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Compartir las tareas del hogar favorece la autonomía infantil. Colaboración con Papis y Pekes

A menudo nos planteamos qué podemos hacer para que nuestros hijos colaboren en las tareas del hogar y así liberarnos de las cargas que supone mantener en orden una casa. La primera respuesta es sencilla, simplemente dejándoles que las hagan. Y es que, por norma general, nos adelantamos a ellos, bien porque nosotros hacemos esas tareas más rápido, al tenerlas automatizadas o porque creemos que para algunas tareas son demasiado pequeños.

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Compartir las tareas del hogar con los niños favorece su autonomía

De esta forma, el mensaje que les enviamos sin darnos cuenta es el de que no confiamos en sus posibilidades, por lo que es más difícil que se animen a tomar la iniciativa.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que, favorecer que los hijos participen en las tareas del hogar, no debería tener como fin el aligerar nuestras cargas, sino el objetivo debería ser el de fomentar su autonomía, el sentido de responsabilidad,  automotivación, el sentimiento de pertenencia y el refuerzo de la autoestima.

Educar a los niños en autonomía y responsabilidad implica:

  • Creer en el niño y confiar en su potencial. Si lo percibe así, se sentirá más seguro en la realización de la tarea.
  • Enseñar en lugar de darle órdenes. Dedicando un tiempo a hacer con él lo que queremos que más tarde haga solo.
  • No reprochar sus errores, atendiendo a que no va a hacer las cosas exactamente como las hago yo, sino a su manera.
  • Animarle a conseguir objetivos, proponiéndole actividades y motivando con nuestro apoyo. No descalificándole en sus errores, ni enfadarnos, ni gritar.
  • No exigirle aquello para lo que no está preparado.
  • Comprender que necesita tiempo para aprender y que el aprendizaje requiere práctica.
  • Cuando se trate de que aprenda alguna tarea nueva, dedica un tiempo suficiente a enseñarle, con tranquilidad y sin prisas.

Sentirse útiles en casa y participar de las responsabilidades del hogar, favorece la relación y el vínculo, aprendiendo a ser independientes y cooperativos al mismo tiempo.

Este tipo de aprendizajes para la vida, pueden comenzar a edades muy tempranas, desde el año. Pudiendo colaborar en la recogida de todos los objetos con los que suele interaccionar: de aseo, juguetes, la ropa, alimentación… de hecho les encanta.

A medida que el niño crece, puede ir ampliando ese abanico de responsabilidades, siempre y cuando nosotros se lo permitamos. Al fin y al cabo, los mejores aprendizajes son los que nos preparan para la vida, y ser autónomo en el hogar es una herramienta clave para también sentirse seguro a la hora de enfrentar las dificultades de fuera.

 

FUENTE: PapisyPekes

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