Claves del Síndrome Post-vacacional (I)

Durante la pasada semana he tenido el placer de acudir a varios medios de comunicación, para hablar del Síndrome Post-vacacional, dado el interés suscitado, recopilaremos durante esta semana 5 post con las principales reflexiones. Me gustaría agradecer a Silvia Movellán de la agencia Edelman el interés y apoyo recibido.

¿Realmente existe el síndrome de estrés Post-vacacional?

RMJCALTHM5ECAFHTC90CAL19UY1CA16918ZCAXQDXIKCAWM314RCANOB2YRCALC3KKWCAUS5HIRCAFH68B5CAUFL3V8CA3841X0CAF6FXA0CAZL0SASCAJ31EGSCAZGPA64Sí existe, y habitualmente lo llamamos Síndrome Post-vacacional. En las consultas de los psicólogos cada vez tratamos a más pacientes que sufren este síndrome. La frecuencia aumenta, a la par que las condiciones de vida, especialmente en las grandes ciudades, se hacen cada vez más difíciles. Es normal que al volver de las vacaciones la gente se sienta triste y apática; las personas no somos máquinas y notamos el cambio al incorporarnos a nuestra actividad cotidiana; nos espera mucho trabajo, tensiones, problemas, rutinas…; es decir, una agenda llena de obligaciones. El choque es demasiado brutal y nuestro organismo lo acusa, cambian los horarios, costumbres y actividades, y lo peor es que lo hacen para dejar paso a un montón de obligaciones, no siempre placenteras.

¿Cuáles son los síntomas?

Entre otros podemos destacar: debilidad generalizada, desmotivación, angustia, irritabilidad , pérdida de apetito, disminución de la capacidad de concentración, cambios de humor…; incluso se puede somatizar con molestias intestinales o gástricas, dolor de cabeza, insomnio…, pero lo más preocupante sin lugar a dudas es una profunda sensación de tristeza, apatía y falta de fuerzas.

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