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¿Cómo elegir el mejor colegio para tus hijos?

Llega el momento de elegir colegio y muchas familias tienen dudas sobre cómo podemos acertar a la hora de elegir colegio.

¿Cuándo y cómo elegir colegio?

Muchos padres se agobian a la hora de elegir el colegio de sus hijos. El tiempo pasa volando y los niños con tres años ya están edad escolar. Por eso hay que empezar pronto la elección, pero tampoco es necesario hacerlo desde que es un bebé. En el caso del colegio, conviene empezar a mirarlo cuando el niño tiene dos años de edad, pues además de que existen centros donde les admiten con esa edad, hay que tener tiempo para informarse de la línea educativa del colegio, del lugar donde se ubica, de los horarios, de las combinaciones para poder llevar y recoger al niño, las actividades extraescolares que ofrecen… y todo eso sin saltarse los plazos que marca la administración. Plantearse tener el colegio decidido el enero antes de que el niño comience, puede ser un plazo razonable, para poder realizar todos los trámites necesarios sin agobios ni prisas.

Será fundamental poner especial cuidado en la elección de este, pues la etapa escolar es fundamental de la vida del niño, abarca un periodo muy largo de tiempo y conviene que el niño esté feliz, a gusto y con ganas tanto de aprender como de disfrutar de su colegio.

¿Cuál es la clave para acertar?

La clave es saber que: no hay colegios buenos ni malos. Los colegios son buenos o malos, en función de si se adaptan o no a las necesidades específicas de cada niño. No te pierdas todos los consejos en este nuevo vídeo del espacio Paz Mental.

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¿Cómo mejorar la relación con mi hijo/a adolescente?

Más de 200 familias asistieron a la conferencia “Cómo entender y mejorar la relación con mi adolescente” en el Colegio Apóstol de Vigo.

“No podemos preparar el camino para nuestros hijos, tenemos que preparar a nuestros hijos para el camino”. 

Este fue uno de los principales mensajes transmitidos por la especialista en psicología sanitaria y educativa, escritora y divulgadora Silvia Álava durante la conferencia que impartió este viernes en el salón de actos del Colegio Apóstol Santiago de Vigo. Organizada por el ANPA escolar y bajo el título “Cómo entender y mejorar la relación con mi adolescente”, la cita reunió a más de 200 familias

Un evento en el que la experta explicó el origen neurológico de los cambios de comportamiento propios de la adolescencia, además de compartir una serie de pautas para “mejorar la relación con nuestros adolescentes”.

“Las relaciones basadas en el respeto mutuo, la importancia de marcar las normas y los límites, la motivación a través de los retos y la sustitución de los castigos por consecuencias lógicas, coherentes, reveladas con anticipación y cuyo objetivo sea reparar lo ocurrido” fueron solo así algunos de los temas protagonistas en la conferencia. 

FUENTE: farodevigo.es

Pautas para fomentar el bienestar emocional de nuestros hijos

El Colegio Miramadrid organizó el pasado viernes una conferencia titulada con la reconocida psicóloga Silvia Álava para ofrecer pautas que ayuden a las familias a fomentar el bienestar emocional de sus hijos

El bienestar emocional de los hijos es una responsabilidad compartida entre la familia y la escuela. Es crucial que los padres y educadores trabajen juntos para garantizar que los niños crezcan en un ambiente emocionalmente saludable. Por todo ello, el Colegio Miramadrid organizó el pasado viernes una conferencia titulada ¿Cómo fomentar la salud emocional en familia? con la reconocida psicóloga Silvia Álava, doctora en psicología clínica y de la salud, y psicóloga educativa, para ofrecer pautas que ayuden a las familias a fomentar el bienestar emocional de sus hijos.

La escuela juega un papel esencial en la promoción del bienestar emocional de los niños. No es suficiente que los niños aprendan a leer, escribir y hacer matemáticas, también deben aprender a manejar sus emociones. Es por eso que el Colegio Miramadrid ha tomado la iniciativa de invitar a una psicóloga de alto perfil como Silvia Álava, para ayudar a las familias a entender cómo pueden apoyar el bienestar emocional de sus hijos. La iniciativa del Colegio Miramadrid ha sido muy bien recibida, con una asistencia de cerca de 200 personas, prueba evidente de la importancia que los padres dan a la salud emocional de sus hijos.

¿Qué es la salud emocional y por qué es importante?


Álava recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el que la persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. En otras palabras, una persona emocionalmente saludable es alguien que puede manejar sus emociones, trabajar eficientemente y contribuir positivamente a su comunidad.

«La importancia de la salud emocional se ha hecho más evidente en los últimos dos años, debido a los desafíos sin precedentes que hemos enfrentado como sociedad. La pandemia, la guerra, la inflación, entre otros, han impactado profundamente nuestra salud mental, y nuestros hijos no son la excepción», explica la Dra. Álava.

El papel de los padres en el fomento de la salud emocional


Los niños todavía están aprendiendo a manejar sus emociones, y necesitan de los referentes adultos, para guiarlos en este proceso. Silvia Álava enfatiza que, como adultos, «tenemos la responsabilidad de enseñar a nuestros hijos a regular sus emociones, mostrándoles cómo manejamos las nuestras», por ello «los padres deben convertirse en expertos emocionales para enseñar a sus hijos. Es esencial que nos tomemos el tiempo para entender y nombrar nuestras emociones. Al hacerlo, podemos reconocerlas y procesarlas, lo que resulta en una comunicación más saludable con nuestros hijos», explicó.

Aunque es importante reconocer y expresar las emociones, también hay que aprender a no dejar que consuman a la persona. «A veces, necesitamos desahogarnos, pero luego es importante seguir adelante y encontrar formas de sentirnos mejor. Detenernos, respirar y encontrar cosas que nos hagan felices puede ayudar a mejorar nuestro bienestar emocional».

Silvia Álava destaca la importancia de tener una buena red social como factor protector de la salud mental. «No se trata de la cantidad de amigos que tenemos, sino de la calidad de nuestras relaciones. Sentir que podemos confiar en ciertas personas cuando tenemos un problema tiene un efecto liberador».

Es vital validar las emociones de los hijos y mostrar comprensión. Esto significa reconocer sus sentimientos y ofrecer tranquilidad y apoyo, destacando sus fortalezas y esfuerzos. Se trata de «ilustrar la empatía reconociendo los sentimientos de la persona». La conexión con las emociones y la comprensión de las emociones de los hijos es un componente crucial de la salud emocional en la familia. Validar las emociones y distinguirlas del comportamiento es esencial.

Las actitudes que los padres tienen hacia sus hijos influyen en su comportamiento diario y su socialización en casa. Estas actitudes pueden tener efectos duraderos que van más allá de las etapas infantiles y de la niñez. Por lo tanto, es importante centrarse en cómo se reacciona en situaciones pequeñas, como recoger juguetes o estudiar, y reparar y corregir errores cuando ocurren.

La psicóloga aconsejó a los padres «fomentar la independencia y la toma de decisiones apropiadas para la edad en nuestros hijos. Esto significa prestar atención a sus sentimientos y brindar verdaderas muestras de afecto». No obstante, destacó que las reglas y los límites son fundamentales para fomentar la salud emocional en la familia. Estos deben ser decididos por los adultos responsables, no por los niños. Las consecuencias por infringir las reglas deben definirse claramente, sin recurrir al castigo.

Comprender el impacto de las emociones propias en los demás


Es crucial para fomentar la salud emocional entender el impacto que las emociones de cada uno tienen en los demás. La doctora Álava anima a enseñar a los niños a ser conscientes de las emociones que generan ayuda a desarrollar la empatía y la responsabilidad, así como a crear un ambiente de confianza en el hogar para fomentar la salud emocional en la familia. «Es necesario trabajar activamente en la confianza tanto con adultos como con niños», insistió.

Para finalizar la conferencia, que suscitó gran interés entre las familias del Colegio Miramadrid, Silvia Álava destacó la importancia de crear un espacio de escucha para niños y adolescentes. Las cenas familiares sin dispositivos pueden ser un buen momento para escuchar sabiendo que «debemos respetar los tiempos de conversación de los niños y no obligarlos a hablar». 

El Colegio Miramadrid es una cooperativa de profesores que ofrece educación desde infantil hasta bachillerato ubicado en la localidad madrileña de Paracuellos de Jarama y ofrece una educación concertada durante las etapas obligatorias que apuesta por un modelo plurilingüe y basado en la innovación, el deporte y el cuidado integral de sus estudiantes. 

Silvia Álava es Doctora en psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, conferencista y escritora de varios libros, Con más de 21 años de experiencia, es psicóloga sanitaria, experta en psicología educativa y especialista en Psicoterapia. Es profesora universitaria, divulgadora científica y, además, colaboradora en medios de comunicación, autora de varios libros y miembro del consejo editorial de Éxito Educativo.

FUENTE: comunicae.es

¿Puede el profesor quitar el móvil a mi hijo? Así se regula su uso en las aulas de nuestro país

Solo tres comunidades españolas lo prohíben en horas lectivas mientras se extiende una ola de padres ‘antimóvil’ surgido en un barrio barcelonés y el debate sobre la conveniencia o no del uso de las tecnología en clase permanece abierto

E. C. / E. P.

«No están preparados para las cosas que pueden ver». Con esta frase resumía la psicóloga infantil Silvia Álava la entrega temprana de un teléfono móvil a los niños. Saben utilizarlo pero no gestionar su contenido. Aplaudía así la decisión inédita del pueblo irlandés de Greystones, que alcanzó el pasado mes de junio un acuerdo para regular el acceso a las nuevas tecnologías de los menores de 12 años que residen en esta localidad de 18.000 habitantes. Las asociaciones de familias de los ocho colegios de Primaria del distrito firmaron un ‘código de no uso de smartphones’, que se traduce, básicamente, en que ningún niño del pueblo tendrá móvil propio hasta Secundaria.

En nuestro país, un grupo de padres del barrio de Poblenou, en Barcelona, encendió la mecha de una ola ‘antimóvil’ que ya recorre el resto de nuestro país. Crearon un grupo en Telegram para luchar contra el supuesto «consenso social» de establecer en los 12 años la edad para entregar un teléfono, muchos de ellos, como regalo de la Primera Comunión o cuando entran en el instituto. «Mi hijo cumplió 12 años el domingo y no tiene móvil ni lo va a tener. Pero en su clase lo tienen casi todos», fue uno de los primeros mensajes en este grupo, que aboga por no entregar un teléfono a los adolescentes antes, por lo menos, de los 16 años. Ahora, son ya miles de padres más los que participan en cuentas inspiradas en la misma idea en el resto de España.

El impacto negativo del móvil en la educación de los niños ya no está en discusión. El último informe de la Unesco sobre educación y tecnología asegura que «el mero hecho de estar cerca de un dispositivo móvil distrae a los estudiantes y tiene un efecto negativo en el aprendizaje». En el mismo sentido, el organismo internacional advierte de que «la percepción de los docentes es que el uso de tabletas y teléfonos dificulta la gestión del aula» porque frenan la atención de los alumnos durante las clases y fomentan el acoso escolar. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 85% de los niños de entre 12 y 14 años ya tiene móvil.

El debate del uso de la tecnología en las aulas lo abría Suecia este verano al frenar la implantación de su plan de digitalización en la escuela y aumentar la presencia de libros de texto en las aulas. Tomó la decisión tras conocer el retroceso sufrido en los resultados del examen europeo que mide la capacidad de comprensión lectora de los alumnos (PIRLS), en el que España ha quedado muy por debajo del país nórdico y de la media europea. «Los libros tienen ventajas para el aprendizaje que ninguna tableta puede sustituir», argumentó la ministra sueca Lotta Edlhom. Los expertos apuntan que la revolución digital se está haciendo muy rápido y sin contar con evidencias científicas sobre sus efectos en la enseñanza.

Pero, ¿y el uso del teléfono en las aulas? ¿Está prohibida su utilización? ¿Puede quitar un profesor el móvil a tu hijo?

Solo tres comunidades prohíben el uso del móvil en clase

La Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha son las únicas comunidades autónomas españolas que tienen prohibido el uso de teléfonos móviles como mecanismo de comunicación en los colegios durante los periodos lectivos, mientras que en el resto de regiones son los centros los que limitan su uso.

No obstante, la Conselleria de Educación de la Generalitat catalana ha impulsado ya un proceso participativo, que comenzará la próxima semana, para regular el uso de los teléfonos móviles en los centros educativos y prevé que el nuevo marco regulador llegue a las escuelas en enero de 2024.

Este proceso será conducido por el Consell Escolar de Catalunya (CEC), que dará indicaciones al departamento para elaborar el marco regulador y que, una vez esté hecho, se enviará en enero a todos los centros educativos catalanas. Este nuevo marco regulador tendrá orientaciones claras para las escuelas y pretende homogeneizar los elementos de referencia que se deberán regular en los colegios sobre el uso del móvil.

Además, fuentes de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias han explicado que la regulación del uso de dispositivos móvil en las aulas es un tema que está sobre la mesa en estos momentos y que se va a abordar, aunque cualquier decisión que se adopte la debatirán previamente con los centros, el profesorado y las familias, con el objetivo de que sea una iniciativa consensuada con la comunidad educativa.

Castilla-La Mancha fue la primera comunidad autónoma en prohibir el uso de estos dispositivos en los centros escolares. Así, la Ley de Protección Social y Jurídica de la Infancia y la Adolescencia de 2014 establece que los menores «no deberán mantener operativos teléfonos móviles ni otros dispositivos de comunicación en los centros escolares, salvo en los casos previstos expresamente en el proyecto educativo del centro o en situaciones excepcionales, debidamente acreditadas».

En la misma línea, esta ley regional señala que los menores «deben hacer un uso adecuado y responsable de las tecnologías de la información y la comunicación, preservando su intimidad y respetando los derechos de los demás».

Un año después, en 2015, Galicia prohibió el uso de móviles y dispositivos electrónicos durante los periodos lectivos. El entonces presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, destacó que prohibían el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos como mecanismo de comunicación durante los periodos lectivos«. »Excepcionalmente, los centros podrán establecer normas para la correcta utilización como herramienta pedagógica. La prohibición es expresa y taxativa«, zanjaba el popular.

Galicia quiere abordar una regulación más estricta

Aunque esta norma continúa en vigor, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se ha mostrado esta semana partidario de abordar una regulación más estricta sobre el uso del móvil en las aulas y ha sostenido que la decisión debe ser «colectiva» y contar con el «máximo consenso posible».

El máximo mandatario autonómico sostiene que es una cuestión que se «debe hablar» para ver si se debe prohibir de una forma «mucho más taxativa». Así, sostiene que debe ser un asunto a abordar por los centros educativos con las familias para llegar al mayor consenso posible y «con racionalidad».

«Creo que es una cuestión a hablar, está encima de la mesa y creo que la tendencia mayoritaria es que debe regularse y no debe permitirse utilizar el teléfono al libre albedrío», defiende el presidente de la Xunta de Galicia.

Por su parte, la Comunidad de Madrid limitó el uso del móvil en los colegios al inicio del curso 2020/2021 «para mejorar el rendimiento académico y luchar contra el acoso escolar». Este cambio en la regulación madrileña incorporaba la prohibición expresa del uso de los teléfonos móviles y dispositivos electrónicos durante la jornada escolar, permitiendo, exclusivamente, su uso como herramienta didáctica o por razones de salud.

Esta medida, contemplada en la Estrategia integral para la Convivencia escolar y en el Plan de Ciberseguridad del Ejecutivo regional, afecta a todos los centros públicos y concertados

La prohibición del uso de los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos en la Comunidad de Madrid establece un margen de autonomía de los centros para que, en su contexto y dentro de las normas de convivencia aprobadas, puedan permitir el uso de estos medios, de forma excepcional, en determinado periodos, o con fines didácticos, así como a aquellos alumnos que por razones de necesidad o excepcionalidad lo necesiten.

Los docentes pueden retirar los móviles a los estudiantes

Por ello, en los colegios madrileños se permiten estos dispositivos a los alumnos que los necesiten por razones de salud o discapacidad, conforme a lo dispuesto en la normativa de convivencia. Asimismo, los docentes y la Dirección de los centros educativos podrán proceder a la retirada de los móviles de los estudiantes que incumplan esta obligación, que les serán restituidos según la normativa aprobada por el centro.

Igualmente, la norma madrileña establece que los dispositivos de grabación de sonido o imagen que fueran empleados para atentar contra la intimidad de las personas o su derecho a la propia imagen, pudiendo ser los hechos constitutivos de delito, serán entregados a los cuerpos de seguridad o al Ministerio Fiscal.

En Europa, algunos países ya han optado por regular el uso de móviles en colegios e institutos. Por ejemplo, en Francia, en los centros que imparten enseñanzas hasta los 15 años no están permitidos; en Portugal está prohibido su uso en las aulas sin autorización del profesor mientras que, como norma general, en el resto de países no hay establecidas prohibiciones expresas sobre su uso.

Desde la Conselleria de Educación de Baleares explican que no tienen previsto realizar nuevas directrices al respecto y que la limitación del uso del teléfono móvil en los colegios forma parte de la autonomía de los centros educativos y cada uno elige cómo regularlo.

En la misma línea, la Consejería de Educación de la Región de Murcia señala que el uso del móvil concierne a la autonomía pedagógica de cada colegio y que se recoge en la Programación Anual del centro, donde se determina el uso de dispositivos digitales.

En Andalucía, cada centro educativo, dentro de su Plan de Centro, debe establecer normas para la utilización de móviles y otros aparatos electrónicos, así como los procedimientos para garantizar el acceso seguro a Internet del alumnado, también medidas para el fomento, la prevención de riesgos y la seguridad en el uso de Internet y las tecnologías de la información y la comunicación de los menores. De esta manera, la Junta apuesta por el uso de los móviles con «un fin pedagógico, como herramienta dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje en las distintas materias».

Las instrucciones de inicio de curso en Cantabria incluyen la no utilización del teléfono móvil en las aulas entre sus recomendaciones, una medida que, según el Gobierno regional, está teniendo «buena acogida en la gran mayoría de centros».

FUENTE: elcomercio.es

¿Podemos evitar las agresiones en los colegios?

El colegio debería ser el lugar más seguro para nuestros niños y jóvenes, pero hechos aislados con mayor agresividad nos hacen pensar en situaciones de desajuste emocional muy intenso que no se ha sabido gestionar. Por ello es tan importante la educación y gestión emocional, para poder aprender a regular nuestras emociones y capacidades de comunicación.

Comparto este podcast del programa Las Tardes de RNE donde hablamos de todo ello.

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La elección de colegio, una decisión clave que ha cambiado de prioridades

«Tenemos que sentir que forma equipo con la familia»

Por LOLITA BELENGUER  CREATIVIDAD: HENAR DE PEDRO

Es momento de elegir colegio. Muchas son las familias que se enfrentan estos días a esa decisión que los especialistas recomiendan tomar en concordancia con los valores de cada casa. Atrás quedaron los aspectos más prácticos como que el centro esté cerca del domicilio o el trabajo de los padres o tutores, o que el horario cubra las necesidades de conciliación de cada hogar. Ahora las familias priman el proyecto educativo de los centros, la metodología que emplean, sus estrategias para resolver problemas que pudieran surgir de convivencia o los recursos para atender las necesidades especiales.

Cuestiones a tener en cuenta

Entre las cuestiones a tener en cuenta a la hora de decantarse por el centro en el que los hijos e hijas comenzarán su educación destacan cuestiones como que sea público, concertado o privado; religioso o laico; la amplitud de horario; la distancia; la oferta de extraescolares; que tenga cocina propia -una dotación cada vez más escasa y que depende de las Comunidades- y la calidad de la comida que se ofrece en el comedor; los idiomas; el nivel académico; la metodología; las instalaciones; el uso de las nuevas tecnologías o la relación con las familias, entre otros aspectos.

Valores y preferencias

Las especialistas consultadas por 20minutos coinciden al aconsejar que la prioridad para las familias debería ser que el centro se alinee con sus valores y preferencias. Sonia Martínez Lomas es la directora de Crece Bien, una red de centros de desarrollo emocional y social que ayuda, entre otras cosas, a las familias a elegir colegio o instituto que encaje con las necesidades de sus hijos. «Ya no importa que el colegio esté lejos de casa si va a merecer la pena para el niño. Uno de los aspectos que más se demanda ahora es el cuidado emocional y social de los niños, cómo se tratan los valores. También ha aumentado el interés por las metodologías alternativas», expone Martínez, al tiempo que explica que la pandemia de covid-19 ha disparado las dificultades emocionales. «Hay muchos niños con ansiedad, con miedo a suspender o a que se metan con ellos y, por tanto, el interés de las familias por cómo se tratan los valores ha aumentado», abunda.

Asesoramiento profesional

Decidirse por un cole u otro es un tema para el que algunas familias requieren asesoramiento profesional y del que se ocupan cada con mayor antelación. Así lo constata la responsable de la web Coles y Guardes, donde las familias pueden consultar y comparar la información más relevante de los centros de Madrid y otras ciudades. El pasado miércoles, un día antes de que arrancara el plazo de inscripción en la Comunidad de Madrid –que se cerrará el próximo 26 de abril-, la página registró 8.000 páginas vistas. Su creadora, Nieves Horcajo, lleva 11 años visitando centros para recopilar la información que nutre su plataforma. «Ahora hay menos problema para que te den la primera opción porque hay menos niños -la natalidad desciende- y los coles son los mismos. En Madrid, en los últimos dos o tres años, entran donde prefieren».

Nuestras prioridades

Horcajo cuenta que «cada vez se adelanta más empezar a mirar coles, antes se ponían después de Navidad, pero ahora comienzan en septiembre tras el verano». La experta también destaca que las familias buscan sobre todo que los centros trabajen por proyectos, que ofrezcan al menos pinceladas de disciplinas positivas como el método Montessori, educación emocional o usen nuevas tecnologías.

«Lo importante es tener claro cuáles son nuestras prioridades (inglés, instalaciones, desarrollo personal, nuevas tecnologías, etc.), porque los colegios tienen un presupuesto y no pueden tenerlo todo. Todos son buenos, pero cada uno tiene sus prioridades«, añade Sonia Martínez. La psicóloga recomienda asimismo transmitir a los pequeños las prioridades de la familia y del centro, para que comprendan que van a la par. Sin embargo, aclara, la elección de colegio es una decisión que han de tomar los adultos.

«No hay coles ni buenos ni malos, sino el que mejor se adapta a las necesidades de nuestros hijos»

La importancia del equipo docente

En la misma línea se pronuncia la psicóloga infantil Silvia Álava Sordo, que subraya que no hay coles «ni buenos ni malos, sino el que mejor se adapta a las necesidades de nuestros hijos». Álava Sordo anima a las familias a perder el miedo a comunicarse con el centro, a informarles en caso de algún diagnóstico -de necesidades especiales como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)o autismo, por ejemplo- para comprobar si cubriría sus necesidades. Como sus colegas, insiste en la idea de que los valores que se transmiten en el centro han de ir «en consonancia con los de la familia». El cole elegido debe ser «con el que sintamos que formamos equipo».

En este sentido, Horcajo abunda en que «más que si disponen de horario ampliado o extraescolares, que eso hoy en día lo ofrecen casi todos, la diferencia es la cercanía que sintamos en la relación del equipo docente y las familias». Por su experiencia, afirma que el profesorado es «cada vez más» cercano y se puede contar con ellos cuando hay un problema. «Que el claustro sea estable da garantías y lo agradece el alumnado», prosigue. 

«El nivel académico es importante pero no primordial, cada niño es un mundo»

«El nivel académico es importante pero no primordial porque cada niño es un mundo. Con el tiempo, los hijos evolucionan y las prioridades cambian. Igual al principio te empecinas en que el centro tenga unas instalaciones deportivas excelentes y luego resulta que a tu hijo le gusta tocar el violín, o que tenga unos buenos resultados en la EBAU y luego hace FP», apunta Horcajo.

La cercanía

La psicóloga Álava Sordo sí destaca que la cercanía es un factor a tener en cuenta e invita a reflexionar si se prefiere pasar el tiempo en el autobús o en el coche o en una extraescolar o el parque con los amigos. Como ella, también la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), María Capellán, menciona la distancia al cole como elemento destacable ya que permite continuar con la socialización de los pequeños a la salida del colegio, en el parque del barrio. Y va más allá: recomienda a las familias fijarse en si el camino al cole es seguro ya que eso permitiría que a partir de los nueve o diez años los niños pudieran ir solos al colegio sin peligro «lo cual fomentaría su autonomía personal».

Desde la CEAPA anotan igualmente que a la hora de elegir colegio hay que tener presente que el precio de las extraescolares sea «lo más asequible posible». 

FUENTE: 20minutos.es

Acoso escolar: ¿Qué hacer cuando nuestro hijo es el que agrede?

Trabajar con el menor responsable del acoso es fundamental para erradicar conductas inapropiadas y brindarle la ayuda que necesita. Muchas veces, el acosador también es víctima.

Por NACHO MENESES

Qué ha podido fallar en nuestra familia

“Mi propio hijo no era consciente ni se había dado cuenta de que estaba haciendo acoso a uno de sus compañeros”, dice la madre de un menor de 14 años que recurrió a la Fundación ANAR, de Ayuda a los Niños y Adolescentes en Riesgo, en busca de ayuda. Solo durante 2021, la fundación recibió un total de 29.638 peticiones de ayuda por situaciones de acoso escolar, de las que atendieron 3.225 casos; la mayoría correspondientes a víctimas, porque las familias de los acosadores aún se resisten a reconocer el problema: “La toma de conciencia es difícil, porque cuesta mucho asumir que nuestro hijo o hija tenga actitudes violentas”, explica Diana Díaz, directora de las líneas de ayuda de ANAR. “Existe una resistencia psicológica que muchas veces es un mecanismo de defensa muy potente. Y eso nos lleva a preguntarnos qué ha podido fallar en nuestra familia y cómo hemos podido llegar hasta ahí”, añade. Y entonces surge la pregunta:

¿Qué podemos hacer si creemos que nuestro hijo o hija es culpable de acoso?

Ante todo, no minimizar el problema. Actuar. Evitar a toda costa los “no pasa nada”, “son cosas de chicos” o “tal vez le provocaron”. La no intervención hará que el problema se perpetúe en el tiempo a través de nuevos episodios con nombres diferentes y que, incluso, llegados a la edad adulta, se transformen en casos de violencia de género, maltrato o acoso laboral. El agresor, a fin de cuentas, es en este caso otro menor de edad que también necesita ayuda. “Tienen que establecerse unas consecuencias lógicas y coherentes con la situación ocurrida, que vayan orientadas a reparar el daño causado y en las que se trabaje la empatía: cómo te sientes, cómo has hecho sentirse a los demás… E incluso pedir ayuda psicológica, porque los padres de las víctimas enseguida vienen al psicólogo, pero los de los acosadores vienen agarrados por las orejas”, afirma Silvia Álava, psicóloga sanitaria y educativa. “Y si tienen que ir al centro a pedir disculpas, como padre o madre, he de conseguir que lo hagan. La violencia no puede ser gratuita, y pedir perdón es importantísimo”, esgrime Díaz.

Identificar todo lo que se esconde detrás de esta situación

Recurrir a la ayuda profesional es de vital importancia y ayudará a identificar todo lo que se esconde detrás de la situación de acoso. Porque, en ocasiones, los mismos agresores sufrieron un abuso en el pasado, y lo pueden estar reproduciendo; o provienen de un entorno familiar en el que la violencia está normalizada. Por eso es fundamental enseñarles a relacionarse de una manera diferente, a tener un comportamiento asertivo en lugar de agresivo y a trabajar la inteligencia emocional y la empatía. “En ocasiones, se trata de chicos, chicas o adolescentes que muestran comportamientos agresivos incluso hacia sus amigos o su propia familia. Insultan, amenazan, coaccionan o mienten; les cuesta mucho empatizar y no se suelen sentir culpables”, describe Álava. Son jóvenes que actúan de forma muy impulsiva, carecen de estrategias no violentas para resolver conflictos y suelen tener una baja capacidad de autocontrol y poca tolerancia a la frustración. “Y luego está el que es agresor porque se ve presionado y entonces apoya al agresor principal. Y, al hacerlo, también se convierte en acosador”, remacha Díaz.

Responsabilidad legal

Conviene recordar, además, que los progenitores tienen una responsabilidad legal sobre los actos de sus hijos en el centro escolar. Porque, aunque el menor tenga edad penal para responder sobre sus actos a partir de los 14 años, los padres continúan teniendo una responsabilidad civil, sea cual sea la edad, hablemos de 13 o de 17 años. La Fundación ANAR gestiona un chat y dos líneas telefónicas de ayuda: la propia (900 20 20 10) y la del Teléfono Contra el Acoso Escolar y los Malos Tratos, del Ministerio de Educación (900 018 018).

Para prevenir hay que empatizar

La prevención ha de empezar a trabajarse en casa y desde edades tempranas, porque si esperamos a hacerlo hasta los 17 años, es fácil que lleguemos tarde. “Practicar la empatía implica enseñarles a ser solidarios y a hacer cosas por los demás, para que vean que en el centro escolar se puede ser líder teniendo una actitud de cooperación”, cuenta la responsable de ANAR. Y añade: “Se debe favorecer muchísimo la cercanía, la comunicación y el diálogo con nuestros hijos e hijas desde las primeras etapas, para saber cómo es su día a día, cuáles son las mejores cosas que les han sucedido y las dificultades que han podido tener, sin olvidarse de fomentar el sentimiento de pertenencia dentro de la familia. A nivel preventivo, es necesario estar muy al tanto de con quién se relacionan y cuáles son los desafíos a los que se enfrentan. Y que te vean como un modelo de referencia y te puedan consultar cualquier duda o problema”.

La semilla de la atención y la comunicación

Sembrar desde el principio la semilla de la atención y la comunicación en el hogar familiar sirve para poner límites tanto en casa como fuera, y que entiendan que ningún objetivo justifica el uso de la violencia. Algo que puede lograrse consensuando las normas y asegurándonos de que están adaptadas a su edad. De esa manera, cuando el menor salga al exterior, sabrá manejarse adecuadamente. “Este es un mensaje muy poderoso para las familias: si yo justifico alguna forma de violencia, sea la que sea, al final estoy dando carta blanca a actuaciones que tienen que ver con la violencia”, reflexiona Díaz. La educación en valores hará el resto: trabajar la autoestima, la autonomía, la conciencia social, la confianza y la resolución de problemas.

En el centro escolar

La prevención, además, se puede y debe cultivar desde el centro escolar: tanto a nivel general, por medio de la celebración de distintos talleres y dinámicas, como dentro de cada aula. El III Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos, de ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, recoge algunas de las recomendaciones de los docentes, como el respeto a la diversidad; el fomento de la escucha, el diálogo y la comunicación; promover la cohesión del grupo y facilitar una metodología didáctica de trabajo cooperativo. “En el centro escolar tiene que haber una conversación necesaria que aborde el por qué y el para qué se ha recurrido a la violencia. Y a partir de ahí, ponernos en manos de profesionales que nos puedan ayudar”, sostiene Díaz.

La importancia de los testigos mudos

Resolver una situación de acoso pasa necesariamente por trabajar con los tres perfiles presentes en cualquier situación de acoso escolar: la víctima, el agresor y el espectador, que con su actitud puede validar e incluso animar los comportamientos violentos. Por eso, conviene enseñarles a no permanecer impasibles ante cualquier situación de abuso o acoso de la que puedan ser testigos. “Se ha de trabajar todo el clima del aula, e incluso de toda la escuela, para saber que aquí funcionamos desde el respeto; y que, en el momento en que haya una falta de respeto, esto se corta. En vez de decirles “tú, si ves algo, no te metas”, insistir en que lo primero de todo es defender a esta persona, ponernos en su lugar y no dejarla sola”, señala Álava. Y esto se puede hacer acudiendo a un profesor de la escuela, que puede ser incluso un mediador, porque hay muchos centros que tienen programas de prevención del acoso. Pero, ante todo, concluye, ni callarse ni mirar hacia otro lado.

FUENTE: elpais.com

Mi hijo no quiere ir al colegio. Razones que puede haber detrás.

Cuando los niños no quieren ir al colegio necesitamos saber las razones que se esconden detrás para poder ayudarles

Por Silvia Sánchez para Educar Es Todo

Cuando escuchamos a nuestro hijo decir “no quiero ir al cole”, pensamos que es un caso aislado y que se puede deber a la desidia por ir al centro. Cuando ya es algo reiterado y que implica un cambio en su comportamiento, es ahí cuando debemos prestar mucha atención. En este artículo trataremos algunas de las posibles razones que están detrás de la frase “no quiero ir a clase”.

CUÁNDO DEBO PREOCUPARME SI MI HIJO NO QUIERE IR AL COLEGIO

Somos las madres y padres de nuestros hijos, los observamos durante todo el día y convivimos con ellos. Sabemos cuándo están tristes, felices o cuándo ha ido algo mal. Esta es la primera herramienta que debemos utilizar para discriminar información: la observación.

Si nuestro hijo manifiesta que no quiere ir al colegio, pero observamos que está feliz, tranquilo, integrado y disfruta, podemos estar tranquilos, todo fluye con normalidad. Conocemos a nuestro hijo, si es un niño extrovertido que juega y se relaciona con el resto de compañeros, podemos relajarnos. Si por el contrario, es más tímido e introvertido, pero que tiene un grupo más reducido de amistades o que incluso, se acerca a niños cuando desea interactuar con ellos de forma sana, también podemos relajarnos.

Cuando debemos empezar a preocuparnos, o estar más pendientes de ellos, es en el momento en el que lo repiten de forma reiterada y hay un cambio en su comportamiento, por ejemplo, diciendo que se encuentran enfermos, estando más apático o triste.

ALGUNAS RAZONES POR LAS QUE NO QUIERE IR AL COLEGIO

No querer ir al colegio puede ser un tema de preocupación para muchas madres y padres, por lo que tendremos en cuenta algunas situaciones que pueden explicar su rechazo.

No quiere ir al cole, pero está contento

Incluso si se siente bien en el colegio, salir de casa puede suponer un gran esfuerzo. Amaya de Miguel, fundadora de Relájate y educa, nos explica en su libro “Relájate y educa” que esto suele ser algo muy frecuente en los niños. De la misma forma que a muchos de nosotros nos cuesta ir a trabajar cada mañana, a nuestros hijos, igual.PUBLICIDAD

La experta explica que esto puede deberse a la dificultad de separarse de nosotros. Tengan la edad que tengan, en casa se está mucho mejor que desarrollando nuestras responsabilidades. Ella nos aconseja no convencerlos de lo contrario diciendo que ir al colegio es estupendo, su sentimiento no va a cambiar por muchas explicaciones que les demos.

Lo que sí podemos hacer es darle la vuelta a la situación. Cada día, cuando vayamos a recogerlos, les podemos decir: “veo que tienes una gran sonrisa. Me parece que ha sido un buen día para ti, ¿es así o me equivoco?”. Cuando nos despidamos de ellos también les puede ayudar lo siguiente: “Sé que la despedida es difícil, también sé que cuando hoy te recoja vas a estar muy contento”. Amaya de Miguel menciona que a los niños les ayuda mucho contar cada día algo positivo, podemos decirles que cuando vayamos a por ellos nos deben decir algo bueno que les haya ocurrido.

Ella también nos propone dos acciones más:

  1. Llevar un objeto personal nuestra. Cuando les cuesta separarse de nosotros puede ser de gran ayuda que lleven un collar, un llavero o incluso un pañuelo. Así cuando nos echen de menos pueden tocarlo y no se sentirán tan tristes.
  2. Dejar una nota especial. Esta es una técnica que utiliza mucho Lucía, mi pediatra. Consiste en dejar una nota con el almuerzo y que lo lea cuando esté en el recreo o en clase. Puede ser simplemente decirles que les queremos, un chiste o un dibujo, no importa el contenido, para ellos será un regalo especial.

No quiere ir al cole, creo que está sufriendo acoso escolar

Sin duda alguna este es el momento que más tememos como madres y padres. En el curso de la plataforma Educar es todo “cómo mejorar la relación con los profesores“, Carmen Cabestany, fundadora de NACE, nos habla sobre cómo debemos proceder en el caso de que nuestro hijo o hija sufra bullying. Como educadora y experta, menciona que lo primero que tenemos que hacer es acudir al centro y poner la situación en conocimiento del profesorado y el equipo directivo para que pongan solución al problema de manera inmediata.

Natalia de Agustín, autora de “Resistiré” y víctima de acoso, relata que “en el momento en el que el menor regresa del colegio padeciendo episodios que se salen de la normalidad y se repiten. Los padres pueden detectar el acoso teniendo comunicación con el menor y observando su estado de ánimo. Es imprescindible crear un clima de confianza para que el menor pueda expresar lo que le sucede sin sentirse juzgado”. Para ella la clave reside en arropar al menor con ayuda profesional para recomponer el daño que ha sufrido, aquí la ayuda psicológica es necesaria.

Por su parte, la psicóloga Úrsula Perona propone que la prevención es la mejor herramienta contra el bullying. Desde los colegios es fundamental incorporar programas de prevención que incluyan la inteligencia emocional, la resolución de conflictos o las habilidades sociales.

Por supuesto, también tener tolerancia cero con la violencia, tanto desde casa como desde los centros educativos. Para eso es necesario tener unas normas y valores claras sobre la violencia, y saber trasladarlas al alumnado. Demasiadas veces toleramos en niños y adolescentes conductas que jamás toleraríamos en adultos. Por ejemplo: nunca consentiríamos que un compañero de trabajo nos insultara, nos zarandeara o nos gastara bromas pesadas. Tampoco que nos humillara en redes sociales.

Otro aspecto importante es tener protocolos claros de actuación en los colegios ante casos de bullying. Lamentablemente muchas veces los equipos docentes no saben bien cómo deben actuar ante un caso así.

Ha discutido con sus amigos y no quiere ir a clase

Puede que este sea otro de los motivos por los que no quiere ir al centro. No importa si es adolescente o no, a partir de los 7 años los amigos comienzan a ser personas importantes en sus vidas, por lo que una discusión les afecta al ánimo. La psicóloga Silvia Álava en su libro “queremos que crezcan felices”, expone la importancia de que los conflictos entre iguales los resuelvan ellos mismos, no nosotros. Eso sí, hace un apunte, siempre que sean de la misma edad y no mayores. A no ser que sea algo que se produzca de forma repetitiva, las madres y padres no debemos intervenir.

Cosas que podemos hacer madres y padres para enseñar a nuestros hijos a resolver conflictos con sus amigos:

  • Aprender a ceder y a negociar. Algo fundamental para nuestras relaciones sociales es saber que en ocasiones hay que ceder y en otras, negociar. Por ejemplo: “Ahora eliges tú a qué jugamos, pero luego me tocará a mí” o “Cómo antes has elegido tú, ahora me toca a mí elegir el juego”.
  • Aprender a controlar la envidia. La experta resalta este aspecto como algo fundamental para regular sus emociones y por supuesto, para evitarles muchos futuros conflictos. Como siempre, nosotros somos sus referentes. Debemos tener cuidado con quitar el mérito a amigos o terceras personas por sus logros. Lo positivo para ellos es ver cómo nos alegramos por el éxito de los demás.
  • Actuar bajo sus propios valores. Otro buen consejo para nuestro hijo que propone Silvia, es defender los derechos de aquellos niños a los cuales el líder de la clase no deja jugar. Aquí es clave la empatía, hay que hacerle ver que él sabe cómo se siente ese niño al que no le dejan jugar y así, cuando le ocurra a él, también le apoyarán. El role playing es una buena herramienta para trabajar diversas situaciones y buscar soluciones creativas.
  • Ser modelos de comportamiento asertivo. Nuestro hijo o hija debe aprender a decir lo que piensa, siente y quiere, pero sin enfadarse ni imponerlo. De nuevo, somos su referentes, por lo que en casa debe haber climas de confianza y asertividad donde se traten los conflictos y se respete las emociones del otro.

FUENTE: elperiodico.com

«La espiritualidad ayuda a dar sentido al trauma»

Los progenitores de la niña que murió en el siniestro mandan una carta de agradecimiento a las familias del colegio y piden oraciones para la madre que causó el siniestro

Por Carlota Barcala SEGUIR

Cuatro días después de que María R. C. perdiese la vida en un atropello a las puertas del colegio Montealto, sus padres, Alejandro y María, decidieron compartir una carta con el resto de progenitores y personal del centro educativo. La misiva, que hicieron llegar el lunes por la tarde, agradece las muestras de cariño y oraciones dedicadas a su hija, de cinco años, pero en ella piden también que recen por las otras dos niñas heridas en el accidente y por la conductora que lo causó. «Los padres tienen puesto el foco en el agradecimiento, tanto hacia los mensajes recibidos como en la actuación del colegio y en el trabajo de Samur y Policía. También en los cinco años vividos junto a su hija.

Tener el foco en esto facilita el duelo», analiza a ABC Silvia Álava, psicóloga infantil.

Otra de las partes principales del texto la dedican a la religión. «En el tanatorio nos han contado varios testimonios de personas que estaban lejos de la fe y que gracias a nuestra pequeña María han ido a rezar el Rosario, les invitamos a que no lo dejen», es uno de los extractos. «El amor humano es finito, pero el amor de Dios es infinito», añaden. En este sentido, Álava afirma que «la espiritualidad –no solo la religión católica– ayuda a dar sentido a un trauma, en este caso, tras una pérdida». «Para estos padres, poder pensar que la niña está en el cielo con Dios supone un alivio, porque ayuda a integrar esa experiencia traumática en su día a día. Es importante que el trauma quede integrado en el relato vital», subraya la especialista.

Agradecimiento

Hace referencia también al último párrafo de la carta redactada por los padres de la víctima. «Mariquilla –como la llamaban ellos– está gozando más que nunca en el cielo porque era una disfrutona de la vida y yo creo que ella sabía que solo allí podía estar mejor, con su verdadero Padre y su verdadera Madre», escriben al final, justo antes de agradecer a Dios por los cinco años «maravillosos» que les ha «regalado» al lado de su hija. «Cuando una persona tiene la espiritualidad alta les facilita el relato para da un sentido a lo ocurrido. Hace más fácil para la persona empezar a aceptarlo e integrarlo. Ellos no dicen que mañana vayan a estar bien, al contrario, pero el hecho de poder narrarlo e integrarlo en su vida les ayuda», continúa Álava, que menciona que escribir la carta es otra forma también de dar un sentido a lo ocurrido.

No culpar

«Pero sobre todo, lo importante, es el no culpar. Es bonito e importante la parte en la que piden a los demás que recen, pero también reclaman que se acuerden de la madre que iba conduciendo el coche que provocó el atropello. ‘No la culpéis, nosotros no lo hacemos. Ella está viviendo su propio trauma’, se entiende de las palabras que le dedican en la carta», prosigue Álava, refiriéndose a la siguiente frase de Álex y María: «Os ruego muchas oraciones por María, la madre que le ha tocado, a nuestro parecer, el peor trago del accidente, y una vez más le repetimos que se abandone al Señor para darse cuenta de que no tiene culpa alguna y que, aunque sea incomprensible, Nuestro Dios lo ha permitido para sacar bienes mayores».

Un propósito

La especialista en Psicología Infantil hace énfasis también en otro punto: el proceso de aceptación no implica negar lo ocurrido. «Ellos cuando dicen en el texto ‘Estamos metidos en nuestra cueva intentando curarnos unos a otros’, ‘no nos vemos capaces de leer tantos mensajes de cariño porque estaríamos todo el día llorando’ y ‘para poder dormir compartimos a Dumbo, el elefante peluche de nuestra bebé’ reconocen las emociones tan desagradables que están atravesando», dice Álava. «Es necesario llorar y también respetar los tiempos de cada uno», indica. Asimismo, recalca la necesidad de encontrar otro sentido a la vida: «En este caso, son los otros cinco hijos de los que tienen que cuidar. La muerte de un hijo nunca se supera, pero sí se integra en la vida».

FUENTE: Diario ABC

Los riesgos de sobreproteger a los hijos

Los primeros años en la vida de un niño son fundamentales para su desarrollo emocional

Muchos padres creen que la mejor forma de educar a sus hijos es a través de la sobreprotección. Sin embargo, la psicóloga infantil Silvia Álava Sordo ha manifestado en su reciente libro ‘Queremos hijos felices. Lo que nunca os enseñaron’ que los niños que reciben ese modelo de educación desarrollan menos competencias emocionales, como la tolerancia, son más inseguros, tienen menos habilidades, es más probable que sean víctimas de acoso y a la larga son más infelices.

«Los padres a menudo cometen el error de asumir parte de la responsabilidad de sus hijos, les resuelven todos los problemas y no les dejan hacer las cosas que ya están preparados para hacer, lo que da lugar a la pérdida de autonomía del niño», ha agregado la psicóloga en declaraciones a Europa Press.

El libro abarca la franja de edad comprendida hasta los seis años. «Los primeros años en la vida de los niños son fundamentales, tanto para su posterior desarrollo cognitivo, como en la parte emocional». Por tanto, la inteligencia emocional de los hijos hay que trabajarla desde que son «muy pequeños».

El manual recoge consejos claros y concretos además de herramientas y técnicas para ayudar a los padres a enfocar y resolver el día a día con sus hijos. Asimismo, la autora hace especial hincapié en que los padres, además de preocuparse de formar a sus hijos, se ocupen de transmitirles valores que «la sociedad está perdiendo», como la honestidad, la tolerancia, el perdón, la compasión, el esfuerzo, entre otros.

Educar a los hijos sin gritos y sin desgaste emocional

En sus páginas se recogen, en orden cronológico, las situaciones a las que se enfrentan los padres desde el nacimiento del bebé hasta los seis años. Esta obra ofrece las claves para educar a los hijos «sin gritos, llantos y sin el desgaste emocional tantas veces sufrido por padres y niños».

Además, Álava ha destacado que hay que evitar errores tan extendidos como actuar de «poli bueno» y «poli malo», consiguiendo así educar «en la misma línea» y con un «objetivo común». La educación «no se delega» y ambos padres son responsables de la educación del niño.

En otra de las secciones del libro, la psicóloga habla sobre el establecimiento de límites y normas en la educación de los hijos. Así, crítica que cuando los niños no tienen normas y límites «están muy perdidos, no saben qué es lo que tienen que hacer, qué es lo que se espera de ellos, y tampoco saben qué camino deben elegir».

Además, ha subrayado que uno de los errores más cometidos entre los padres es pedirles a los niños que hagan «cosas que los adultos no hacen», teniendo en cuenta que la principal fuente de aprendizaje de los niños es el modelado -copian a sus adultos de referencia, que principalmente son sus padres-.

Por otro lado, se trata uno de los temas de gran actualidad: si los dos trabajan, ¿quién se queda cuidando al niño?. Álava expone las claves de esta elección, teniendo en cuenta que la obligación de educar y atender al niño «es una cuestión de los padres». Los abuelos podrán ayudar, pero «no se les puede delegar la educación de los hijos», ha sentenciado.

Mostrar la angustia a los hijos su primer día de cole, grave error

El día que los niños comienzan el colegio es duro tanto para ellos como para sus padres, ya que sienten incertidumbre e inseguridad sobre cómo se adaptará el niño a su nueva rutina. Tanto es así, que los padres «transmiten a su hijo su sensación de pena y angustia», lo que hace que éste lo pase peor. «Pasa lo mismo con llevarles exageradamente abrazados. Los niños perciben esa intranquilidad y se contagian», ha aseverado Álava.

Porsu parte, la práctica del castigo a los hijos está presente en uno de los capítulos. La experta explica que los niños tienen que saber que «las cosas que ellos hacen tienen sus consecuencias». Así, cuando haga bien todo tiene una consecuencia positiva -ver un rato la televisión o coger su juguete preferido-, lo que en Psicología recibe el nombre de refuerzo positivo. En cambio, cuando su conducta sea negativa, los padres «pueden optar por no prestarle atención durante un rato».

«Algo que hacen mal los padres es imponer castigos de larga duración, que en muchas ocasiones no son capaces de llevar a cabo y pierden la credibilidad», ha criticado. «Lo mejor es fijar consecuencias inmediatas sobre la conducta del pequeño», ha añadido.

A los niños les tiene que costar conseguir sus juguetes

La sociedad de consumo presiona mucho a los niños a través de campañas de márketing, pero los padres «deben intentar no dejarse llevar por esto». Cada vez tienen más juguetes «pero no por eso son más felices«, ha asegurado la especialista añadiendo que «a los niños les tiene que costar conseguir sus juguetes y deben aprender a valorarlos».

Asimismo, los niños de hoy en día son nativos tecnológicos, «pero no podemos olvidar las bondades de los juguetes tradicionales, que favorecen otras áreas que no se desarrollan con los videojuegos, por ejemplo», ha concluido.

FUENTE: LaNuevaEspaña.es