¿Cómo actuar si papá nos lleva de vacaciones con su novia? Colaboración con el diario ABC
Los hijos de padres separados no siempre establecen buenas relaciones con la nueva pareja. Claves para una mejor convivencia
LAURA PERAITA
El verano se presenta para muchos padres o madres separados o divorciados como una gran oportunidad de pasar unos días juntos con sus hijos… y también con su nueva pareja. ¿Cómo actuar al estar todos juntos? Según la psicóloga Silvia Álava es importante que los padres tengan un mínimo de seguridad y de confianza en que la nueva pareja va a tener una reacción positiva con los niños y que la relación entre ambos adultos tiene una mínima viabilidad para convertirse en algo estable.
Explica que «antes de que la nueva pareja del padre o de la madre veranee con los niños, es importante que estos la conozcan, que hayan podido verse con anterioridad para verificar que el niño va aceptando y asumiendo la nueva situación como normal».
De lo contrario, esta especialista añade que los niños pueden acusar mucho encontrar que el padre o la madre acude a pasar las vacaciones con una nueva pareja que ellos no conocen, lo que puede acarrear enfados. Por eso es mejor introducirles poco a poco y, sobre todo, avisarles que van a compartir unos días.
Nora Rodríguez, pedagoga y escritora, aconseja que los nuevos acompañantes no intenten sustituir a nadie. «Nunca hacer que llamen papá o mamá a la nueva pareja. Deben llamarle por su nombre».
Cuando hay más hijos de por medio
En los casos en los que la nueva pareja del padre o de la madre vaya también acompañada de sus propios hijos, hay que dar tiempo a los niños de ambos progenitores. Todos ellos tienen que adaptarse a la nueva situación y aprender a relacionarse y a llevarse entre sí. «Los padres no deben de forzar la situación pensando que, como tienen edades similares, enseguida se van a llevar bien y se harán amigos –advierte Silvia Álava–, hay que darles tiempo, que marcarán los niños, no los padres. Lo ideal es que rápidamente se hagan amigos y se lo pasen bien juntos, pero por desgracia no siempre tiene que ser así. Será de gran utilidad establecer las normas de la casa, que regirán para todos los miembros de la familia, y las reglas básicas de convivencia».
Nora Rodríguez insiste en que no se les puede obligar a quererse. «Solo deben compartir lo que deseen. Eso sí, deben respetarse». En su opinión puede ser una buena idea empezar por planificar actividades por separadopara cada hijo y poco a poco ir compartiendólas. No hace falta hacer todo juntos. «Tampoco se debe caer en el error –advierte Rodríguez– en obligar al mayor de todos los hermanos a cuidar de todos los peuqeños.
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