Cinco libros que deberías leer para cuidar tu Salud Mental

Desde libros que buscan dar respuesta a las interrogantes de sus autores hasta guías para gestionar la ansiedad y el estrés, estos títulos son ideales para sumergirse en ellos en este día dedicado a la salud mental.

El 10 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestra mente y bienestar emocional. 

En un mundo donde las presiones cotidianas pueden abrumarnos, encontrar formas de desconectar y nutrir nuestro interior es fundamental. Los libros, con su poder transformador, pueden servir como refugios y fuentes de inspiración, brindando tanto consuelo como herramientas para enfrentar desafíos emocionales.

Desde Diario Libre hacemos una selección de obras que no solo entretienen, sino que también promueven la introspección y el autoconocimiento.

Desde libros que buscan dar respuesta a las interrogantes de sus autores hasta guías para gestionar la ansiedad y el estrés, estos títulos son ideales para sumergirse en ellos en este día dedicado a la salud mental

1. “La inteligencia emocional” de Daniel Goleman

En este libro seminal, Daniel Goleman explora el concepto de la inteligencia emocional y su impacto en nuestras vidas. Argumenta que, más allá del coeficiente intelectual, nuestras habilidades emocionales (como la empatía, la autoconciencia y la gestión de relaciones) son fundamentales para el éxito personal y profesional.

Goleman presenta investigaciones que demuestran cómo la inteligencia emocional puede influir en nuestra salud, rendimiento y felicidad, ofreciendo estrategias prácticas para desarrollarla y aplicarla en diferentes ámbitos.

2. “El peligro de estar cuerda” de Rosa Montero

Rosa Montero aborda el complejo tema de la locura y la normalidad en esta reflexión íntima y profunda. A través de anécdotas personales y el análisis de personajes históricos, la autora cuestiona los límites de la cordura y cómo la sociedad define lo que es «normal».

Montero invita a los lectores a reconsiderar sus propios miedos y a abrazar la vulnerabilidad como parte de la condición humana, sugiriendo que, a menudo, la locura puede ser una forma de liberación y autenticidad.

3. “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé

Marian Rojas Estapé ofrece un enfoque práctico y optimista para transformar nuestra mentalidad y atraer experiencias positivas a nuestras vidas. A través de consejos basados en la psicología y la neurociencia, la autora enseña a los lectores a cambiar patrones de pensamiento negativos y a cultivar una actitud proactiva.

Este libro se convierte en una guía para aprender a gestionar emociones, establecer metas y construir un futuro lleno de oportunidades.

4. “¿Quién dijo ansiedad?” de Judit Izquierdo y Marta Foix

En este libro, Judit Izquierdo y Marta Foix desmitifican la ansiedad, abordando sus causas y síntomas de manera accesible y comprensible. A través de una combinación de teoría y ejemplos prácticos, las autoras ofrecen herramientas y estrategias para manejar la ansiedad en la vida cotidiana.

Este manual es tanto informativo como terapéutico, permitiendo a los lectores identificar y afrontar sus miedos, con el objetivo de recuperar el control y la tranquilidad en sus vidas.

5. “¿Por qué no soy feliz?” de Silvia Álava

Silvia Álava explora las razones detrás de la infelicidad y proporciona un marco para entender qué nos impide alcanzar una vida plena y satisfactoria. Con un enfoque en la psicología positiva, la autora analiza factores internos y externos que afectan nuestro bienestar emocional.

A través de ejercicios prácticos y reflexiones, Álava guía a los lectores en un viaje hacia la autocomprensión y la identificación de lo que realmente les hace felices, proponiendo cambios concretos para mejorar su calidad de vida.

FUENTE: diariolibre,com

Nadie tiene una vida perfecta: Día Mundial de la Salud mental

Hoy es 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental. Queremos llamar la atención sobre una problemática que afecta cada vez más a niñas, niños y adolescentes: la presión de mostrar una vida perfecta en redes sociales.

Un nuevo informe de Unicef presentado el 9 de octubre revela que casi 7 de cada 10 adolescentes en España (68,1%) sienten la presión de proyectar una imagen ideal y sin problemas en el mundo online, aunque no sea cierta. Nos preocupa cómo este fenómeno puede afectar su bienestar emocional, ya que además, el 41,1% cree haber tenido un problema de salud mental en el último año, pero más de 1 de cada 3 nunca ha hablado de ello.

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Adolescentes en casa: en busca de la armonía familiar

Durante la adolescencia, el cerebro se reestructura, las hormonas «explotan» y los jóvenes buscan definir su identidad. ¿Cómo podemos, como adultos, derribar barreras, abrir líneas de comunicación y acompañar este proceso con una presencia adecuada, sin perder el disfrute en el camino?

“La capacidad de conservar una identidad sólida parece depender de ser en parte lo que los demás esperan y, al mismo tiempo, algo distinto. Sin embargo, no es fácil precisar hasta dónde llega esa diferencia», reflexionaba Héctor Fernández Álvarez, uno de los psicoterapeutas más destacados de Argentina, en relación con la adolescencia.

En casa, el caos comienza desde la llegada de un bebé: falta de sueño, pañales, y preocupaciones. Pero los niños crecen. De repente, ese niño que buscaba a su madre para todo y veía a su padre como un héroe empieza a considerarlos ignorantes, avergonzándose de ellos. Comienzan a distanciarse, desafían constantemente, gruñen por nimiedades… Esa tierna «Masha» de repente se convierte en «el oso».

La adolescencia puede verse como una etapa de estrés y conflictos, o como un periodo de transformación en el que los hijos desarrollan nuevas capacidades. Aquí, los padres tienen la oportunidad de fomentar factores protectores que contrarresten los riesgos. Al igual que al principio del vínculo familiar, es una etapa de aprendizaje tanto para los mayores como para los jóvenes.

El papel de los padres: entre el apoyo y la flexibilidad

Craig Knippenberg, terapeuta familiar y presentador del podcast Legit Parenting, señala: “El mayor éxito de los padres es mantener a salvo a la familia día tras día, disfrutando del tiempo juntos. Deberíamos aprender a ser más amables con nosotros mismos. La crianza moderna es extremadamente exigente si uno pretende ser el padre perfecto constantemente. En lugar de centrarnos en cada detalle, pensemos más en el vínculo que estamos construyendo.”

Por su parte, Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología, reconoce que la adolescencia es una etapa temida por muchos padres, pero aclara que no necesariamente tiene que ser problemática. «Es útil comprender los cambios que ocurren, no solo a nivel físico, sino también a nivel cerebral.»

Cambios neurobiológicos que influyen en el comportamiento

Durante la adolescencia, el cerebro experimenta importantes transformaciones. Carina Castro Fumero, neuropsicóloga pediátrica, explica: “Uno de los principales retos es el sistema límbico, que es hiperreactivo y responsable de las emociones. Se desarrolla antes que la corteza prefrontal, la encargada de regular los impulsos y la toma de decisiones racionales». A esto se suma la disminución de receptores de dopamina, lo que lleva a los adolescentes a buscar gratificaciones inmediatas, como las que ofrecen las redes sociales, los videojuegos y otros estímulos de recompensa rápida.

Desafíos en la convivencia

La comunicación y la comprensión son esenciales durante esta etapa. «Una de las equivocaciones más comunes es que los padres reducen el apoyo y aumentan las críticas», comenta la psicopedagoga Mariana de Anquin. «En lugar de juzgar, los adolescentes necesitan sentirse escuchados, sin miedo a ser cuestionados.»

Paula Prevé, psicóloga de la Fundación Aiglé, también destaca que “los adolescentes buscan afianzar su identidad, y los padres deben adaptarse con flexibilidad a estos cambios, comprendiendo que no se trata de un rechazo personal, sino de un proceso natural en su desarrollo.”

Claves para una convivencia saludable

El reto para los padres es encontrar el equilibrio entre mantener el control y darles autonomía a sus hijos adolescentes. Según la psicóloga Maritchu Seitún, “aunque a los adolescentes les cueste reconocerlo, necesitan saber que estamos presentes. No se trata de acosarles, sino de ser una guía cercana y atenta.”

Rodrigo F., padre de dos mellizos, reflexiona sobre su experiencia: “Pensamos que, al empezar la secundaria, ya podían manejarse solos. Pero nos dimos cuenta de que no estaban preparados para asumir tantas responsabilidades sin nuestra supervisión. Aún necesitaban nuestro apoyo, a pesar de su aparente independencia.”

Escoge tus batallas

Durante la adolescencia, es fundamental aprender a seleccionar las «batallas». Rocío Ramos Paul, psicóloga especializada en crianza, aconseja: «No podemos enfadarnos por cada pequeño problema. Este periodo pasará, y lo que realmente importa es la relación que construimos con ellos. Hay cosas que simplemente debemos dejar pasar, y enfocarnos en lo verdaderamente importante.”

Comunicación: la clave para una convivencia sana

El diálogo es la herramienta más poderosa para gestionar los conflictos en esta etapa. “Es fundamental entender que la negociación no es una competición, sino una forma de establecer normas que permitan una convivencia armoniosa”, afirma Ramos Paul.

Finalmente, para mantener la conexión emocional con los adolescentes, Maritchu Seitún aconseja: “Recordemos nuestra propia adolescencia. Compartir con ellos nuestras experiencias puede ayudar a que se sientan comprendidos y a fortalecer el vínculo.”

FUENTE: lavozdequequen.com.ar

A veces olvidamos lo más importante: NOSOTROS MISMOS.

En un mundo tan exigente, a veces olvidamos lo más importante: NOSOTROS MISMOS.

Por ello, está bien tomarte un momento para conectar con tu vulnerabilidad, escuchar lo que realmente necesitas y ser auténtico. Permítete ser tú, sin máscaras ni presiones.

Sigue el ejemplo de los padres noruegos para criar niños autónomos y responsables

Los niños nórdicos van solos al colegio desde pequeños, juegan en la calle sin supervisión, preparan la cena… Esto es lo que hacen el país nórdico para criar niños autónomos y responsables.

Por Carmen Barreiro

Los niños noruegos de padres divorciados pueden recorrer el país de punta a punta ellos solos cuando les toca cambiar de casa sin mayor problema, ni tanto drama. Lo hacen desde muy pequeños. Salen con su mochila –que preparan ellos mismos–, caminan hasta la estación, suben al tren o al autobús, hacen transbordo si es necesario, se bajan en la parada correspondiente y andan de nuevo hasta llegar a su destino.

¿Crees que tus hijos serían capaces de hacer esto con 8 o 9 años?

Y lo más importante en este caso, ¿les dejarías hacerlo? La respuesta a esta pregunta es básicamente lo que nos diferencia de los noruegos en cuanto al modelo de crianza. La mayoría de nosotros seguro que contestaríamos que no, que no se lo permitiríamos, que como van a ir solos en el metro tan pequeños, que se pueden perder, que les puede pasar cualquier cosa, mientras que ellos ni se plantean esa cuestión. ¿Por qué no van a poder hacerlo?, responderían.

La cultura noruega valora la independencia por encima de todo y se espera –y fomenta– que los niños también aprendan a valerse por ellos mismos desde muy pequeños. No es una moda educativa pasajera, les sale natural porque es su manera de entender la vida en sociedad. Los críos van al colegio solos desde los seis años, juegan en la calle sin la supervisión de un adulto, se hacen la merienda y se suben a los árboles o saltan desde una roca sin que nadie a su alrededor se lleve las manos a la cabeza. Es lo que se conoce como crianza en libertad, un modelo educativo al que aspiran muchos padres pero que fuera de los países nórdicos no siempre termina de encajar.

«El mayor error que cometemos hoy en día como padres a nivel general es el de la sobreprotección»

Silvia Álava, Psicóloga

No cabe duda de que el alto poder adquisitivo de los noruegos, su baja tasa de criminalidad y sus envidiables derechos de paternidad y maternidad facilitan este tipo de crianza, pero esta filosofía educativa, basada en la independencia, la confianza y el contacto con la naturaleza, pero también en el cumplimiento de las normas y el respeto hacia los demás, va más allá de una cuestión económica o de unos buenos servicios públicos, que también. «Cada familia debe valorar cuál es el estilo de crianza que quiere para sus hijos, pero está claro que hoy en día el mayor error que cometemos como padres a nivel general es el de la sobreprotección», reconoce la psicóloga Silvia Álava en relación al modelo educativo predominante en nuestro país.

«No podemos ser apagafuegos»

«Nos pasamos demasiado tiempo resolviendo los problemas de nuestros hijos –añade la especialista– y esa actitud solo les genera inseguridad. Es justo lo contrario de lo que hacen en los países nórdicos, donde lo que se fomenta es la autonomía desde muy pequeños. Como padres tenemos que acompañarles, que sepan que estamos con ellos si les pasa algo, que les vamos a dar respaldo… Pero lo que no podemos hacer es ser su apagafuegos. Tienen que aprender a hacer las cosas por ellos mismos, a solucionar sus problemas. Tenemos que poner el foco en enseñarles a levantarse no en evitarles todas las caídas».

Responsabilidades adaptadas a cada edad

Ahora bien, aunque la mayoría de padres estarían encantados con la idea de tener un niño fuerte, independiente y decidido «también tenemos que ser conscientes de nuestro entorno. En Noruega los críos pueden ir solos al colegio desde bien pequeños porque todo está preparado para ello. Tenemos que fomentar la autonomía, pero siendo realistas. Si tu hijo de seis años tiene que cruzar dos carreteras y coger un metro para llegar a clase, pues igual no es del todo factible, pero en un pueblo quizás sí puede hacerlo. Muchas veces el problema es que los padres pensamos que los niños son pequeños para hacer determinadas cosas y no es así», comenta Silvia Álava y pone varios ejemplos.

«Un crío de cuatro años es perfectamente capaz de vestirse y desvestirse solo, de lo que no es capaz es de hacerlo a la velocidad que nosotros necesitamos que se vista para no perder el autobús o llegar a tiempo al colegio. Es decir, tendremos que levantarnos antes e ir redirigiendo su atención para que no se despiste. Pasa lo mismo con la mochila o los deberes. Si le mandan tareas es porque el profesor considera que está perfectamente capacitado para hacerlas solo».

Frío ¿Quién dijo frío?

Otro de los pilares de la crianza en libertad es el contacto con la naturaleza, jugar en la calle, experimentar y… aprender de los errores. Dicen los noruegos que no existe el mal tiempo sino la ropa inadecuada y con esta premisa no hay excusa para no disfrutar del aire libre. Su filosofía es que si un niño se sube a un árbol y se cae, esto le hará mejor escalador la próxima vez. Entienden el fracaso como una herramienta de aprendizaje. «Aquí directamente les prohibimos que suban en lugar de enseñarles a caer», argumenta la autora del libro ‘Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia’.

El modelo noruego funciona, entre otras cosas, porque se sustenta en un profundo respeto por el cumplimiento de las normas, un civismo llevado al extremo que no se contempla en todos los países. Los padres les dan libertad, pero los niños también cumplen.

FUENTE: elcorreo.com

Cuando las deudas destrozan tu salud mental

“Hay una sensación de vergüenza cuando vas a un banco a decir que no puedes pagar la hipoteca”

Uno de cada cuatro españoles tiene problemas para devolver el crédito que contrata. Esto causa ansiedad, estrés, insomnio y otros problemas

“Cuando sabes que va a vencer un plazo y no puedes pagarlo, te recorre una sensación de angustia que no te deja dormirPiensas en tus hijos, en cómo poder solucionarlo, en todo lo malo que puede pasar: un desahucio, un juicio, cómo te mirará la gente… Es tal la sensación de incertidumbre, el nivel de ansiedad, que te quita la vida”. Eva tiene 50 años y hace 15 que pasó uno de los momentos más traumáticos de su vida, cuando tuvo que compaginar el pagar dos hipotecas a la vez. Sus hijos habían crecido y los cinco miembros de la familia no entraban en el piso de dos habitaciones en el que vivían, por lo que tuvieron que mudarse a una casa más grande, lo que supuso pedir otro préstamo hipotecario. Al principio todo iba bien, pero la situación se complicó cuando su marido fue afectado por un ERTE en su empresa.

“Hay una sensación de fracaso, de vergüenza, cuando vas a un banco a decir que no puedes pagar la hipoteca.

Te da miedo que ellos piensen que has despilfarrado, que te has gastado el dinero en tonterías, pero la verdad es que son otras circunstancias las que hacen que puedas llegar a ese punto”, explica ahora para Infobae España, sabiendo que todo lo malo acaba pasando.

Como Eva, hay miles de personas. De hecho, dos de cada tres españoles han sufrido un episodio de ansiedad, estrés, preocupación o insomnio a la hora de pedir un crédito y el 82% de los españoles afirma que el estado de sus finanzas influye en su motivación para realizar actividades. Así lo asegura el último informe de la plataforma de soluciones para liquidar deudas, Go Bravo, que analiza la relación entre el endeudamiento y la salud mental.

Es muy difícil cuidar nuestra salud mental cuando no se llega a final de mes

Como explica la experta en psicología educativa Silvia Álava, “es muy difícil cuidar nuestra salud mental cuando no se llega a final de mes o las deudas no dejan conciliar el sueño por la nocheEl no tener las necesidades básicas cubiertas o saber que si surge cualquier imprevisto no seremos capaces de poder afrontarlo se añade al estrés del día a día y supone una preocupación constante en las personas que pueden romper el equilibrio de su salud emocional y generar trastornos del estado de ánimo como ansiedad o depresión”.

1 de cada 4 españoles tiene problemas para devolver el crédito que contrata

Según la plataforma reparadora de crédito, el 74% de los españoles ha utilizado en alguna ocasión algún producto financiero de deuda personal. Las tarjetas de crédito son el recurso más utilizado, con un 65% de usuarios entre la población. Pero esto no tiene por qué ser malo. De hecho, una de las managers españolas de Go Gravo, Sandra Sabaté, explica que se trata de “una herramienta muy buena que te permite tener un control de tus finanzas y no descapitalizarte de una vez”. El problema es cuando llega el sobreendeudamiento.

Una de cada cuatro personas tiene problemas para devolver el crédito que contrata.

Por ello, los expertos y analistas siempre recomiendan invertir aquella cantidad de dinero que te permita dormir por la noche, aunque se sepa que se pueda perder.

Un problema que tiene una solución aparentemente fácil, pero que los Gobiernos no afrontan: la educación financiera. Tener un mayor conocimiento en cuanto a los términos, situaciones y productos financieros puede facilitar a los ciudadanos saber reaccionar ante las circunstancias y que no les engañen o acaben sobre endeudados.

Perfil del sobreendeudado en España: hay dos causas principales

El perfil mayoritario de las personas sobreendeudadas es un hombre de entre 40 y 54 años, con estudios en formación profesional, trabajo a jornada completa y unos ingresos medios mensuales de unos 1.500 euros, según determina otro estudio de la compañía de solución de problemas financieros.

Además, a menudo tenemos el prejuicio de que las personas que llegan a un gran nivel de endeudamiento es porque no han sabido gestionar sus gastos. Sin embargo, como explica Sabaté, “La gente no llega a este problema porque se ha pasado gastando. Hay dos causas principales: una pérdida de ingresos o un cambio en la situación del empleo; y los imprevistos familiares, como una enfermedad o algún viaje por la enfermedad de un familiar, que obliga a endeudarse”.

Cómo medir nuestra capacidad de endeudamiento

Antes de solicitar un crédito o préstamo, es fundamental evaluar nuestra capacidad de endeudamiento, también conocida como esfuerzo de deuda. Esto implica determinar cuánto podemos pagar cada mes para devolver el dinero solicitado.

Según el departamento de salud financiera de BBVA, la capacidad de endeudamiento es la cuantía máxima que una persona puede deber sin comprometer su estabilidad financiera. Los expertos indican que este límite suele ser del 35% de los ingresos netos mensuales.

Evaluar qué porcentaje de los ingresos se destina al pago de préstamos es crucial para evitar un sobreendeudamiento y forma parte de una buena educación financiera.

FUENTE: INFOBAE.COM