¿Qué efectos, a nivel emocional, puede tener estas Navidades tan atípicas?

10 cosas que podemos hacer para que el Espíritu Navideño nos visite esta Navidad pese a ser tan atípica

Este año, ¿volvemos a casa por Navidad?

Se presentan unas Navidades atípicas. Todavía no sabemos con certeza lo que va a ocurrir, pero parece que es poco probable que podamos movernos entre Comunidades Autónomas, que no podremos juntarnos toda la familia en las cenas y comidas de Navidad, ni salir de fiesta…

Este año toca cambiar la frase de “vuelve a casa por Navidad”, por quédate en tú casa por Navidad, y evita moverte lo máximo posible, dado que es la única forma de garantizar que podamos volver muchas Navidades a casa y que cuando todo esto pase no falte nadie en la mesa.

¿Qué efectos, a nivel emocional, puede tener estas Navidades tan atípicas?

Las Navidades son unas fechas complejas. Hay personas a las que les encanta la Navidad, conectan con su niño o niña interior y lo viven con una gran ilusión. Sin embargo, hay otras a las que les puede costar un poco más porque asocian la Navidad a tristeza, a añorar el pasado y recuerdan especialmente a los que ya no están.

Las Navidades tienen ese efecto de oasis en medio del desierto. Son una parada para descansar, recargar pilas, reconectar con nosotros mismos, con nuestra esencia y volver a casa con los nuestros, volver a nuestra familia y muchas veces a nuestro lugar de origen. Todo eso este año es poco probable que lo podamos hacer, y como es normal, nos cuesta asimilarlo. Muchas personas están muy al límite de sus fuerzas, el 2020 ha sido un año muy duro para todos, que ha “puesto en jaque” nuestra fortaleza mental. La certeza de empezar el nuevo año en estas condiciones es una situación dura de asimilar.

Sin embargo, a los niños las Navidades les encantan. Lo asocian con Papá Noel, los Reyes Magos, juguetes y regalos, tiempo para jugar y tiempo de estar en familia, de comer todos juntos… por eso es tan importante, pese a las medidas restrictivas, preservar el espíritu de la Navidad de los más pequeños y ya que estamos, que los adultos también lo pasemos lo mejor posible.

¿Qué podemos hacer para que el espíritu navideño nos visite esta Navidad pese a la pandemia?

            Las restricciones asociadas a la pandemia son duras y entran un conflicto directo con nuestra idea tradicional de la Navidad, pero eso no implica que no podamos pasarlo bien. Para eso os recomendamos:

  • Lo primero, ser conscientes de las emociones que las restricciones nos generan. Se trata de aceptar la situación y enseñarles a nuestros hijos y alumnos a hacerlo. Pero aceptar no es resignarse. Aceptarlo implica pasar a otro nivel, es no me gusta, me ha generado emociones desagradables, pero ya no me duele. Y para poder conseguirlo hay que empezar por ser consientes de lo que sentimos en primera persona para así también ayudar a los más pequeños a hacerlo.
  • No digas “no pasa nada”; no es tan importante. Sí lo es. Quizás la frase sea, no me gusta, hubiese preferido poder ir a visitar a mis padres, a mis abuelos, juntarnos todos en casa como siempre habíamos hecho. Me ha generado tristeza y quizás también un poco de enfado, pero poco a poco lo he aceptado, porque sé que es la mejor opción para evitar una tercera ola y que haya más colapso en los hospitales y más muertes.
  • Por tanto, cuando veas que tus hijos e hijas y los alumnos y alumnas están triste o enfadados, valida sus emociones. Prueba a decirles, entiendo que estás triste porque no puedes ir a ver a tus abuelos en Navidad, o entiendo que estés enfadado porque este año no haya Cabalgata de los Reyes Magos, yo también me siento así, sin embargo, por el coronavirus, ya sabes que no podemos hacerlo para evitar que nos contagiemos.
  • Explícales en un lenguaje adaptado a su edad lo que ocurre. Son muy buenos observando lo que ocurre y captando información, pero no siempre la saben interpretar, porque su propio desarrollo cognitivo y madurativo todavía no se lo permite. Necesitan que un adulto lo traduzca a su lenguaje.
  • Vigila cómo hablas, si te dices, “este año nos hemos quedado sin Navidades”, ¿qué disposición dejas a tu cerebro para pasarlo bien? Y es más ¿qué posibilidad les muestras a tus hijos y alumnos?
  • Cambia el mensaje por un discurso realista, objetivo y pegado a la realidad, son unas Navidades diferentes, pero podremos disfrutarlas.
  • Focaliza en lo que sí se puede hacer, no tanto en lo que “no podemos”. Nadie impide que puedas llamar a tus familiares, que Papá Noel y los Reyes Magos visiten nuestras casas, ni que podamos jugar todo lo que queramos.
  • Asume tu responsabilidad. Es más fácil seguir las normas y cumplir las restricciones desde el conocimiento. Entender que si nos movemos, habrá una “tercera ola” unos días después de dichos movimientos, nos hace entender mejor la situación que si sólo nos quedamos con la parte superficial de la prohibición, de la normativa. Por eso es tan importante explicárselo a los niños y a los adolescentes y que lo entiendan.
  • Pon en valor lo realmente importante. ¿Quieres poner en riesgo la salud de tus familiares y amigos? El objetivo es llegar todos a las siguientes Navidades.
  • Mantén viva la ilusión, saber que todo esto pasará y que por fin podremos hacer todos los planes aplazados.
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