijos se miran”, deben ser los primeros en estar al tanto de la tecnología. “Los hijos, por primera vez, preguntan a sus padres qué carrera deben estudiar y sus padres no saben qué responder”, explica Miranda.

Por último, Miranda también habló de la necesidad de modernizar las competencias tecnológicas en la Educación: “de casi 3.000 grados que hay en España, aproximadamente 100 tienen las competencias digitales necesarias”.

FUENTE: magisnet.com

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