TRECE te reta a debatir sobre “La Sociedad del Espejo”

Hoy, a las 22:00h, TRECE TV te invita a reflexionar sobre si estamos permanentemente pendientes de nuestro “yo” digital en “Encuentros para una nueva era»

Las redes sociales han creado un mundo digital paralelo a la realidad física tradicional, proyectando su influencia en aspectos como la economía, la política o la educación. Los individuos viven cada vez más obsesionados con su “yo” en mundo virtual, con el riesgo de dejar a un lado las relaciones personales de amistad y de familia, además de perder interés por observar el mundo directamente con nuestros propios ojos. Parece que lo importante ahora es mostrar nuestra aparente felicidad, dónde comes, con quién, cómo te diviertes. Todo se mide por la cantidad de post y likes que uno es capaz de generar. ¿Cuáles son los riesgos de vivir permanentemente pendientes de ese mundo? ¿Nos hemos vuelto más narcisistas y solitarios? ¿Cuáles son los retos de educación en el mundo digital? ¿Acabaremos mirando el mundo solo a través de una pantalla?

La Sociedad del Espejo - en TreceTV

‘Encuentros para una nueva era’

TRECE reta a sus espectadores a meditar sobre estas preguntas mañana viernes, 12 de marzo, a las 22.00 horas, en la nueva entrega de “Encuentros para una nueva era”. Se trata de una apuesta de la cadena que invita a la reflexión de los grandes temas de nuestra era en momentos tan cambiantes. Un programa único, coproducido con la Fundación Pablo VI y que aspira a ser un foro de pensamiento de alto nivel, abierto también a las generaciones futuras.

Presentado por Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI y letrado del Consejo de Estado, el debate se podrá seguir en TRECE y en trecetv.es. Además, este viernes, el programa contará con relevantes invitados de reconocido prestigio: Carmen Pellicer, pedagoga, escritora y presidenta de la Fundación Trilema; Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica y de la Salud autora de varios libros sobre cómo ayudar a crecer a los niños; el periodista Antonio San JoséIsidro Catela, doctor en Ciencias de la Información y profesor en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid; David García Gil, socio fundador de BÁRBARO, Agencia Creativa Independiente y experto en marketing; y la joven influencer Leticia Gimeno.

“Encuentros para una nueva era” nace con la vocación de convertirse en un espacio de televisión atractivo que fomente el diálogo y un foro de pensamiento que sirva de inspiración para las generaciones futuras. Cada entrega de “Encuentros para una nueva era” ahondará durante casi hora y media en uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. TRECE quiere ser un punto de referencia para una audiencia exigente que hace preguntas y busca respuestas.

¿Conoces el poder de influencia que tienes sobre tus #hijos y #alumnos?

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Colaboración con la revista @padresycolegios Nº 156 – marzo 2021

Relación sana con las nuevas tecnologías

Si queremos que nuestros hijos tengan una relación sana con las nuevas tecnologías los primeros que debemos tenerla somos nosotros, dado que los niños y adolescentes aprenden por modelado, es decir, imitan nuestros comportamientos. No podemos utilizarlas como si fueran un “chupete emocional”. Se trata de enseñar a nuestros hijos a utilizar correctamente las nuevas tecnologías para que puedan beneficiarse de las mismas. Te invitamos a verlo, pincha en la imagen para ver el vídeo realizado en colaboración con Vodafone:

Conecta y Educa: vídeo de la entrevista

Os comparto la entrevista que realizamos con Conecta y Observa en esta sesión de Youtube en la que hablamos de niños, padres y educación:

Más vulnerables y resilientes: así hemos cambiado por la pandemia. Colaboración con EFE Salud

Por irealopez | MADRID/EFE/IREA LÓPEZ

Más vulnerables y resilientes: así hemos cambiado por la pandemia.

La convivencia con la covid-19 durante este año ha provocado un importante deterioro de nuestra salud mental y cambios en nuestro comportamiento. Nuestra actitud y compromiso han variado a lo largo de este tiempo y el miedo y la incertidumbre de los primeros meses han dado paso a un cierto distanciamiento y a lo que ya se conoce como fatiga pandémica.

A punto de cumplirse un año desde el estallido de la pandemia, EFEsalud ha entrevistado a tres psicólogas para conocer sus efectos sobre el comportamiento y la salud mental.

Mercedes Bermejo (Psicólogos Pozuelo); Silvia Álava (Centro de Psicología Álava Reyes) y Timanfaya Hernández (Globaltya Psicólogos) analizan la evolución psicológica, tanto a nivel individual como social,  a lo largo de este durísimo año.

El deterioro de la salud mental afecta a todos los grupos de edad

evolución comportamiento
La psicóloga Mercedes Bermejo / Foto cedida

Capacidades físicas y psíquicas

La pandemia ha puesto a prueba nuestras capacidades físicas y psíquicas, en una situación nueva, difícil, incierta y muy exigente, lo que ha provocado un deterioro importante de la salud mental.

Según Mercedes Bermejo, “la incertidumbre a la que estamos expuestos es uno de los factores que más nos afecta” y resalta un aspecto determinante: “el problema es que esta incertidumbre no parece tener fecha de caducidad”.

Pero hay más. La situación socioeconómica, los difusos límites entre lo familiar, lo conyugal e incluso lo laboral, debido a la generalización del teletrabajo, también han hecho mella en la salud mental de la población.

Este deterioro se aprecia en todos los grupos de edad, incluida la población infanto-juvenil. 

“Debemos poner la mirada en esta población, que muchas veces es invisible, y tomar medidas para garantizar su salud mental. Sabemos que el 70 % de los problemas psicológicos que sufrimos durante la etapa adulta tienen su origen en la etapa infantil o infanto- juvenil” apunta Bermejo.

El número de jóvenes que van al psicólogo ha crecido exponencialmente.

A este respecto, Silvia Álava resalta: “Se encuentran en un momento muy complicado de sus vidas y sienten que estas se han quedado paralizadas. Es necesario proporcionarles técnicas de regulación emocional para que sepan cómo afrontar la situación”.

Los mayores, además de ser los más afectados a nivel de mortalidad por la covid-19, también han experimentado un fuerte retroceso en su salud psicológica, puesto que se sienten solos y especialmente vulnerables.

Timanfaya Hernández explica que “las personas que viven situaciones de mayor aislamiento han experimentando un mayor retroceso en su salud psicológica”.

En el caso de los mayores, la falta de estímulos ha provocado también un importante deterioro cognitivo.

Nuestro comportamiento ha variado a lo largo de este año

Las circunstancias personales condicionan el comportamiento y la actitud respecto a la pandemia: factores como la edad, las variables de personalidad o la zona geográfica influyen en este sentido.

Sobre esto último, Timanfaya Hernández apunta que “las restricciones son diferentes en cada lugar y esa limitación a la hora de poder relacionarnos nos afecta directamente”.

La percepción del riesgo

La percepción del riesgo de la pandemia que tiene cada persona también repercute en la medida en la que somos más o menos estrictos con el cumplimiento de las medidas de seguridad y las normas de protección.

Silvia Álava apunta en este sentido: “No se comporta del mismo modo quien ha perdido a un ser querido como consecuencia de la pandemia que quien ha vivido toda esta situación de lejos”, y añade: “Tampoco es igual la percepción del riesgo que tienen los jóvenes que las personas mayores”.

La pandemia ha ido variando su comportamiento y dureza a lo largo de este año, y esos cambios nos permiten hablar de diferentes olas que han llevado asociadas distintas medidas, más o menos restrictivas, dependiendo de la evolución de la situación epidemiológica.

evolución comportamiento pandemia
La psicóloga Timanfaya Hernández / foto cedida

Nuestro comportamiento se ha ido modulando

Del mismo modo, nuestro comportamiento, tanto a nivel individual como social, también se ha ido modulando y adaptando en función de las distintas fases de la pandemia que hemos atravesado.

Silvia Álava sostiene que “la mayor parte de las personas tendemos a adecuar nuestros comportamientos a la situación sanitaria y también a las medidas que nos recomiendan”.

Para Mercedes Bermejo, estos cambios en nuestro comportamiento y actitudes se asemejan a un proceso de duelo:

“En un primer momento, hubo un impacto muy grande para toda la sociedad, especialmente durante el confinamiento domiciliario, y poco a poco hemos ido adaptándonos a esta situación y hemos atravesado distintas fases como la negación, la rabia, el enfado, la tristeza y, finalmente, la asimilación”.

Coincide con esta visión Timanfaya Hernández: “Al principio estábamos en un estado de shock y poco a poco nos hemos ido adaptando a la situación”.

“En un principio había sensación de angustia y miedo a lo desconocido. En verano intentamos sobrellevarlo, pero esta tercera ola nos pilla más desgastados, mas fatigados…”, añade.

La fatiga pandémica ha provocado distanciamiento emocional

La larga exposición a situaciones que nos generan miedo e incertidumbre forma parte de esta pandemia. El cansancio y agotamiento después de un año de convivencia con la covid-19 es lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina fatiga pandémica.

Mercedes Bermejo explica su origen:

“Los mecanismos de ansiedad nos permiten sobreponernos a los peligros que hay en nuestro entorno, pero llevar tanto tiempo expuestos a situaciones potencialmente peligrosas puede derivar en diferentes problemas como alteraciones del sueño, de la alimentación, bajada del estado de ánimo o cansancio crónico”.

Silvia Álava Psicología
La psicóloga Silvia Álava/Foto cedida

Además de los efectos que la fatiga pandémica tiene sobre la salud mental, también condiciona nuestro comportamiento y actitud respecto de la pandemia.

Normalización

Uno de los principales riesgos, advierte la OMS, es que conlleve una cierta relajación en el cumplimiento de las medidas de protección.

Las consecuencias de la fatiga pandémica se perciben incluso en la normalización de las víctimas diarias.

Silvia Álava diagnostica un distanciamiento emocional que no sucedía en el comienzo de la pandemia y que sirve de medida de protección:

“Esto tiene una parte positiva, pues nos ayuda a nivel emocional a sobrellevar esta situación, pero también tiene una parte muy peligrosa: es como si cada día se cayese un avión y muriesen 400 personas, y aun así lo hemos interiorizado, normalizado y nos hemos distanciado”, explica.

Y añade: “Hay que tener cuidado y tenemos que entender que no podemos vivir muy metidos en la situación porque podría pasarnos factura a nivel emocional, pero tampoco podemos distanciarnos tanto, porque esto nos afecta a todos y es labor de todos evitar que el virus siga propagando y que muera tanta gente”.

Más conscientes de nuestra vulnerabilidad y más resilientes

Aunque es pronto para saber qué conductas de las que hemos adquirido a lo largo de este año perdurarán en el tiempo y cuáles serán las secuelas, las psicólogas apuntan a una mayor dificultad a la hora de las relaciones sociales:

De acuerdo con Timanfaya Hernández, “en algunas personas puede permanecer ese temor al contacto, el medio a relacionarse con otras personas”.

Más conscientes y resilientes

Las tres psicólogas coinciden en que esta pandemia nos ha hecho ser más conscientes de nuestra vulnerabilidad y más resilientes.

Según Mercedes Bermejo,  “hemos vivido una situación de ansiedad que nos ha llevado al límite de nuestras posibilidades, pero aún así hemos tenido la capacidad de sobrellevarlo. Hay un fuerte agotamiento psicológico, pero también hemos demostrado una gran resiliencia y capacidad de adaptación a las adversidades”.

En la misma línea, Silvia Álava sostiene: “Somos mucho más conscientes de nuestra vulnerabilidad y de que no debemos dar nada por sentado. Esto nos ha ayudado a valorar más las cosas y a ser más resilientes”.

La pandemia también ha hecho que valoremos mucho más la salud física, y aunque hemos comenzado a ser conscientes de la importancia de sentirse bien con uno mismo, la salud mental sigue siendo la gran olvidada.

El tiempo que tardemos en recomponernos dependerá de cómo y cuándo se produzca la vuelta a la normalidad, de nuestra red de apoyo y recursos personales y de las medidas que se pongan en marcha desde el sistema de salud pública para paliar las consecuencias psicológicas que nos ha dejado la pandemia.

FUENTE: efesalud.com

Y un año después… ¿Qué hemos aprendido?

Por Ana María Herrarte – Consultora

Me bajé de un bus en el que iba a Guatemala a un importante viaje de trabajo y aunque, por mi alto sentido de responsabilidad, dudé mucho al tomar la decisión, luego me daría cuenta de que había sido una de las mejores decisiones de mi vida, pues me evitó estar alejada de mi casa por un período quizás hasta de seis meses.

El 16 de marzo me tuve que ir a «encerrar» a mi casa porque ya soy del segmento de alto riesgo y lo que creí que duraría unas pocas semanas se convirtió en meses.

Aprendí a pagar todos mis recibos de servicios en la banca en línea

Tomé un Diplomado de E-Commerce y otro de Marketing Digital. Impartí algunas conferencias. Cuando vi que el tiempo pasaba, tuve que entrar en la modalidad de «home office». Afortunadamente ya estaba bien familiarizada con el uso del Zoom.

En 2018 había iniciado un proceso de reinvención profesional para el cual, en la búsqueda de nuevos rumbos, me certifiqué como Coach y tomé una certificación en Business Intelligence. A finales de 2019 empecé a trabajar en el proyecto de fundar un Instituto de Transformación Digital, porque sabía que ahí estaría el futuro del mundo (la pandemia me daría la razón) y la capacitación sería un factor clave. En marzo de 2020 ya estaba bien avanzada con este proyecto, pero rápidamente comprendí que las clases presenciales en aquellas condiciones no iban a ser posibles y nuevamente me tuve que volver a reinventar (esto suena redundante, pero no sé de qué otra forma expresarlo). Estoy a punto de concluir mi nuevo emprendimiento, BIZNET, en pocos días lo «presentaré en sociedad».

En agosto le dio covid a mi mamá, cuando tuve que autorizar que quedara hospitalizada con un 40 % de probabilidad de vida, sufrí mucho pensando en que me podría pasar aquello de que en esos momentos las personas no morían, simplemente desaparecían. Milagrosamente superó la enfermedad. En septiembre fui yo la contagiada, no la pasé muy mal porque no necesité hospitalización, pero el miedo de lo que me podía suceder era inevitable.

Dejé de viajar, de comer en restaurantes, de ir al salón de belleza y al gimnasio y muchas cosas más. Pero decidí usar mi perfume favorito, el Allure de Chanel, que simbólicamente lo guardaba para ocasiones especiales, hasta para estar en mi casa, porque lo cotidiano se volvió especial.

Todo esto me ha pasado en tan solo un año y es por eso que aunque muchas personas prefieren pensar que 2020 no existió, yo lo considero el año del aprendizaje profundo.

He buscado en Internet «qué hemos aprendido de la pandemia» y me he encontrado contenidos realmente inspiradores. Por ejemplo,

Álvaro Valderrama escribe en CNN en Español: «Adaptarme al cambio, lograr un equilibrio emocional, disfrutar cada día, ser consecuente y redescubrir el concepto de libertad. Esto es lo que he aprendido con el coronavirus».

La psicóloga Silvia Álava dice: «Este año ha servido para poner en jaque nuestro sistema de creencias, de valores, para hacernos conscientes de nuestra debilidad, para reflexionar sobre la necesidad de vivir en paz con la naturaleza, que ha demostrado que nos gana con un simple virus microscópico, y sobre todo, para aprender a estar bien con uno mismo».

Cualquiera que haya sido nuestro aprendizaje, ahora nos toca aplicar lo aprendido y por eso vuelvo a compartir una de mis frases favoritas:

«Qué bonita la gente que no teme volver a empezar de cero. A pesar de los años. A pesar de los daños». Feliz primer aniversario.

FUENTE: LaPrensaGráfica.com

Hambre de orientación

Por José Mª de Moya Director de Magisterio

 I Jornadas de Orientación Profesional

La semana pasada se celebraron las I Jornadas de Orientación Profesional con el sobrenombre “Mirando el futuro”. Más de 30.000 estudiantes de 4º de ESO y Bachillerato procedentes de 340 centros de Secundaria participaron en alguna de las 24 sesiones web sobre carreras universitarias más dos sesiones inspiracionales a cargo de Víctor Küppers y Mario Alonso Puig. Los alumnos tuvieron la oportunidad de preguntar a profesionales de la talla del neurocientífico David Bueno sobre la carrera de Biología, de la periodista Raquel Sánchez Silva para aquellos interesados en Periodismo, del divulgador Eduardo Sáenz de Cabezón sobre Matemáticas, de Carlos Blanco sobre Filosofía, del director general de la agencia Arena Media Óscar Dorda sobre Publicidad, del fundador de la marca de zapatillas Pompeii, Jaime Garrasstazu, sobre Económicas, del presidente del grupo HM Hospitales Juan Abarca sobre Medicina, de Silvia Álava sobre Psicología, el bestseller Fernando Alberca sobre Magisterio, etc.

Más allá del espectacular cartel, la implicación de los participantes fue lo sorprendente de unas Jornadas en las que los estudiantes formularon más de 5.000 preguntas

Este dato evidencia que hay una necesidad imperiosa de orientación en Secundaria. El tópico de que nuestros jóvenes están desorientados cobra más relevancia en tiempos de incertidumbre como los que vivimos. Los adultos –aun con dificultad– podemos mantenernos a flote en medio de esta cultura del cambio constante, pero nuestros hijos y alumnos sin duda se irán a pique sin la brújula de un sabio consejo.

Orientación psicopedagógica

La orientación psicopedagógica es importante sin duda para aquellos con dificultades. De hecho, las sesiones inspiracionales a cargo de Küppers y de Alonso Puig confirmaron la sospecha de que son muchos los adolescentes con problemas psicopedagógicos: miedo ante el futuro, frustración ante la adversidad, incapaces de gestionar sus emociones…Aunque me gusta matizar que este tipo de orientación debe dirigirse exclusivamente a aquellos chicos y chicas con dificultades; no vaya a ser que creemos problemas donde no los hay.

Orientación profesional

Pero junto con la orientación psicopedagógica, se hace imprescindible una buena orientación profesional para todos, para los que tienen dificultades y para los que su único problema es no saber qué estudiar. En este punto, el orientador tendrá que ayudar al joven a responder a estas tres preguntas: qué me gusta, qué se me da bien y qué me interesa desde el punto de vista de la empleabilidad.

FUENTE: Magisnet.com

La Sociedad del Espejo. Participación en el Foro de encuentros interdisciplinares de la Fundación Pablo VI

La Sociedad del Espejo. Encuentros para una nueva era, hoy miércoles 3 de 18h a 19,15h

¿Cuáles son los riesgos de vivir permanentemente pendientes de nuestro yo virtual? ¿Nos hemos vuelto más narcisistas y solitarios? ¿Cómo educar a los niños y los jóvenes para no caer en la adicción a las redes? ¿Acabaremos mirando el mundo solo a través de una pantalla? Con el título “La Sociedad del Espejo” abordaremos este asunto desde la psicología, la pedagogía, los medios de comunicación, la filosofía y la economía, con Carmen Pellicer, pedagoga y presidenta de la Fundación Trilema; Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica y de la Salud; y Antonio San José, periodista y socio de la consultora Kreab.
Participarán, además, expertos en comunicación y redes, como Isidro Catela, profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y escritor; y David García, director de Marketing y Comunicación de la agencia de creatividad BÁRBARO, así como influencers y creadores de tendencias. 

Para la inscripción gratuita debes dirigirte a la web de la Fundación Pablo VI

¿Cómo conseguir que la pandemia por Covid-19 no se convierta en un trauma ni para ti ni para tus hijos?

A fecha de hoy, ya tenemos estudios que nos confirman que el confinamiento y las restricciones provocadas por la pandemia por la Covid-19 afectan a la salud de mental de todos: niños, niñas, adolescentes y adultos.

Nosotros como adultos podemos haber desarrollado algunas estrategias para combatirlo y sobrellevarlo lo mejor posible. Sin embargo, los niños y las niñas todavía no han adquirido esas estrategias de regulación emocional y necesitan que seamos nosotros, sus personas de referencia, quienes les ayudemos en este proceso, y de esa forma, permitamos que puedan regular las emociones desagradables que aparecen.

¿Qué podemos hacer para conseguirlo?

  1. Evitar que la situación quede procesada como un trauma. Una situación traumática no tiene porque ser exclusivamente un accidente, una catástrofe natural… sino cualquier situación que nos haya provocado emociones tan potentes, que no hayamos sido capaces de digerir y de procesar. Cuando somos capaces de verbalizar lo que estamos sintiendo, por ejemplo, tengo miedo a contagiarme, estoy estresada ante esta situación porque siento que no llego a todo, estoy triste porque he perdido a un familiar… nuestro cerebro guarda esta información en nuestra «memoria episódica». Sin embargo, cuando la emoción no se expresa, se queda atrapada en el «sistema límbico» a modo de trauma. Por eso es tan importante que expresemos lo que estamos sintiendo, tanto nosotros, los adultos, como los niños, por eso es importante que invitemos a los pequeños a que lo hagan.
  • No se trata de autoengañarnos y decir que todo es fantástico y que no ocurre nada, sino de ser conscientes de cómo nos sentimos y poder verbalizarlo.
  • Siendo realista, estoy triste, enfado, frustrada, porque no me gusta no poder ver a mis familiares, no poder trabajar como antes… pero sin dramatizar con ideas catastróficas del tipo “es horrible” o “no puedo con esto”.
  • Ventilar las emociones no implica rumiar junto a otro, sino expresar cómo nos sentimos desde la consciencia
  • Ese el primer paso para la aceptación. No me gusta, no es lo que hubiese elegido, pero lo acepto, eso significa que no pierdo fuerza ni energía en luchar contra algo que no depende de mí, sino en hacer cosas que me ayuden a estar mejor.

No se trata de cambiar la situación, porque eso es algo que no está en nuestras manos, sino de contar con técnicas y herramientas que nos ayuden a sobrellevarlo de la mejor forma posible.