10 lecciones que aprendes de tú hijo (VII)
Imponiendo las normas y queriendo tener siempre la razón, ¿los mayores corremos el riesgo de ahogar la naturalidad y personalidad de los niños?
Los niños funcionan mejor cuando tienen unas normas claras de conducta que les indican que se puede hacer y que no. Se sienten más seguros, y esto no ahoga la naturalidad ni personalidad de los niños. Lo que hacemos es moldear su conducta, siempre mitigando sus defectos y potenciando sus virtudes, pero eso no significa estar continuamente encima de ellos corrigiendo todo lo que hacen, sino hacerles ver el camino que deben seguir, y prestándoles más atención cuando de portan bien que cuando se portan mal
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