Conciliación de la vida familiar
¿Cómo hacer ver a tu pareja («normalmente hombres») que debe colaborar en casa?
Se trata de cambiar el enfoque, no es tanto, que tiene que ayudar o colaborar en casa, como que «esto es un equipo, y hay que hacer el trabajo entre todos«, no que me tienes que ayudar a mí. Para eso será fundamental que la mujer de partida, no asuma todas las responsabilidades del hogar, y no pida ayuda como un favor personal en momentos puntuales, si no que se enfoque como un trabajo de equipo.
¿Cómo repartir las tareas? ¿Según las destrezas, habilidades y gustos de cada uno?
Sería lo ideal, pero hay que ser conscientes que hay tareas que puede que no les guste a ninguno, y no quedará más remedio que sentarse a negociar qué hará cada miembro de la pareja. Eso sí, hay que negociar teniendo claro el objetivo, que en este caso, no es hacer «yo» la tarea que quería y que «tú» hagas la que a mí no me gusta; sino que el objetivo es: ser capaces de distribuir de forma equitativa y razonables las tareas.
No obviemos que, un factor que puede limitar mucho la tarea a realizar cada uno, es el horario. Hay tareas que se repartirán no por las destrezas, gustos o habilidades de cada uno, sino por el horario disponible de cada miembro de la pareja.
Creo que cuando hablamos de conciliación tenemos que hablar de flexibilidad horaria. Sin ella es imposible conciliar. Como vamos a estar más en casa si estamos saliendo del trabajo a las nueve de la noche! Es cualquier país europeo o en EEUU esto sería impensable. Debemos empezar a ponernos a la altura del resto del mundo empezando por los horarios!!
Buenas tardes Juan, gracias por participar en el blog,
Efectivamente los españoles solemos aparecer en los primeros puestos de las estadísticas referentes a horas trabajadas, lo cual no quiere decir que trabajemos más, ni mejor… pero tenemos muy arraigada la asociación de la presencia física en el puesto con algo positivo “por sí mismo”. Hace unas semanas leía una entrevista a una directiva americana de RRHH de Coca-Cola, que cuando le preguntaban sobre la conciliación familiar y personal, dado su puesto y su situación familiar, respondía que su secreto no estaba tanto en la conciliación en sí, que a partir de determinados puestos valoraba como imposible, sino en la flexibilidad a la hora de poder realizar su trabajo, lo que le permitía (ayudada por la tecnología) acomodar su horario a sus necesidades, y esto, insistía, no quería decir que no cumpliera con su trabajo, sino que podía hacerlo con la libertad de organización necesaria.