#Vídeo Es importante que los niños puedan dar pequeños paseos pero sabiendo que no salen a jugar. Colaboración con La1 de TVE

En una entrevista con RTVE, la psicóloga infantil Silvia Álava asegura que «es importante que los niños den pequeños paseos pero sabiendo que no salen a jugar y explicándoles lo que pueden hacer y lo que no».

Según la psicóloga hay que «explicárselo claramente para que no se hagan ilusiones de que van a salir a jugar y dejarles claro que no pueden jugar con otros niños, que es lo que les gustaría».

La inminente salida de los niños es uno de los puntos más discutidos del confinamiento por el coronavirus

FUENTE: Rtve.es

Diez consejos para llevar la cuarentena con niños de la mejor forma posible. Colaboración con BBVA

Por Teresa Andrés Blanco (BBVA Creative)

España nunca había vivido una situación de confinamiento como la actual en la que el país, prácticamente al completo, permanece recluido en casa para frenar el contagio por coronavirus. El mantener una rutina diaria, establecer prioridades o plantear esta situación como un reto, ayudarán a hacer más llevaderos estos días en familia. Sobre todo si este periodo se comparte con los más pequeños. Escuchar audio

Aún no se sabe cuánto durará el estado de alarma en España decretado por el Gobierno para frenar al COVID-19. Tampoco existe evidencia científica sobre cómo puede afectar a los más pequeños. No obstante los psicólogos como Silvia Álava, coordinadora además del curso  ‘Hechos de emociones’ del programa educativo de BBVA ‘Aprendemos juntos’, son conscientes de que “el aislamiento puede tener consecuencias negativas para la salud mental tanto de los adultos como de los niños”.

Por este motivo, organizar el día a día para llevar de la mejor manera posible esta situación excepcional es clave. Y el tándem padres e hijos durante el tiempo que dure la cuarentena esencial. Esta psicóloga y especialista en infancia y adolescencia aconseja a las familias tener en cuenta varias recomendaciones.

Decálogo para los días del confinamiento

  1. Mantener los horarios. Poner el despertador e irse a la cama a la hora habitual ayudará a mantener el ritmo  y vivir la situación con menos ansiedad. No alterar el ritmo de sueño y vigilia será fundamental en estas fechas.
  2. Marcar una tabla con rutinas. A los niños les da mucha seguridad saber qué es lo que toca y lo que va a hacer en cada momento. Es recomendable elaborar un calendario con las actividades y que ellos lo coloreen y dibujen para después situarlo en un lugar visible para todos.
  3. Primero las obligaciones y luego el ocio. Tras el desayuno hay que dar paso a los deberes mientras los padres trabajan. Una vez realizada esta primera tarea se dará paso al ocio.
  4. Intentar que se muevan y hagan deporte. Si bien es cierto que no es posible hacer deporte al aire libre, se pueden hacer divertidas rutinas en casa con los niños a través de internet.
  5. Cuidar la alimentación. Es muy aconsejable mantener los horarios de las comidas, igual que en el periodo escolar, y evitar los atracones innecesarios a la nevera.
  6. Poner límite al uso de las pantallas. En el tiempo de ocio es importante no alargar  las horas frente al televisor. Establecer unos tiempos máximos diarios para aprovechar el resto para jugar con juguetes tradicionales o juegos de mesa, por ejemplo.
  7. Plantear la situación como un reto. Esta situación hará que las personas sean más resilientes y toleren mejor la frustración.
  8. Paciencia. A los más pequeños habrá que repetirles cada día que no es posible salir de casa y que papá y mamá están trabajando en casa, que no son vacaciones.
  9. Dejar un espacio para hablar de las emociones. Qué cada miembro de la familia exprese cómo se siente. Una buena idea puede ser hacer un diario emocional o dibujar con los más pequeños cómo se sienten cada día.
  10. Confianza. Confiar en uno mismo y pensar que se está haciendo lo correcto es muy importante. De esta forma y cuando los hijos crezcan recordarán con cariño todo lo que sus padres hicieron por ellos en esta situación.

Cómo gestionar las emociones desde casa

El programa educativo de BBVA ‘Aprendemos juntos’ puede ser una buena opción para continuar con el aprendizaje durante los días de cuarentena. Además del eje divulgativo a través de las piezas audiovisuales, este proyecto tiene una parte formativa centrada en las aulas y en las familias.

BBVA ofrece cursos  ‘online’ gratuitos para que las escuelas y las familias, de forma divertida, ayuden a los alumnos y los hijos a desarrollar capacidades que les permitirán un mejor desarrollo profesional y poder enfrentarse de manera eficaz a situaciones del día a día necesarias en el S.XXI. Identificar y gestionar las emocioneshablar en público o gestionar los conflictos son algunos de los retos para empezar a desarrollar desde casa.

FUENTE: BBVA

Escuela en casa: cómo organizar el tiempo de estudio en cuarentena. Colaboración con Consumer

Con el cierre de los colegios por el coronavirus, recae en los padres la responsabilidad de organizar la jornada lectiva de sus hijos durante el confinamiento. Te contamos cómo llevar esta situación.

Por Miguel Ángel Bargueño

La entrada en vigor del confinamiento para evitar la expansión del coronavirus coincidió con el final del segundo trimestre escolar y abarcará parte del tercero, unos periodos decisivos en el desarrollo del curso de miles de estudiantes de todas las edades. Suspendida la actividad en los centros de enseñanza, recae en los padres la responsabilidad de organizar y supervisar los estudios de sus hijos, lo que supone una implicación mayorque la necesaria en condiciones normales. Y más en el caso de que se haga teletrabajo. Por eso, en las siguientes líneas recogemos varias pautas de expertos que seguro te servirán para llevar adelante esta importante fase educativa en casa.

Los colegios han cerrado, pero el curso académico no se detiene. En estos días de confinamiento por coronavirus, la actividad docente ha pasado de las aulas al domicilio familiar. Sin la disciplina de los centros escolares, recae en los padres la responsabilidad de organizar la jornada lectiva de sus hijos, lo cual genera no pocas dudas. ¿Debe respetarse la rutina del colegio, o la influencia de factores externos (el trabajo de los padres, por ejemplo) justifica cierta flexibilidad? ¿Deben los progenitores ejercer de docentes? Estas cuestiones cobran especial relevancia toda vez que la cuarentena se ha decretado bien entrado el segundo trimestre: una fase decisiva en el curso.

Los horarios, como en el colegio

Establecer rutinas aporta seguridad a los niños; la repetición de tareas refuerza hábitos. Lo asegura la psicóloga infantil Silvia Álava, quien además recomienda hacer partícipes a los hijos de las nuevas reglas de la casa. “Diseñar con ellos una tabla de horarios, en una simple cartulina, les ayudará a ver que han colaborado en su elaboración, y no como algo impuesto. Así, los acatarán más fácilmente”, señala.

Lo idóneo es replicar en casa los horarios del colegio o, lo que es lo mismo, dedicar las mañanas a las obligaciones escolares. “Después de levantarse y desayunar, es momento de ponerse a estudiar”, dice Álava, quien incluso es partidaria de incluir la pausa del recreo para que tengan un rato de esparcimiento. “Pueden comer un tentempié similar al que toman en el colegio”, añade.

En esa idea reincide Carmen de Andrés, doctora en Ciencias de la Educación y profesora de Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid: “Las rutinas las necesitamos todos, desde los niños a los mayores. Es muy importante mantenerlas, de cara a una mejor organización. Debe haber ratos para estudiar, para jugar, para comer, para hacer ejercicio, para dormir. Con cierta flexibilidad, ya que en casa se dispone de mucho tiempo”. A los hijos, en todo caso, debe quedarles claro que no están de vacaciones.

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#Vídeo Hablamos del miedo y de cómo actuar cuando nos paralice para la Fundación Bertín Osborne

«¿Cómo estás?» es una pregunta que estamos haciendo mucho a nuestros seres queridos durante estas semanas de alarma sanitaria y confinamiento, pero ¿nos paramos a pensar cómo estamos, qué sentimos, cómo nos influyen las emociones.

A través de una serie de videotalleres, os ayudaremos a reconocer y gestionar las emociones que podemos sentir.

En este vídeo se tratará el miedo y se darán pautas de cómo actuar cuando éste nos paralice.

www.fundacionbertinosborne.org

Haz click en este enlace para ver el resto de vídeos de la Fundación Bertín Osborne

11 libros de ayuda ante la pérdida de un ser querido. Colaboración con Funespaña

Cuando sufrimos una pérdida hay lecturas que nos pueden ayudar a entender mejor nuestros sentimientos y a canalizar las emociones. Las recomendaciones de estos libros de ayuda ante la pérdida, servirán para darnos cuenta de que lo que nos pasa a nosotros tiene un nombre, que se trata de los sentimientos habituales ante un proceso de duelo y que es normal estar así.

Libros de ayuda en proceso de duelo

Hay personas que en un primer momento prefieren no acercarse nada que tenga que ver con su situación. Sin embargo, pasados esos primeros momentos pueden beneficiarse de la lectura de libros de ayuda que aborden el tema de la pérdida. Otros prefieren leer sobre el tema desde el primer momento.

Las dos opciones son igualmente válidas. La única condición es no leer por obligación, sino que lo hagas para que te ayude a comprender mejor tus emociones.

Los mejores 9 libros de ayuda ante la pérdida de un ser querido

La pérdida de un ser querido, de Vicente Prieto (2018)

No estamos preparados para la muerte, vivimos de espaldas a ella, como si no existiera.

Sigue siendo un tema tabú alrededor del cual existe una conspiración de silencio. Sin embargo, más de una vez vamos a tener que pasar inexorablemente por un proceso de duelo.

En este libro de Vicente Prieto nos muestra estrategias para el duelo partiendo del hecho de que sentirse mejor no es olvidar sino integrar la pérdida como parte de la vida.

libro acompanar en el duelo

Acompañar en el duelo, de Manuel Nevado y José González (2018)

Es un excelente manual en que los autores proporcionan a los lectores en primera persona herramientas para manejar la pérdida.

Empieza desmontando los prejuicios sobre el duelo, para así poder utilizar después mejor los ejercicios y las dinámicas que ofrecen.

Las dinámicas son sencillas están bien descritas y son fáciles de entender y de utilizar, siendo de gran utilidad al lector.

guia superar el duelo el mensaje de las lagrimas

El Mensaje de las lágrimas. Una guía para superar la pérdida de un ser querido, de Alba Payás Puigarnau, A. (2014)

Se trata de una guía para afrontar el dolor de la pérdida de un ser querido que brinda pautas para gestionar el duelo y recuperar la normalidad utilizando el agradecimiento como generador de emociones agradables.

guia aprender de la perdida neimeyer

Aprender de la pérdida, de Neimeyer, R. (2012)

El libro afronta tanto el duelo por el fallecimiento de un ser querido, como la ruptura de pareja, la pérdida de un trabajo o la aparición de una discapacidad, centrándose en el impacto emocional de la misma.

Desarrolla el duelo como un proceso activo de “reconstrucción de significado” y de transformación personal.

libro fina sanz los laberintos de la vida cotidiana

Los laberintos de la vida cotidiana. La enfermedad como autoconocimiento, cambio y transformación, de Fina Sanz (2002)

No se trata tanto de un libro de duelo al uso, sino de un análisis de la enfermedad como un proceso para trabajar el autoconocimiento desde una perspectiva transpersonal.

Ofrece claves para mejorar la vida de las personas con enfermedades graves.

libro jorge bucay el camino de las lagrimas

El camino de las lágrimas, de Jorge Bucay (2011) 

El autor nos habla del dolor asociado a la pérdida y el duelo. Con indicaciones de cómo afrontarlo, de forma que nos sirva como auto superación y consuelo a lo largo del proceso, sin dejar de conectar con nuestro dolor y con nosotros mismos.

libro el duelo de jose carlos bermejo

El duelo: luces en la oscuridad, de José Carlos Bermejo (2011)

En este libro se describen pautas para sobrellevar el dolor tras la muerte de un ser querido.

Los emotivos testimonios recogidos en estas páginas buscan ser una luz en la oscuridad, un consuelo, una esperanza que invita a trascender lo que vemos y sentimos.

libro jochen julicher todo volvera a ir bien pero nunca volvera a ser como antes

Todo irá bien, pero nunca será como antes. El acompañamiento en el duelo, de Jochen Julicher (2004)

¿Cómo abordar mi propio duelo y el de los demás? ¿Qué es «normal» a la hora de vivir el duelo? ¿Cómo vivirlo con los hijos? ¿Cómo comportarse en semejante situación para no herir ni importunar, pero tampoco dejar a nadie en la estacada?

Preguntas concretas que exigen respuestas concretas.

libro william kroen como ayudar a los ninos a afrontar la perdida de un ser querido

Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido. Un manual para adultos, de William C. Kroen (2002)

Este libro ofrece sólidos consejos a cualquier adulto que intente ayudar a un niño a superar el proceso dramático de la muerte en un familiar o amigo.

Déjame llorar. Un apoyo en la pérdida, de Anji Carmelo (2007)

Explica de manera sencilla lo que nos pasa durante un proceso de duelo. Nos ayuda a comprender el dolor y el sufrimiento.

libro el tratamiento del duelo de william worden

El tratamiento del duelo. Asesoramiento psicológico y terapia, de J. William Worden (2013)

Se describen los mecanismos del duelo y los procedimientos que se deben emplear para que el individuo afronte su pérdida y su dolor, y pueda seguir el proceso que le permitirá superarlos.

También nos explica por qué los procesos de duelo mal resueltos (como las reacciones emocionales exageradas, que llegan a convertirse en crónicas, o las que se enmascaran o se retardan) pueden originar problemas que acaban convirtiéndose en patologías que requieren tratamiento y que el psicoterapeuta deberá diagnosticar y tratar.

A menudo, en la lectura de un libro encontramos las palabras que describen lo que no somos capaces de verbalizar, esperamos que estos libros de ayuda que os proponemos o sean de utilidad.

FUENTE: Funespaña

Claves para ayudar a nuestros hijos a gestionar sus emociones. Colaboración con Gestionando Hijos

Los psicólogos Silvia Álava y Ángel Peralbo nos ayudan a comprender y gestionar la difícil situación que estamos viviendo

Algunos de los grandes retos que presenta la tesitura actual es aprender a gestionar nuestras emociones, ayudar a nuestros hijos a gestionar las suyas, y hacerlo de forma que minimicemos, en la medida de lo posible, las consecuencias psicológicas que se puedan derivar. Pero este no es un objetivo sencillo, requiere de trabajo, consciencia y constancia.

Así pues, hemos entrevistado a Silvia Álava y Ángel Peralbo, psicólogos del equipo de Centro de Psicología Álava Reyes, dirigido por María Jesús Álava, para que nos den claves sobre cómo conllevar esta situación y ayudar también a nuestros hijos a hacerlo.

En estas semanas de confinamiento hemos tenido que hacer frente a una situación desconocida y sin precedentes que ha despertado muchas emociones en nosotros y en nuestros hijos, especialmente relacionadas con el miedo, la incertidumbre, la ansiedad… ¿Qué importancia tiene la gestión emocional en estos momentos?
Ángel Peralbo:
 Ante una situación como la que estamos viviendo de confinamiento, de «parada técnica» impuesta, necesaria y nada previsible porque no existían precedentes, y donde, no nos olvidemos, se pueden estar viviendo problemas de salud, dentro o fuera del ámbito de la familia, lo primero que se genera es un estado de indefensión a partir del cual se va a poner en marcha cierto abanico de emociones, propio del ser humano ante situaciones alarmantes. Es el primer escudo protector que desplegamos las personas ante estímulos que, potencial o realmente, nos pueden desequilibrar. Hay que entender que las emociones tienen el cometido de ayudarnos a adaptarnos, y, por tanto, una de sus principales funciones es activar y generar acciones que reequilibren y devuelvan el ajuste que nuestro cerebro necesita para seguir funcionando con la mayor normalidad posible. Esto solo lo conseguimos gracias a esa gestión emocional que es la que nos va a permitir pasar de los estados de alarma a estados sostenibles, adecuados e incluso positivos, como los más propicios para vivir y disfrutar.

En estos momentos, una adecuada gestión de las emociones va a consistir en:
— Detectar e identificar cómo nos sentimos, cuál es la emoción básica o compleja que predomina, qué indicadores internos aprovecha nuestro cuerpo para que lo podamos notar. Cada persona es muy distinta también en este sentido y, así, hay niños que pueden mostrar más nerviosismo a través de indicadores como el bloqueo o un exceso de movimiento y otros pueden mostrar más preocupación a través de conductas de cierta agresividad o aislamiento.

 Identificar cuál es el motivo por el que se siente o nos sentimos de esta forma concreta, para conocer tanto la etiqueta, el nombre de la emoción, como lo que les lleva o nos lleva a ella. No es lo mismo sentir frustración porque el confinamiento no me permite hacer lo que yo quiero, que miedo a contagiarme o tristeza por pensar que esto va a ser un auténtico desastre.

— Expresar lo que sentimos y buscar la forma de canalizar esas emociones, además de manejarlas para que no nos inunden, no permanezcan en el tiempo y se conviertan en estados habituales y, por el contrario, sirvan de señales que desde la aceptación de la difícil situación, nos permiten poner en marcha estrategias que nos calmen y que nos ayuden a pensar con realismo y optimismo, como claves de superación de esta etapa negativa.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a que gestionen sus emociones cuando muchas veces nosotros mismos no somos capaces de hacerlo?
Ángel Peralbo:
 El primer precepto que debemos tener en cuenta es que las emociones en las personas son las características más experienciales y menos teóricas que existen, lo que quiere decir que no es suficiente con decirle a alguien cómo tiene que regularse, sino que además hay que enseñarle a hacerlo y encargarse de que practique.

Dicho esto, el mecanismo más básico por el que el niño va a aprender es por imitación, lo que, teniendo en cuenta su gran destreza como observadores, va a llevar a los padres a cuidar mucho cómo muestran su miedo, su desesperación, su angustia, etc.

Por tanto, como adultos, los padres empezarán por su propia gestión emocional, de igual modo que en un avión que sufre un episodio de descompresión no se les debe poner la mascarilla primero a los niños. Y lo harán poniendo en marcha esa gestión emocional de la que hablábamos antes.

No obstante, los padres no tienen que mostrar que son perfectos y que nada les afecta; más bien, deben buscar esa calma para que los niños vean y validen como normales en estas circunstancias esas emociones de carácter negativo, y, a partir de ahí, esforzarse por regularlas, paliar sus efectos, ayudando a los niños a expresarlas y a canalizarlas, aportándoles esas estrategias, como las técnicas de relajación, que tanto ayudan en la autorregulación y que, en un momento como el que estamos viviendo, bien puede ser una actividad para hacer juntos, padres e hijos, como una manera más de enseñar que todos buscamos y encontramos esa regulación emocional.

Lo que a los niños les va a permitir regularse será que reciban ayuda para expresar lo que sienten, será ayudarles a entender por qué lo sienten y llevar a cabo juntos estrategias para conseguir que se sientan calmados y tranquilos.

No queremos transmitir nuestros miedos y preocupaciones a nuestros hijos, pero tampoco queremos decirles mentiras y ocultarles la realidad… ¿Qué podemos hacer?
Ángel Peralbo:
 La idea es, como decíamos antes, identificar bien lo que sentimos y expresarlo, explicarlo y conducirlo para aprender a paliarlo y que no acapare todas las respuestas, ni las nuestras como adultos, ni las de los niños.

¿Qué no debemos hacer? Ni negarlo ni excedernos.
— No debemos negarlo ni hacer como si no pasara nada, puesto que nuestros hijos pueden ser simples, por su edad, pero se darán cuenta de que algo no va bien, y, como no sabrán qué, se darán su propia explicación, lo que puede ser aún más contraproducente y preocupante que lo que ocurre en realidad.

— No debemos darles más información que la que por su edad, por su nivel de comprensión y por su capacidad de conocimiento pueden digerir. La información por sí sola no se traduce en conocimiento; por tanto, hay que darles información ajustada, real y acompañada de la seguridad del adulto, que no debe faltar en ningún caso.
Esforzarnos por mantener la calma nos va a permitir escoger bien, en cada momento y en función de cómo están los niños, el recurso adecuado. Si están alterados, la cercanía y la seguridad que les brinda esa presencia tranquila del adulto es lo adecuado; si están tranquilos pero preguntan y tratan de conocer lo que ocurre, la explicación serena y real les ayudará a ir entendiendo.

Oímos mucho que tenemos que resistir y ser fuertes, pero hay veces en las que se hace muy complicado. ¿Podemos elegir cómo sentirnos, está en nuestras manos elegir nuestro estado de ánimo?
Ángel Peralbo:
 En primer lugar, entendemos que no escogemos el dolor, ni siquiera la preocupación, natural en este tipo de circunstancias, ni, en mucho menor grado, las causas que pueden provocarlos, como en este momento el Covid-19. En segundo lugar, sabemos que, de forma natural, esas circunstancias, esas preocupaciones y ese dolor nos van a llevar a todo ese conjunto de emociones no escogidas, viscerales, automáticas, que nuestro bagaje primigenio y heredado nos facilita; pero a pesar de ello, lo que podemos y debemos hacer es ejercer la capacidad que tenemos de regularnos, de reequilibrarnos, de ajustarnos a través de las posibilidades que nos brinda también nuestro cerebro y que con trabajo y esfuerzo personal, siempre nos permite pasar de esos patrones automáticos a respuestas adaptativas, de regulación, que nos llevan a la calma, a la tranquilidad, al afrontamiento de las dificultades aceptadas y que nos encaminan a resistir, a fortalecernos, a ver luz al final del túnel y a sentirnos lo suficientemente fuertes como para acompañar estas vicisitudes con resiliencia e incluso como una inevitable oportunidad para mejorarnos, poniéndonos a prueba y superándonos en alguna medida. Las crisis vitales que se pueden producir ante estas adversidades suelen ser momentos donde nuestro estado de ánimo aterriza para subir, con trabajo personal, más alto que nunca.

Cuando todo esto acabe vamos a tener que hacer un esfuerzo por recuperarnos y volver a la normalidad, levantarnos otra vez y ayudar a nuestros hijos también. Esto se relaciona mucho con el concepto de resiliencia; ¿se puede educar en la resiliencia?
Silvia Álava:
 El término resiliencia procede de la física de los materiales: es la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido. Cuando nos referimos a los humanos, la resiliencia es la capacidad de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado de situación adverso.

No hablamos de resiliencia como una capacidad estática, sino como «procesos resilientes» que abarcan múltiples factores que se pueden entrenar, y que se puede enseñar a los hijos. Se trata de fomentar lo que se llama resiliencia proactiva. Para ello:

— Evita ser sobreprotector con tus hijos. Los niños cuyos padres tienen un estilo educativo sobreprotector, además de desarrollar menos capacidades emocionales, generan menos procesos de resiliencia. Dárselo todo hecho, o evitar que se tengan que esforzar para conseguir sus objetivos, es un impedimento para el desarrollo de la resiliencia.

— No busques culpables. La actitud de víctima es justo la contraria a la de ser resiliente. Se trata de ver qué es lo que cada uno de nosotros puede hacer para solventar o mejorar la situación. Se trata de poner el foco en nosotros, no en los demás.

— Trabaja la responsabilidad. Que cada hijo sea autónomo y responsable de sus cosas ayudará a que sea más resiliente.

— Enséñales a poner el foco en lo positivo de cada situación; por ejemplo, los buenos momentos que estamos viviendo juntos, estar más tiempo con papá y mamá…

— Promueve su autoestima, que se sientan seguros y capaces de resolver las situaciones. No dejes de reconocer sus logros, pero, sobre todo, enséñales a que ellos mismos sean capaces de reconocerlos.

— Trabaja la perseverancia. Es una de las fortalezas del carácter más relacionadas con la motivación de logro y una clave fundamental para conseguir los objetivos.

— Sé realista y no te equivoques: las personas resilientes también sufren. Emociones como la tristeza, el enfado, la frustración… surgen de forma natural en situaciones como las que estamos viviendo en estos momentos y en los eventos traumáticos. Ser resiliente no significa que no sientas emociones negativas, sino que has aprendido a manejar mejor dichas emociones.

Un tema que nos preocupa mucho en estos momentos es cómo superar la muerte de un familiar o un ser querido, sobre todo teniendo en cuenta la imposibilidad de estar cerca y despedirnos en los últimos momentos de su vida. ¿Qué podemos hacer para llevar esto de la mejor manera posible y a la vez ayudar a nuestros hijos a gestionarlo?
Silvia Álava: 
Durante la crisis del coronavirus muchas personas están perdiendo seres queridos, familiares y amigos, con el agravante de no poder acompañarlos en su enfermedad, ni haber podido despedirse de ellos. Estas circunstancias dificultan el duelo y también afectan a los niños. Es importante que tengamos en cuenta también a los niños en esta situación, para que puedan participar en el duelo.

Os recomendamos observar las siguientes recomendaciones:

Los niños se dan cuenta de que algo ocurre. No les mientas y dales la noticia lo antes posible. Para ello, debes transmitirles el mensaje adecuado a su edad. Explícales que el familiar ha muerto y que no podemos ir al entierro, ni al funeral, porque con la cuarentena no se puede salir de casa, dado que además de existir la posibilidad de infectarnos, se podrían infectar también el resto de los familiares. Que entiendan que el abuelo o la abuela o los tíos, también se podrían poner malitos… No es momento de ocultarles la realidad.

— Deja espacio para que ellos asimilen la noticia. Puede que en ese momento no lo entiendan o no sean capaces de asimilarlo. Pero en algún momento preguntarán y debes estar preparado para responder a sus preguntas.

— Explícales que, en esta situación, por el Covid-19, no podemos ir a ver al familiar al hospital cuando está malito, ni tampoco, en caso de fallecimiento, ir al funeral, ni al entierro.

— Cuando son pequeños necesitan buscar un culpable porque no entienden por qué no han podido ir a verlo. Alguien que «haga de malo» o una autoridad superior. Se les puede explicar que no podemos ir a despedirnos porque está prohibido, que no es por nuestra propia decisión.

— Utiliza el contacto físico (siempre y cuando no estés infectado o con síntomas de Covid-19), y dales la mano según se lo explicas, o acarícialos. Un abrazo en estos momentos puede decir más que mil palabras.

— Favorece que puedan despedirse, mediante una carta o un dibujo.

— Fabrica una caja de los recuerdos, donde podamos guardar algún objeto de nuestro familiar, fotografías… que permita que los niños puedan acceder a ello siempre que quieran.

Estando las 24 horas del día con nuestros hijos e hijas y habiéndoles privado de la independencia de la que gozaban anteriormente, ¿cómo podemos evitar caer en la sobreprotección? Sobre todo, teniendo en cuenta que estamos viviendo una situación en la que nos preocupan mucho las consecuencias que se puedan derivar…
Silvia Álava
: La situación de confinamiento es un momento clave para trabajar la autonomía y la responsabilidad de los niños, que, además, es justo lo contrario de la sobreprotección.

— Se trata de trabajar la idea del equipo. En casa vivimos varias personas y todos somos miembros de una familia que funciona como un equipo, y por tanto, habrá que resolver las cosas en equipo. Eso significa: fuera los conceptos de «hay que ayudar a mamá». No, todos vivimos en esta casa, las cosas se hacen entre todos y vamos a distribuir las tareas en función de la edad y de las posibilidades de cada miembro de la familia.

— Además, durante el confinamiento tenemos tiempo; es el momento ideal para que los niños se hagan mucho más autónomos. Que hagan ellos sus cosas, aunque tarden más que los adultos.

 Educa en responsabilidad. Que cada miembro de la familia se haga responsable de sus cosas. En el caso de los niños, de sus deberes, de hacer las tareas escolares, del estudio… Es un momento fantástico para que puedan hacerlo. Se trata de darles más libertad y más espacio para que sean ellos quienes actúen y asuman las consecuencias de hacerlo.

— Se trata de educar para conseguir que nuestros hijos sean más seguros, más autónomos, más responsables, que entiendan la situación que estamos viviendo, tanto su complejidad como los peligros que conlleva, sin pretender asustarlos o meterles miedo.

— Fomentar la higiene y el cuidado, para evitar posibles futuros contagios. Los niños asustados no tienen recursos para afrontar las situaciones peligrosas. Los niños informados y educados en responsabilidad, sí.

Hablando de consecuencias, ¿cuáles son los efectos adversos que podemos tener, tanto nosotros como nuestros hijos, tras pasar por una situación como la actual? ¿Podemos hacer algo para intentar evitarlos?
Silvia Álava:
 Nunca habíamos vivido una situación como la actual, así que a fecha de hoy no existe evidencia científica de cómo puede afectar a los niños esta situación. Sin embargo, podemos llevar a cabo las siguientes acciones para evitar, en la medida de lo posible, los efectos negativos del confinamiento.

Cinco acciones que nos pueden ayudar a evitar las consecuencias negativas del confinamiento:
1. Explica bien a tu hijo lo que está ocurriendo. Los niños son muy buenos detectado que algo ocurre y captan mucha información. Sin embargo, no tienen la experiencia necesaria para interpretar la realidad. Necesitan que sus progenitores decodifiquen el mensaje. Es decir, que se lo expliquen en unos términos adecuados a su edad y a su propio desarrollo.

2. Requieren que sus necesidades tanto fisiológicas como emocionales estén cubiertas. No pongamos sólo el foco en que estén hechos los deberes; debemos dejar un espacio para que puedan expresar sus emociones, para que exterioricen cómo se sienten en esta situación.

3. Valida sus emociones, es normal tener miedo, y los padres deben saber cómo gestionarlo. No tenemos que quitarle importancia, pero sí tranquilizarlos y proporcionarles seguridad.

4. Mantén horarios y rutinas, eso les hará sentirse seguros.

5. Cuida cómo estás tú. Los niños necesitan que sus padres muestren seguridad y que manejen la situación desde la calma y la serenidad.

FUENTE: La Opinión de Murcia

#Vídeo ¿Cómo trabajar la atención de los más pequeños? #AprenderJugando

Desde el área de infanto-juvenil del Centro de Psicología Álava Reyes os hemos preparado distintos vídeos para trabajar, jugando, diferentes procesos cognitivos y emocionales!!

Hoy, os enseñamos a trabajar la atención de los más pequeños de la casa.

Haz click aquí para ver todos los vídeos del Centro de Psicología Álava Reyes

#Vídeo. La importancia del juego simbólico

El juego simbólico es algo especialmente importante a partir de los 3 o 4 años. En esos momentos los niños:

  • Están representando una situación imaginaria.
  • Desarrollan sus habilidades sociales, competencias cognitivas y también competencias emocionales.

Los niños y el confinamiento: cómo va a afectarles. XLSemanal

El largo encierro provocado por el estado de alarma y la interrupción de las clases han convertido a los menores de diez años en la primera generación de niños que se enfrenta a una situación semejante. Los más pequeños, auténticas esponjas emocionales, no son además ajenos a la dura situación que están viviendo las familias. Hablamos con varios psicólogos para que nos ayuden a evitar ‘efectos secundarios’ de la cuarentena. Por Raquel Peláez

 Los niños y la cuarentena: la fuerza de la imaginación

Lucía tiene cinco años y siempre había creído a sus padres cuando le decían que los monstruos no existen. Pero algo ha cambiado. Ese bichejo verde está haciendo más daño que los ogros de sus pesadillas. Y, encima, para que no pille a más gente, ni siquiera puede salir de casa. «Estoy harta de estar aquí ‘confitada’», dice a media tarde. «Ay mi niña, ojalá todos los males fueran esos», que diría su abuela a la que, por cierto, no ve desde hace más de un mes.Publicidad

Los más pequeños todavía no diferencian entre realidad y fantasía -señalan las psicólogas-. Y eso les crea mucha confusión. Tienen que saber que esto es real, no imaginado

Estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima. Los psicólogos infantiles llevan semanas alertando sobre los posibles efectos de la cuarentena por el coronavirus en los niños. «Estamos impresionados con la cantidad de consultas que nos han llegado por parte de las familias ante las dificultades que han vivido por tener a sus hijos encerrados en casa», asegura Mercedes Bermejo, coordinadora de la Sección Clínica del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid . «La presión de teletrabajar, atender el hogar y cumplir con las exigencias académicas de los colegios ha provocado mucha tensión y esto llega a los niños». Para la psicóloga, lo más importante es tener claro que «esta psicosis que se respira en muchas viviendas les va a afectar, pero también que sus efectos van a depender de cómo la gestionen los adultos. Lógicamente, habrá habido momentos en los que todos nos hayamos derrumbado, pero si los niños han visto que sus referentes les transmitían seguridad e información sobre lo que estaba ocurriendo y les han hablado con un lenguaje afectivo, lo podrán gestionar mejor».

Los niños y el confinamiento: cómo va a afectarles

Los expertos, en todo caso, muestran preocupación ante la primera generación infantil en vivir un confinamiento semejante. «Todavía no sabemos bien lo que va a ocurrir porque estamos ante una situación excepcional», aclara la doctora en Psicología, Silvia Álava. «No existen estudios sobre el confinamiento de un país entero durante tantos días, pero sí sabemos que el aislamiento puede tener efectos en la salud emocional y el desarrollo cognitivo. Se ha estudiado a niños que han estado en antiguos internados y se ha visto que la falta de estimulación y cariño tienen consecuencias, pero, en este caso, la mayoría están con sus padres. Por eso no vaticinamos que los efectos vayan a ser dramáticos».

Frente a la falta de antecedentes, dos profesores de la Universidad de Burgos están desarrollando un estudio para entender cómo afectará el encierro a los menores durante la crisis sanitaria. Juan Pablo Pizarro, de la Facultad de Ciencias de la Educación, y Nuria Ordóñez, de Ciencias de la Salud, se plantean establecer estrategias de intervención específicas y de prevención para futuras situaciones de emergencia. «Las consecuencias psicológicas podrían ser variadas y darse a corto o a medio plazo», aseguran. «Podremos encontrar alteraciones emocionales como enfado, irritabilidad, tristeza o ansiedad y conductas oposicionistas o desafiantes. También se darán casos de alteraciones en el sueño o quejas somáticas, entre otras». Sin embargo, los expertos coinciden en evitar el alarmismo, ya que no todos los niños van a experimentar alteraciones a raíz del confinamiento y, de hecho, «se espera que la mayoría no las sufran. Los niños, en general, cuentan con una buena capacidad de adaptación, que puede ser incluso superior a la de los adultos. Por tanto, aunque aparezca algún síntoma, no esperamos que se alargue en el tiempo en la mayoría de ellos», concluyen.

LOS NIÑOS SON ESPONJAS EMOCIONALES

En opinión de la psicóloga Mercedes Bermejo, hay que tener siempre en cuenta que aunque «habrá niños que aparentemente se hayan adaptado a la situación, no dejan de ser esponjas emocionales. Algunos, de hecho, ya han podido desarrollar alguna sintomatología como trastornos del sueño o del estado de ánimo. También nos han llegado casos de conductas regresivas como volver a chuparse el dedo, hablar como un bebé o volver a hacerse pis en la cama».

Los niños y el confinamiento: cómo va a afectarles 1

La psicóloga considera que se tenía que haber pensado más en los niños desde el principio de la crisis. «Es una población muy invisible y, al igual que se ha hecho en Francia, Bélgica o Suiza, se deberían haber tomado medidas desde el primer día para que pudieran salir temporalmente de su confinamiento de forma controlada».

Por su parte, la psicóloga Silvia Álava pone de manifiesto la necesidad de «estar atentos a pequeños cambios, sobre todo si están más irritables, retadores o con más faltas de respeto. También hay que tener cuidado con los niños que suelen desarrollar miedos, porque eso que hasta ahora decían sus padres de «no te preocupes, no va a pasar nada» resulta que está pasando. Esto nos ha hecho más conscientes de la fragilidad del mundo y eso también les ha llegado a ellos». A todos nos va a costar volver a la rutina, pero Álava recomienda «darles un tiempo razonable. Si después de quince días vemos que no recuperan el ritmo, están preocupados o con miedo habrá que pedir ayuda».

QUE NO SUFRAN ES LO MÁS IMPORTANTE

Mercedes Bermejo es la autora del cuento Rosa contra el virus, un manual gratuito y on-line (Editorial Sentir) promovido por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, donde una intrépida niña explica qué es el virus y cómo combatirlo. Ante todo, Bermejo cree que es fundamental informar a los niños de lo que ha ocurrido de una forma breve, segura y adaptada a su edad. «Los adultos somos sus referentes y tenemos que ofrecerles un lenguaje afectivo y una comunicación adecuada para poder gestionar mejor todo esto». Todavía estamos a tiempo. «Durante el último mes me han llegado dibujos de niños que pintan monstruos aterrizando en naves espaciales», asegura la experta. Es como si se hubiera hecho realidad aquello que veían en las películas. «Muchos niños todavía están en fase de diferenciar la fantasía y la realidad, y hay cierta confusión. Si esto ya está pasando, cuántas otras cosas que también he visto en las películas y que a mí me dan miedo pueden convertirse en realidad? Su mundo es muy sensible y muy frágil y, si no lo cuidamos, todavía se pueden sentir mucho más expuestos».

Los niños son ahora más conscientes de la fragilidad del mundo. Es fundamental informarlos de lo que ha ocurrido de forma breve, afectiva y adecuada a su edad, aconsejan las expertas.”Aún estamos a tiempo”, dicen

«Que no sufran, eso es lo más importante», añade Silvia Álava, «pero tienen que saber que esto es real, no imaginado. Tienen que entender la razón por la que no están asistiendo al colegio, por qué no han bajado al parque o por qué muchos de sus padres van a seguir sin ir a trabajar. Hay que explicarles que en esta situación todos lo hemos pasado mal y que todos hemos tenido miedo, pero lo hicimos lo mejor posible. Es fundamental contarles cómo nos hemos sentido para intentar que la situación sea lo menos traumática posible. Si lo hemos hecho bien, será mucho menos probable que desarrollen problemas a medio o largo plazo».

LA IMAGINACIÓN FRENTE A LA TRAGEDIA

Las imágenes perturbadoras a las que han tenido que asistir y, en algunos casos, su primer contacto con la muerte de algún familiar también es un tema que preocupa a muchos padres. Sin embargo, en opinión de Bermejo, «la tragedia nos afectará más a los adultos, sobre todo porque muchos no han podido asistir a los rituales de despedida que hacemos cuando hay pérdidas. Pero debemos tener en cuenta que esos protocolos están hechos para nosotros». Los psicólogos están de acuerdo en que, en el caso de los menores, el proceso de duelo no tiene por qué ser distinto al que pueda ocurrir en otras circunstancias. «Si el mensaje de la muerte de un familiar se adapta adecuadamente, transmitiendo cariño, seguridad y calma, estoy segura de que los niños llevarán el duelo con las fases correspondientes de rabia, enfado o tristeza, pero será un proceso de despedida sano. Lo que yo propongo es utilizar la imaginación y crear algún homenaje simbólico como escribir una carta, dibujar un mural o inventarse una canción», concluye la psicóloga.

Nuestros lectores, a los que solicitamos su colaboración para ilustrar este reportaje, nos enviaron centenares de dibujos. Muchas gracias a todos.

Los dibujos recibidos podéis verlos en este vídeo y en las galerías de imágenes, aquí

FUENTE: XLSemanal

Las 5 emociones más comunes durante el proceso de duelo. Colaboración con Funespaña

Es normal reaccionar de forma diferente, y experimentar un sinfín de emociones cuando fallece un familiar o un ser querido. En ese momento, no existen palabras que puedan expresar el nivel de dolor emocional que se puede llegar a sentir. Sin embargo, hay cinco emociones ante la muerte que suelen ser las más comunes.

¿Qué sentimos cuando fallece alguien cercano?

Si estás leyendo este artículo, lo primero que debes de saber es que no hay una actitud correcta o normal, ni emociones ante la muerte que debas o no sentir.

Los psicólogos recomendamos pautas que sabemos que pueden ayudar, pero nadie puede, ni debe, cuestionar tus emociones.

Todas las emociones son lícitas y tienes derecho a sentirlas.

Identificarlas y comprender porqué las sientes te puede ayudar a sobrellevar y aceptar la muerte lo mejor posible como parte del ciclo de la vida.

Las cinco emociones ante la muerte

Tristeza

Es normal estar triste y tener ganas de llorar. Es importante permitirse un espacio para estar triste, buscar un rincón de nuestra casa donde crear nuestro refugio de calma y llorar cuando lo necesitemos.

Las lágrimas permiten canalizar el dolor y expresar nuestras emociones.

Enfado

La impotencia, el no poder hacer nada en esta situación, el no haber podido acompañar a nuestro ser querido, el no despedirnos, nos hace sentir rabia.

Es normal sentirse así, tienes todo tu derecho a hacerlo. Estás indignado por lo que ha ocurrido.

Es importante expresarlo y canalizarlo para evitar volcar la rabia en los demás y herir a las personas que quieren acompañarnos en este proceso. Exprésate, diles cómo te sientes, no lo niegues, pero no lo pagues con ellos.

Miedo

Es otra de las emociones ante la muerte muy habitual. Reconocer que tenemos miedo es el primer paso para poder manejarlo.

Negarlo no es una buena opción dado que el miedo seguirá ahí y se colará en nuestros pensamientos y en nuestros sueños. Sin embargo, saber cuáles son las circunstancias (edad, patologías previas…) nos puede ayudar a enfrentarnos a él.

Culpa

Otro sentimiento habitual, sobre todo en este proceso en concreto, es la culpa. Las circunstancias tan especiales de esta situación hacen que se dispare la culpa por no haber podido estar, por no haber podido despedirnos, por no haber podido hacer nada.

Es normal sentir esa culpa, pero no es una buena compañera de viaje. Has hecho lo que has podido y lo que las autoridades sanitarias permiten en este momento. Muchas veces detrás de esta culpa está la rabia y la impotencia porque se trata de una situación que no depende de ti.

Cuando empezamos a hablarnos en condicional “y si…” damos paso a que la culpa se instale en nosotros, porque cuando somos realistas, nos damos cuenta de que, esos condicionales no son posibles, dado que la situación no lo permitía. A partir de ahora, te recomendamos centrarte en lo que sí depende de ti.

Hacer una carta de despedida, una caja de los recuerdos, mantener vivo el recuerdo de tu familiar, apoyarte en tus seres queridos a la vez que les ayudas a ellos a aceptar la muerte.

Frustración

La frustración es una emoción compleja, que conlleva tristeza, rabia e impotencia por la incredulidad de lo que ha ocurrido, la tristeza de la pérdida.

Es normal sentirse así, identificarlo y dar espacio a canalizar nuestro dolor en forma de lágrimas, de cartas de despedida o con la opción que creas que más de ayudará.

Puede ser que te cueste identificar lo que sientes, porque el dolor es tan intenso que se hace difícil saber a qué emoción corresponde, o que sientas varias, o incluso todas a la vez. Es normal, concédete un tiempo para asimilar la noticia, para estar contigo, para cuidarte y dejar que te cuiden.

En este momento es positivo rodearse, aunque sea de forma virtual a través de llamadas y video llamadas de la gente que nos quiere. Es normal también que a ratos no te apetezca hablar con nadie.

Si deseas estar solo, también es lícito. Díselo a tus familiares y amigos y pide que respeten ese espacio. No obstante, no dejes de pensar en la cantidad de gente que te quiere y está ahí por y para ti.

Necesitarás tiempo, vas a sentir dolor, y va a ser complicado, pero llegará un momento en que lo aceptarás y aprenderás a convivir con esa pérdida y a darte cuenta de que puedes con ello.

Fuente: Funespaña