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La importancia de la comunicación (II): elementos de la comunicación

Los elementos básicos de la comunicación son: 

  • Emisor: Interlocutor fuente del mensaje y/o información.
  • Receptor: Interlocutor que recoge el mensaje
  • Mensaje: Información o sentimientos emitidos.
  • Canal de transmisión: Medio a través del cual se realiza la comunicación.
  • Código: Idiomas, señales y signos elegidos para transmitir el mensaje.

Retroinformación: comprobación del mensaje recogido por el receptor. Permite al emisor corregirse y autorregularse. Mediante la retroinformación se produce un intercambio de papeles entre emisor y el receptor.

La importancia de la Comunicación (I)

La palabra comunicación en su sentido más profundo, significa “comunión”, es decir, compartir ideas y sentimientos en un clima de reciprocidad. La comunicación es por tanto la acción de compartir, de dar una parte de lo que se tiene.

La comunicación es todo comportamiento de transmisión recíproca de información, sentimientos, emociones, actitudes, deseos…entre dos o más interlocutores, entre los que se establece una interacción interdependiente de secuencias de comportamiento verbal y no verbal, orientada por objetivos y/o sentimientos.

 La comunicación es un proceso que permite:

Informar: Cuando se dirige a la inteligencia humana, a la razón.

Persuadir: Cuando se dirige a la afectividad (sentimientos y emociones).

Pensemos ahora en el desarrollo diario de nuestra profesión, en el momento en el que nuestro trabajo implique el contacto con otras personas, no podemos olvidar, que muchas veces no basta con informar, hemos de profundizar en sus técnicas para persuadir a nuestros interlocutores y lograr que se produzca un cambio actitudinal, que permita realizar modificaciones en la conducta del otro.

La Importancia del Sentido del Humor (II)

Sentido del humorAyer ya empezamos a hablar sobre la importancia del sentido del humor y de cómo diversos estudios avalan sus efectos positivos en la salud. El sentido del humor es en muchos casos la clave para enfrentarnos a la vida, y en especial a los problemas. Cuando utilizamos el sentido del humor estamos relativizando nuestros problemas, y de forma innata confrontamos nuestra interpretación con la realidad. Recordemos, que ya hemos hablado varias veces que lo importante no es tanto lo que nos pasa, si no como nosotros lo interpretamos, como nos lo contamos, somos los reporteros de nuestra vida, y podemos aprender a contárnosla de forma positiva y utilizando el sentido del humor.

Cuando nos encontramos a una persona ofuscada en un problema, que vemos que se ha quedado “enganchada”; va a ser mucho más efectivo que intentemos que se ría de la situación a tratar de hablar con él o ella, haciéndole razonar.

 En las relaciones de pareja, es otro campo, donde el sentido del humor es fundamental. Si conseguimos que nuestra pareja se ría sobre los tópicos que nos hacen discutir, estaremos evitando una pelea, pero incluso después de pelear si utilizamos el sentido del humor y el afecto, se protegerá el vínculo, y será más fácil salir de la situación y aunque no se llegue a una solución en ese momento, poder seguir con nuestras rutinas y que la relación no se vea afectada.

La Importancia del Sentido del Humor (I)

Luís PiedrahítaEste sábado 17 de octubre fui a ver el monólogo de Luis Piedrahita, El rey de las cosas pequeñas. El espectáculo duró un una hora y media en la que no paramos de reír, había momentos que hasta se me saltaban las lágrimas de la risa. Salí a la calle Gran Vía, cargada de optimismo, y sintiéndome realmente bien. Era fácil distinguir la gente que salía del teatro del resto de viandantes por la sonrisa que llevábamos; y eso me hizo pensar ¿hacía cuanto no te reías durante tanto tiempo seguido?

Y eso que numerosos estudios avalan los beneficios del sentido del humor. En la revista Medicina Clínica, el Dr. Jaime Sanz Ortiz, jefe del servicio de Oncología Médica y Cuidados Paliativos del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander, publicaba un artículo en el que se constataba la fuerza del sentido del humor como valor terapéutico en pacientes oncológicos.

El humor ayuda a pensar de forma racional, proporciona sentimientos positivos de alegría y gozo, así como nuevas herramientas para afrontar los problemas. En la revisión realizada de los diferentes estudios sobre emociones positivas y su efecto en la salud (revisión realizada por el profesor Enrique García Fernández-Abascal), se establece como conclusión que las emociones positivas acortan la duración de la activación cardiovascular producida por las emociones negativas. Las personas con afecto positivo informan de menos síntomas cuando están enfermos, atribuyen menor severidad a los síntomas y tienen una mayor tolerancia al dolor. Las emociones positivas desplazan a las negativas, y hay una alta relación entre afecto positivo y salud.

Y es que aprender a utilizar el sentido del humor es fundamental, es un recurso fácil y barato, que bien usado nos ayuda a relativizar los problemas, darnos cuenta de que quizás estamos realizando una interpretación exagerada de la realidad, y nos ayuda a desconectar. Si conseguimos reírnos en una situación difícil, la desdramatizaremos y nos dará fuerza para enfrentarnos con éxito a la misma.

II Jornadas sobre emociones y bienestar de la SEAS

El jueves y viernes he asistido a las  II Jornadas sobre Emociones y Bienestar que organizó la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) junto a la Fundación Mutua Madrileña Automovilística (FMM).

Jornadas SEAS

El objetivo de dicho evento ha sido compartir los últimos avances, tanto en investigación como en la práctica aplicada, sobre la Psicología de la emoción en su relación con la salud y el bienestar.

El programa preliminar contó con casi sesenta ponencias. Expertos de prestigio nacional e internacional, como por ejemplo Francisco J. Labrador, Enrique G. Fernández-Abascal, Victoria del Barrio o Esther Calvete, entre otros, abordaron temas como la importancia de las emociones positivas, la relación de las emociones con la salud física, el problema del estrés laboral, así como el impacto de las emociones en colectivos específicos (mujer, infancia y adolescencia o vejez). Os dejo el enlace a la página web de la SEAS para que podáis ampliar información.

II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional (y IV)

Durante la semana pasada realizamos un resumen de algunos de los aspectos que más me habían gustado del II Congreso de Inteligencia Emocional.

Con John MayerA nivel profesional me encantó poder acceder a los ponentes, te produce una especial ilusión poder ver y escuchar “en directo”, a los autores del concepto de Inteligencia Emocional como John Mayer (en la foto), que planteó los futuros retos de investigación en Inteligencia Emocional, los estudios sobre felicidad de la Dra. Lyubomirsky, que hemos comentado estos días en el blog. Me pareció especialmente interesante la conferencia de Bernard Rimé sobre los beneficios de compartir las emociones, cuando es y cuando no es beneficioso…, y por supuesto la presentación del Doctor Carlos Belmonte sobre el funcionamiento del cerebro y los nuevos retos en la investigación del mismo. Si queréis que profundicemos en algún tema en especial no tenéis más que enviarme un correo o dejar un comentario.

 A nivel personal, fue una oportunidad única para reencontrarme con amigos de todo el mundo con los que compartimos un interés en común, investigar y trabajar en diferentes ámbitos (clínico, educativo, organizacional…) la inteligencia emocional, y conocer a nuevos compañeros con los que compartir proyectos profesionales. ¡Muchas gracias a todos!

II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional (III)

GratitudAyer comentábamos como según los estudios de Sonja Lyubomirsky, el realizar actos amables predice la felicidad, pero teníamos pendiente comentar la percepción de la gratitud.

En otro de los estudios realizado por la autora, que comentó en el Congreso de Inteligencia Emocional, se comparó el efecto del optimismo y de la gratitud en la felicidad. La muestra participante se dividió en tres grupos:

  1. Un grupo optimista que durante diez semanas, un día a la semana, pensaban como sería su vida dentro de diez años si se cumplieran todos sus deseos y todos sus sueños.
  2. Un segundo grupo, durante esas diez semanas, escribía un día a la semana, una carta de agradecimiento,  a las personas que ellos elegían. Pero sólo escribían las cartas, no llegaban a mandarlas.
  3. Un tercer grupo se estableció como control, es decir siguió realizando su vida habitual.

El diseño era del tipo 2×3, pues dentro de cada uno de los grupos había dos subgrupos, los que estaban altamente motivados por trabajar su felicidad y mejorarla y los que no lo estaban tanto, los de baja motivación.

Algunos de los resultados que se encontraron fueron los siguientes:

  • Las acciones de agradecimiento mostraron ser más eficaces que las de optimismo. El grupo que escribía cartas se sentía más feliz que los demás.
  • Los sujetos de los grupos no motivados siguieron siendo menos felices que los más motivados (estos últimos estaban altamente motivados por trabajar su felicidad y mejorarla)
  • Seis meses más tarde del estudio, los más motivados seguían siendo más felices que los no motivados.
  • El esfuerzo dedicado para ser feliz, influyó positivamente en los dos grupos que trabajaron activamente (optimistas y agradecidos), pero no en el grupo de control, con lo que se concluye que el esfuerzo que empleamos para ser felices cuenta, pero sólo cuando lo hacemos de forma significativo.

SE NECESITA MÉTODO Y VOLUNTAD PARA SER FELIZ, PERO SE PUEDE CONSEGUIR

II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional (II)

¿Qué hacer para ser más felices?

 AmabilidadLos estudios de Sonja Lyubomirsky, demuestran la correlación entre ser amable y la felicidad. En uno de los estudios, se pidió a una muestra de  participantes de EEUU, que hicieran nueve o diez actos de amabilidad a la semana durante un mes.

 Al cabo de ese tiempo se produjo un aumento de la felicidad (medida en escalas de felicidad subjetivas), que se mantuvo durante un mes. Pero para que este efecto apareciera, había que ir cambiando las actividades de amabilidad, pues los sujetos se acaban adaptando a dichas actividades.

 Cuando se les pidió que hicieran, sin variar, el mismo acto de amabilidad todas las semanas, se observó a mitad del estudio, que los sujetos se mostraban ser menos felices por sentirse obligados a hacer algo; aunque una vez finalizado el estudio se sentían de todas formas más felices que antes de la prueba.

 En estos estudios, de nuevo podemos observar la importancia de la interpretación personal. El pensamiento es previo a la emoción; en consecuencia, ante una misma situación una persona puede sentirse bien y otra mal, en función de lo que cada una de ellas esté pensando. Podemos aprender a interpretar de forma positiva las situaciones para mejorar nuestra felicidad. Recordemos que según los estudios de la doctora Lyubomirsky, las circunstancias externas influyen solamente en un 10% en nuestra felicidad.

 Como conclusión se establece que realizar actos amables nos ayuda a ser más felices, pero también hay otro hecho importante: la percepción de gratitud, de ella hablaremos otro día.

II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional (I)

Como ya os había comentado, durante los días 16, 17 y 18 de septiembre, se celebró en Santander el II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional, donde acudieron especialistas de todo el mundo. Os resumiré, en diversos posts, algunos de los datos que a mí me han parecido de mayor interesantes.

Portada La Ciencia de la FelicidadEn este primero, me gustaría poderos transmitir algunos de los interesantísimos datos que presentó Sonja Lyubomirsky, sobre la ciencia de la felicidad.

 Sonja es profesora de psicología de la Universidad de California, Riverside, y su investigación sobre la posibilidad de una felicidad permanentemente en aumento, ha sido reconocida con el premio Templeton de Psicología Positiva.

 Según sus estudios, el 50% de la felicidad se debe a factores genéticos, un 10% a las circunstancias vividas, y el 40% a la actividad emocional. Partiendo de estos datos, podemos plantear la hipótesis de cómo pese a unas circunstancias difíciles, y a pesar de la carga genética, todavía no queda un 40%, el correspondiente a la actividad emocional, que podemos aprender a controlar.

 La felicidad es algo subjetivo, que tiene dos componentes, el afectivo, (la experiencia de experimentar emociones positivas), y el cognitivo, (sentirse satisfecho uno mismo con su propia vida). En este segundo componente, es donde muchas veces se centra el trabajo de los psicólogos, pues a menudo nos encontramos a gente que tiene una vida, lo que podríamos definir como “completa”, con amigos, familiares que les quieren, un buen trabajo, buen sueldo… y no se sienten felices. Con estas personas el objetivo es que sean capaces de darse cuenta y de disfrutar de todos estos aspectos positivos de su vida e incrementar con ello su felicidad.

 Los estudios de Sonja Lyubomirsky, demuestran que sólo un 10% de la felicidad depende de las circunstancias externas, y aunque la capacidad para ser feliz es algo innato, está en nuestra mano incrementarla. Sus investigaciones con cientos y cientos de personas felices revelan que poseemos un increíble potencial de mejora de la dicha y el bienestar que depende exclusivamente de nuestros actos y pensamientos.

 Durante estos días os iré resumiendo algunas de las investigaciones de esta doctora, no obstante, si queréis profundizar más sobre el tema, Sonja Lyubomirsky, tiene publicado un libro La Ciencia de la Felicidad, en la editorial Urano, en el que cuenta parte de estos estudios. 

II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional en Santander

Como ya os adelanté en el anterior post, la semana pasada tuve el placer de acudir al II Congreso de Inteligencia Emocional, que se desarrolló en Santander. Mi enhorabuena a Pablo Fernández Berrocal (adjunto foto) y su equipo por la excelente organización. ¡Ya estamos contando los días para el siguiente congreso en Croacia! Durante la semana iré colgando algunos post con algunos de los estudios más interesantes que se comentaron en el Congreso, hasta en tonces seguiré con la serie dedicada al síndrome post-vacacional.

Pablo Fernández Berrocal