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Claves para educar a hijos responsables, que serán más felices

¿Cómo podemos fomentar la responsabilidad en nuestros hijos? El psicólogo infanto-juvenil Antonio Ortuño deja claro que “la responsabilidad se lleva muy bien con dos conceptos clave: la felicidad y la inteligencia” y nos ofrece claves para construir esa responsabilidad día a día.

Por Educar es Todo

Seguramente cuando nuestros niños son pequeños y rebeldes desearíamos que fueran más obedientes. Pero si miramos más allá de esta primera infancia, nos daríamos cuenta de que no querríamos que nuestros hijos, el día de mañana, fueran sumisos, sino que tuvieran criterio propio y decidieran conociendo o anticipando las consecuencias de sus actos. En definitiva, seguramente querríamos que nuestros hijos fueran responsables. ¿Cómo podemos fomentar la responsabilidad en nuestros hijos? El psicólogo infanto-juvenil Antonio Ortuño deja claro que “la responsabilidad se lleva muy bien con dos conceptos clave: la felicidad y la inteligencia” y nos ofrece claves para construir esa responsabilidad día a día.

¿Por qué los hijos responsables son más felices?

Si pensamos en hijos a los que les damos todo hecho, que no tienen apenas responsabilidades ni decisiones que tomar, podríamos pensar que les estamos haciendo la vida más fácil y eso les haría felices. Incluso si pensamos en niños a los que les pedimos obediencia a nuestras normas podríamos pensar que también les estamos haciendo la vida más llevadera al dejarles bien claro qué tienen que hacer, cuándo, cómo…

Pero lo cierto es que nuestros hijos quieren ser protagonistas de su propia vida, sentirse capaces, útiles y competentes. Y que, en la medida en que se sienten capaces y protagonistas, tienen una autoestima más alta. Según Eva Millet, cuando nos resistimos al muy habitual gesto de coger a nuestros hijos “les estamos diciendo: tú puedes”. Por esa regla de tres, al no fomentar que nuestros hijos se responsabilicen de su vida les estamos diciendo: “tú no puedes”, “déjame a mí, que yo sé” o “no confío en ti”.

Lo que está claro es que los hijos responsables son capaces de tomar decisiones, de asumir riesgos y de reconocer sus propios errores. En definitiva, son más autónomos. Y, como nos dice Silvia Álava, experta que también participa en nuestra plataforma, “la felicidad está muy ligada al sentimiento de capacidad. Cuando los niños no saben resolver las cosas por sí mismos, eso va en contra de su propia felicidad”.

Hijos que aprenden a tomar decisiones

Nos recuerda Antonio Ortuño que “la responsabilidad se construye de forma progresiva. A diario tenemos multitud de ocasiones para fomentarla”. Y se fomenta la responsabilidad, especialmente, dejando tomar decisiones. Porque lo cierto es que si pretendemos la obediencia (por ejemplo, que nuestro hijo nos haga caso y ordene su habitación) no dejamos al niño margen de decisión y, si no cumple lo que ordenamos, nos enfadaremos, estaremos desbordados emocionalmente… Esta escena tan típica, dice Antonio Ortuño, “es una oportunidad perdida para educar en la responsabilidad”.

¿Cómo podríamos dar la vuelta a esta situación? Podríamos dejar que nuestro hijo decidiera si recoge o no la habitación, pero controlando las consecuencias: si recoge puede ver la tele, si no recoge no podrá verla. Pero Antonio Ortuño deja muy claro que “las emociones deben ser las mismas, decida una cosa o la otra”.

Claves para educar hijos responsables

  1.  Dejar que nuestros hijos tomen decisiones y vivan las consecuencias de sus actos. Por ejemplo, si no ha cogido el almuerzo para el colegio por mucho que se lo hayamos recordado, fomenta más su responsabilidad dejar que viva la consecuencia natural de este olvido (no tiene almuerzo) que volver corriendo a casa a cogerlo y llevárselo al colegio.
  2.  Hablar de las consecuencias que pueden tener sus actos si no cumplen una norma. Por ejemplo, si en casa creemos que no pueden ver la tele hasta que ordenen el cuarto, deberíamos dejarlo claro, explicar esa norma y su consecuencia y dejar que experimenten la consecuencia si no cumplen dicha norma.
  3.  Conversar con nuestros hijos sobre sus responsabilidades y dejarles que se hagan cargo. Educar es extenuante y más aún si tenemos que hacernos cargo de una logística que nuestros hijos pueden asumir. Para liberarnos de tanto peso, podemos decir a nuestros hijos que se deben hacer cargo de preparar la mochila con los materiales y equipación que necesitan para su extraescolar, por ejemplo natación o hockey.
  4.  Permitir que resuelvan sus pequeños problemas, debatiendo con ellos sobre posibles consecuencias o repercusiones que anticipamos para apoyarles a tomar la decisión que ellos creen más acertada. Por ejemplo, si tienen una pelea con un amigo y no saben cómo actuar con el amigo al día siguiente, podríamos hablar con ellos de las posibles alternativas y apoyarles para que elijan la que más les satisfaga.
  5.  Entender que nuestro objetivo educativo ha de ser enseñarles a elegir bien y no obedecer, y menos aún en función de nuestro desborde emocional. Esta idea nos puede ayudar a rebajar la tensión (tal vez así entendamos sus retos como formas de aprender, no como afrentas personales) y a dejar de estar detrás de ellos, porque lo que queremos es que decidan ellos mismos.

FUENTE: El Periódico de Aragón

Estos son los deportes olímpicos más valorados por los padres en el desarrollo de sus hijos

Estos son los deportes olímpicos más valorados por los padres en el desarrollo de sus hijos

El fútbol y la natación, los deportes preferidos por los niños  

El deporte es cada vez más importante para los españoles, especialmente porque, además de los beneficios del ejercicio físico, transmite valores esenciales como el respeto, el trabajo en equipo, el compañerismo o la disciplina, entre otros.    En este sentido, la marca de galletas Príncipe nos descubre en su último estudio que el 98% de los padres consideran que el deporte es clave en el desarrollo cognitivo y socioemocional de sus hijos e hijas …

“Los deportes grupales son un excelente potenciador de las habilidades sociales. Los niños hacen amigos en los entrenamientos y es importante fomentar esas amistades, además de aprender a relacionarse con ellos. Los equipos deportivos son un entorno excelente para que los niños adquieran esas habilidades sociales“, puntualiza la psicóloga Silvia Álava…

Leer el artículo completo en: https://www.europapress.es/chance/lifestyle/noticia-son-deportes-olimpicos-mas-valorados-padres-desarrollo-hijos-20210805095936.html

(c) 2021 Europa Press.

Vacaciones con niños, ¿cómo las planteamos? Entrevista para agencia EFE

¿Cómo plantear unas vacaciones con niños? ¿Cómo distribuir el tiempo libre? ¿Jugar y aprender al mismo tiempo? La doctora en Psicología Clínica y de la Salud Silvia Álava Sordo, conferenciante y escritora, expone en un artículo para EFEsalud cómo afrontar el mes de vacaciones con los más pequeños durante este segundo verano marcado por el impacto del coronavirus

Vacaciones con niños, ¿cómo lo planteamos?

por Javier Tobar

Estamos ya casi en el ecuador del ansiado verano, y para las familias que tienen hijos es una situación que no es fácil.

Primero por las dificultades para conciliar, ya que por mucho que lo intentemos las vacaciones de los adultos no se estiran tanto como para cubrir los dos meses y medio de vacaciones de los niños.

Y segundo, porque la perdida de rutinas, que en un primer momento necesitamos para poder relajarnos y no vivir
esclavos del reloj, tampoco ayuda a que los niños estén entretenidos.

Además, este verano no es un verano más. Emocionalmente ha sido un curso muy difícil, sin duda el más complicado al que se han enfrentado nuestros hijos e hijas y, si somos sinceros, también al que nosotros nos hemos enfrentado como padres y educadores.

El confinamiento y las restricciones provocadas por la pandemia Covid-19 nos han pasado factura a nivel emocional a todos, tanto a niños como adultos.

Entonces, ¿cómo podemos plantearnos este mes de vacaciones con los niños?

Dejando espacio para hablar sobre lo que hemos sentido este curso, y también sobre lo que sentimos ahora. En ocasiones, los niños necesitan tiempo para tomar distancia, y cuando están más relajados es cuando nos cuentan sus preocupaciones.

Silvia Álava Psicología
La psicóloga Silvia Álava/Foto cedida

Intentando que las pantallas no lo invadan todo. Las nuevas tecnologías tienen muchos beneficios y han llegado para quedarse, sin embargo, debemos de evitar el desplazamiento digital y que ocupen el lugar de otro tipo de ocio, como practicar deporte, estar en la playa, en la piscina, en la naturaleza, con amigos…

Procurando que se relacionen con más niños y que jueguen al aire libre. Que se puedan mover. De sobra son conocidos los beneficios del deporte para el correcto desarrollo infantil a todos los niveles

  • Cognitivos: dado que fomenta la capacidad de planificación, toma de decisiones, organización, memoria de trabajo.
  • Sociales: los niños a través de los juegos deportivos desarrollan habilidades sociales necesarias en su vida.
  • Emocionales: el deporte también les ayuda a trabajar la tolerancia a la frustración.

Dejando tiempo libre para que ellos se organicen. Cuando los niños tienen todo su día organizado y simplemente les llevamos de una actividad a otra, no les estamos dando la oportunidad de que aprendan a organizarse ellos, adquieran esa capacidad de planificación, y que sean ellos/as quienes deciden qué es lo que van a hacer, como entretenerse, a qué jugar… esto es fundamental para que puedan desarrollar la función ejecutiva, es decir ser capaces de dirigir su conducta para conseguir una meta, que tan importante es para el correcto desempeño escolar.

Y dejando que asuman las responsabilidades propias de su edad, como, por ejemplo, llevar la toalla a la piscina, recoger los juguetes y volver a llevarlos a casa…

Permitiendo que se aburran. El aburrimiento tiene muchas cosas positivas, fomenta la creatividad en los niños, les ayuda a adquirir tolerancia a frustración, a perder el miedo a estar solos con uno mismo, a aprender a entretenerse solos… Sin embargo, a los padres nos da mucho miedo que se aburran y enseguida intentamos
distraerlos, evitando que adquieran ellos esa capacidad de regulación.

Respetando sus horarios. Puede que a nosotros no nos pase nada por comer más tarde o por alterar nuestro ritmo de sueño y vigilia. Sin embargo, los niños no tienen esa capacidad para adaptarse, por lo que, aunque no nos venga bien e interfiera con nuestros planes, los horarios siempre los marcarán los más pequeños.

Los planes deben de estar ajustados a su edad. Intentando hacer actividades que no tengan en cuenta la edad ni las posibilidades de nuestros hijos, lo más probable es que terminemos todos frustrados y enfadados. Puede que lo que más nos apetezca sea ir a visitar un museo, y pasarnos allí todo el día, pero si es muy largo y no está adaptado para los niños, seguramente, se vaya a aburrir. En cambio, una visita guiada más corta es algo que un niño si que está preparado para hacer.

Actividades de investigación que mantengan activo su afán por aprender. Que estemos de vacaciones no significa que dejemos de aprender, por eso desde la psicología siempre recomendamos, que, aunque es tiempo de descanso, dediquemos tiempo, por ejemplo:

  •  Para leer, leer cosas divertidas, adaptadas a su edad y para investigar.
  • Para usar las pantallas a nuestro favor, y descubrir las cosas curiosas que suceden a nuestro alrededor… buscar información sobre esa mariposa que hemos visto en el parque, o sobre ese caminito de hormigas que encontramos en el camino, o sobre el nombre de nuestra calle…

Y luego que nos lo cuenten, por ejemplo, durante la comida o la cena, cuando toda la familia esté unida….

En definitiva, “recarguemos pilas” que es muy necesario para todos, pero despertando en ellos la curiosidad por el conocimiento de una forma abierta, distendida y divertida…

FUENTE: EFESalud

Este verano, los cuadernos de refuerzo también son digitales

Este verano, los cuadernos de refuerzo también son digitales. Las herramientas tecnológicas permiten reforzar contenidos en cualquier lugar y momento, pero también es importante dejar espacio para el descanso y las actividades de ocio al aire libre.

Por NACHO MENESES

Tras un curso difícil y en medio de un verano en el que las noticias sobre el avance de la vacunación se entremezclan con la mayor incidencia en meses, la incertidumbre y el miedo se resisten a desaparecer. Por eso, las largas vacaciones estivales aportan a millones de estudiantes un descanso merecido y muy necesitado que también suele aprovecharse para repasar o reforzar alguno de los contenidos que se aprendieron a lo largo del año: “Tenemos que pensar que el cerebro no entiende de vacaciones, de si estamos en agosto o en septiembre u octubre. El cerebro sigue aprendiendo, y por eso es importante seguir estimulándolo. Pero podemos hacerlo de una forma completamente diferente, sin necesidad de que se sienten a hacer deberes”, explica Silvia Álava, psicóloga infantil.

Aprovechar el verano

Según la experta, el verano es una época ideal para aprovechar con los niños situaciones cotidianas como ir a la compra y practicar el cálculo con los precios y las vueltas, fomentar la lectura leyendo un libro (y que luego nos lo puedan contar) o incluso ponerse a escribir sobre las cosas que han hecho a lo largo del día. Pero la transformación digital acelerada por la pandemia ha potenciado y transformado también otros recursos como los tradicionales cuadernos de refuerzo estivales, incorporando herramientas como la gamificación para aumentar la motivación y el interés de niños y jóvenes a la hora de dedicarle tiempo al estudio. No en vano, el informe anual de Qustodio 2020 sobre los hábitos digitales de los menores destacó que el uso de aplicaciones educativas aumentó un 54 % a lo largo del año, algo especialmente relevante si se tiene en cuenta que España fue el país donde más creció el uso de estas herramientas durante la pandemia.

Para Fran García Ferrández, profesor de Inglés de Secundaria en Alicante, “durante las vacaciones de verano, es importante que los alumnos no desconecten por completo del ambiente escolar. Sería interesante reforzar aquellas materias en las que el resultado puede ser mejorable, así como trabajar la escritura, la comprensión lectora y los idiomas” sin descuidar el aspecto lúdico, como señala Silvia Álava: “Si elegimos cuadernos, que sean cuadernos que puedan llamarles la atención y que sean divertidos; que no los vean como una carga añadida, porque lo último que queremos es que se desmotiven”.

¿Qué aportan los cuadernos digitales?

En unas circunstancias como las actuales, la tecnología brinda no solo la oportunidad de seguir aprendiendo en cualquier lugar y momento, sino también el hacerlo de una forma lúdica y motivadora. “Uno de los resultados que ha originado la pandemia es que ha acelerado nuestro conocimiento de qué funciona en la educación digital y cómo aprovecharlo para optimizar el aprendizaje”, señala Eilert Hanoa, CEO de Kahoot!. Por eso, desde la popular plataforma de aprendizaje se señalan varias ventajas:

  • Aprendizaje en cualquier lugar. Es fácil que, durante estas fechas, la familia se encuentre lejos de su lugar habitual de estudio o trabajo, por lo que las apps educativas posibilitan el dedicar un rato de estudio ya sea en la playa, en la piscina, en el hotel o durante un viaje en coche.
  • Mayor motivación. Los juegos interactivos, los retos digitales o las actividades online suelen resultar más motivadoras y llamativas, ya que presentan desafíos y permiten la competición entre amigos.
  • Interacción social. Las apps educativas hacen posible que los amigos y compañeros sigan en contacto e incluso interactúen y compartan actividades de aprendizaje en grupos o por videollamada.

Ahora bien, ¿qué herramientas es recomendable utilizar, y cuánto tiempo cada día? “Depende mucho del niño o niña, de la edad que tenga y de la velocidad a la que lea, escriba… Más que especificar un tiempo, sería mejor hacerlo por objetivos. Es bueno que desde pequeños les acostumbremos a marcar un objetivo, y que lo importante sea conseguirlo, no estar 45 minutos o una hora con ello”, afirma Álava. “Y tampoco es lo mismo un niño que ha terminado bien un curso que otro que necesita reforzar algo o que tiene dificultades específicas de aprendizaje”. El día da para muchas horas y muchas cosas, explica, aunque también depende de si los padres están o no trabajando y de sus posibilidades de conciliación, “porque una cosa es lo que recomendemos los psicólogos, y otra lo que realmente se pueda hacer”.

“Si nos ponemos en un entorno ideal, en el que no tenemos de estar pendientes de cómo conciliar, lo ideal sería desayunar y descansar un rato, antes de ponerse a hacer estas actividades, de manera que se dejen hechas desde por la mañana y tengamos tiempo libre para el resto, para nuestra recompensa”, añade la experta. Una rápida búsqueda por Internet nos revela una amplia gama de opciones según los aspectos que quieran reforzarse: la lectura, la escritura, el cálculo matemático, los idiomas… Por eso, desde EL PAÍS queremos presentaros nuestra propia selección de apps educativas para este verano:

  • iCuadernos. Los tradicionales cuadernos Rubio se han transformado en herramientas digitales para que los niños aprendan jugandolectoescritura, matemáticas o ejercicios de refuerzo de la psicomotricidad fina desde su tablet.
  • Smartick. Una app española que ofrece distintos packs para afianzar las matemáticas y la lectura, en función de las necesidades de cada niño y gracias al uso de la Inteligencia Artificial. Los padres reciben, además, información instantánea por correo electrónico de las sesiones que completan sus hijos.
  • Kahoot! ofrece tres juegos distintos: para los más pequeños (entre tres y ocho años), Poio les ayuda a aprender a leer jugando; DragonBox para aprender Matemáticas y Drops para cultivar más de 41 idiomas a través de juegos visuales y divertidos.
  • Academons. Una completa app educativa para alumnos de cualquier curso de Primaria, con la que pueden aprender Lengua, Inglés, Ciencias Naturales y Sociales. Al estilo de Pokemon Go, los niños verán como las distintas criaturas presentes en Academons van evolucionando y adquiriendo nuevas habilidades con cada juego resuelto.
  • Lingokids.Una app con cientos de juegos para familiarizarse con el vocabulario en inglés desde edades tempranas.

La importancia de la salud emocional

A punto de cumplir un año y medio de pandemia, e independientemente del refuerzo escolar que escojamos para nuestros hijos, el descanso estival nos brinda la ocasión perfecta “para priorizar la salud emocional de la familia, hablar sobre lo que hemos sentido y cómo estamos. Estamos viendo que la salud de los niños y los adolescentes está muy afectada, y el juego es un vehículo ideal para crear un clima de confianza y que los menores expresen lo que sienten”, apunta Álava. Por eso, y después de tantos meses con restricciones, es recomendable aprovechar al máximo las oportunidades de hacer actividades al aire libre o deportivas, ya que, como recuerda Álava, el deporte está también relacionado con el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades ejecutivas, de planificación y organización. Lingokids, por su parte, aporta unas pocas sugerencias:

  • Actividades al aire libre en contacto con la naturaleza, jugando con amigos o en la plaza del pueblo; correr, saltar, hacer guerras de agua o ir en bici; y hacer senderismo o ir a la playa o a la piscina con la familia son algunas de las muchas posibilidades a nuestro alcance.
  • Introducirlos a las tareas “de los mayores”, de forma lúdica y adaptada a su edad. Enseñarles a hacer su cama, dejarles que participen en la preparación de la comida o la cena, recoger la ropa, poner la mesa…
  • Reinventar los juegos en familia, usando cualquier espacio abierto: el escondite, el pañuelo, la gallinita ciega, las carreras de sacos o con un huevo y una cuchara, morder una manzana sumergida en agua…
  • Sacarle partido a las sobremesas, que son el momento ideal para echarse una siesta, leer un libro que ellos hayan elegido expresamente o incluso jugar a la tablet por un tiempo razonable, sin dejar que se enganchen y nunca cerca de la hora de acostarse, para que no interfieran con su rutina de sueño.

FUENTE: Diario El País

El 98% de los padres considera que el deporte es clave en el desarrollo cognitivo y socioemocional de sus hijos, según un estudio

El 98% de los padres considera que el deporte es clave en el desarrollo cognitivo y socioemocional de sus hijos, según un estudio

Los datos del “Estudio sobre la relación entre el deporte y el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños” realizado por gallegas Príncipe en colaboración con la psicóloga Silvia Álava e Ipsos revelan que la mayoría de los padres encuestados es consciente de los beneficios del deporte. Casi la totalidad (98%) consideran que es clave en el desarrollo cognitivo y socioemocional de sus hijos y, por tanto, fomentan su práctica.

En España, los niños y niñas dedican más tiempo a practicar alguna actividad física que a las pantallas con fines recreativos (un promedio de 9 horas semanales frente a 7,5). Así, la práctica deportiva es mayor entre los más pequeños (4-6 años) y va disminuyendo con la edad. 

Sigue leyendo el artículo en ABC.es

Lo que la piel dice de tu salud mental

Lo que la piel dice de tu salud mental: cómo detectar que algo va mal y productos que te irán bien

POR MARÍA GALÁN para Status of Empire

La piel es el escudo protector que nos separa del mundo que nos rodea. Es el órgano al que normalmente no prestamos la atención necesaria, pero que mejor refleja nuestra salud mental y nuestro interior.

Decía Cicerón que los ojos son el espejo del alma. Sin embargo, para Claudia Hernández Rosa, dermatóloga y directora del equipo Dermalat, la piel es el verdadero reflejo del alma. Tiene cierto sentido pues, si nos fijamos en nuestro día a día, nuestras mejillas se sonrojan cuando sentimos vergüenza o rabia. Incluso la piel de gallina recorre toda nuestra dermis cuando sentimos miedo, frío o estupor.

La piel es muy sensible a nuestro estado de ánimo, a las emociones y a nuestra salud mental

La piel es un órgano. De hecho, es el más grande del cuerpo, y como tal, es muy sensible a nuestro estado de ánimo, a las emociones que sentimos y, en definitiva, a nuestra salud mental. Por tanto, todo aquello que no expresamos o que negamos, se somatiza a través de la piel, es decir, que nuestra piel convierte nuestros problemas psicológicos en síntomas físicos que afectan a nuestro cuerpo.

Algunos de los síntomas más frecuentes que pueden afectar a nuestro exterior son la ansiedad o el estrés. La piel lo suele reflejar, tal y como indica la Doctora Hernández Rosa, “a través de la aparición acelerada de arrugas y surcos, bolsas y ojeras pronunciadas, sequedad y rojeces”. Aunque también tiene efectos negativos en el crecimiento del pelo, “acelerando prematuramente su caída”, explica la dermatóloga.

“Nos preocupa mucho la piel, pero no la podemos cuidar únicamente desde el exterior”

Según la Sociedad Española de Medicina Estética, casi un 36% de la población española recurre a los servicios de medicina estética. Sin embargo, cada vez más revistas, como Forbes, comienzan a hacer un llamamiento hacia la belleza integral, es decir, “una belleza que va más allá del aspecto físico”. Y es que, tal y como nos cuenta Silvia Álava, Doctora y licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, “nos preocupa mucho la estética y la piel, pero no la podemos cuidar únicamente desde el exterior”.

Hay problemas cutáneos que aparecen y que, con una consulta adecuada con un especialista dermatólogo, pueden desaparecer. Sin embargo, cuando estos problemas tienen que ver con trastornos del estado de ánimo, “el tratamiento debe ser combinado entre psicólogo y dermatólogo”, explica Silvia Álava. Un problema cutáneo no podrá solucionarse cuando hay detrás problemas relacionados con la salud mental. Dejando esto claro y siendo plenamente conscientes de que la atención especialista es básica, hay ciertos signos que refleja nuestra piel que, si son temporales y básicos, les pueden ir bien ciertos productos. Nagore Arteaga, licenciada en Farmacia, nos descubre algunos de ellos.

“La piel funciona como un escudo protector frente a un mundo al que estamos expuestos”

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En cualquier caso, Silvia Álava se mantiene firme en su alegato. “Cuando nos miremos en el espejo, debemos perder el miedo a hacernos esa mirada interior que explique cómo nos estamos sintiendo”, explica la profesional. La salud no requiere solamente vernos bien por fuera, sino que esa imagen exterior debe ser reflejo de nuestro interior, incluso si este reflejo es negativo. No pasa nada por estar un poco más triste o irritable. Lo importante es siempre que “el problema lo tengamos nosotros y no que el problema se haga cargo de nosotros”, explica Carolina Blanco Carmona, Psicóloga de la nutrición y Cosmetóloga.

Para ello, no vale únicamente con aplicar los productos que hemos mencionado. La ayuda de un dermatólogo y de un psicólogo, en el caso de que tu piel se esté viendo afectada por tu salud mental, será la solución al problema.

Puedes leer el artículo completo en: Status Of Empire

Si no quieres pasar desapercibida, vístete de rojo

Marta Lozano y su espectacular vestido rojo empoderan la alfombra roja del Festival de Cannes

Por MARISA DEL BOSQUE

El ‘rojo Caprile’ -el color que consigue llenarnos de poder con solo un vestido- se come la alfombra roja del festival y lleva el made in Spain a lo más alto.

Marta Lozano mejores vestidos rojos Lorenzo Caprile
Marta Lozano espectacular en la alfombra roja de Cannes. Getty Images

«Si no quieres pasar desapercibida, vístete de rojo». La cita, de la psicóloga Silvia Álava, tiene en estos momentos nombre propio: Marta Lozano. La influencer, con su maravilloso vestido firmado por Lorenzo Caprile, se ha convertido –mucho tendría que sorprendernos lo que queda de festival para que fuera de otra manera-, en el mejor look sobre la alfombra roja de este año en Cannes.

El impactante diseño de pantalón y corpiño con cinco metros de cola que parten de la cintura ha llevado todo el glamour de la alta costura made in Spain al photocall de la película ‘The Story of My Wife’, de la directora húngara Ildikó Enyedi, que ha sido uno de los más espectaculares de esta edición, entre otras cosas por el sello español y el vestidazo ‘rojo Caprile’ de Marta.

‘ROJO CAPRILE’

Con este patrón Lorenzo Caprile ha vuelto a demostrar que en cuestión de grandes vestidos rojos no hay quien le supere. Desde el que sentenciara su maestría hace ya décadas -el icónico diseño que vistió la Reina Letizia en su primera salida oficial, la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson en 2004- hasta los que lleva su gran amiga Anne Igartiburu desde 2009 para retransmitir en directo las Campanadas de fin de año en Televisión Española, sus vestidos rojos ya forman parte de la historia de la moda nuestro país.

Una historia en la que ha escrito un nuevo capítulo con el espectacular diseño de Marta Lozano, un dos piezas confeccionado en tafetán de seda compuesto por un pantalón slim y un corpiño -junto con el rojo, otra seña de identidad de Lorenzo Caprile que no podía faltar en la alfombra roja de Cannes– de manga larga con generoso escote drapeado y botonadura central que se abre en la espalda en una cinematográfica cola de casi cinco metros.

PODER SOBRE LA ALFOMBRA ROJA

Con este vestido Marta Lozano se ha comido la alfombra roja y ha sido la gran triunfadora de esta edición del Festival. «La clave está en escoger un vestido que vaya con tu personalidad», ha declarado en la escalera de la Croissete. Y en este sentido lo suyo ha sido toda una declaración de intenciones. «El rojo es un color unido a la fuerza, a la energía, que nos recuerda al fuego. Cuando lo llevamos nos sentimos más empoderadas por la fuerza que transmite, es algo que no ocurre con otro tipo de colores», asegura Silvia Álava.

Un argumento que tiene una base tanto física colmo psíquica. «Los fotorrecepctores del rojo son mucho más sensibles que los del resto de colores. Estas neuronas (especializadas en convertir la luz en impulsos nerviosos que el cerebro transforma en imágenes), lo procesan antes, por eso es un color que nos llama muchísimo la atención. Si te vistes de rojo todas las miradas se volcarán en ti simplemente por elegir este color. Al mismo tiempo, esos fotorreceptores saturan más al ojo, haciendo que se vean menos las imperfecciones», explica la psicóloga.

Un tema puramente físico al que se une otro igual de importante: la actitud. «La información va en las dos direcciones: del cerebro a nuestro cuerpo pero también de nuestro cuerpo al cerebro», apunta la experta. «La imagen que te devuelve el espejo también influye, porque se traslada al subconsciente: ‘Si voy vestida así y tengo esta pose, soy así’. Esa imagen de seguridad hace a su vez que nos sintamos más seguros».

En este sentido, elegir un vestido rojo es una decisión que a veces se toma «de forma totalmente consciente -quiero empoderarme y por eso voy de rojo-, y otras de forma inconsciente, porque la imagen que nos devuelve el cerebro nos hace sentir bien, atractivos, y eso nos lleva a elegir ese color», asegura Silvia Álava.

EL PODER DE MARTA LOZANO

Algo está cambiando. Ni una supermodelo ni una actriz de Hollywood; el look que pasará a la historia de esta edición de Cannes es el de una influencer que supera los 900.000 seguidores en Instagram, que arrastra legiones de millenials y que siente pasión por la moda y la belleza.

Ella ha apostado por la alta costura española y ha sabido redondear el vestido de Lorenzo Caprile de forma impecable. Marta lo ha combinado con unas sandalias de finas tiras plateadas al tobillo de Giuseppe Zanotti y joyas de las colecciones ‘Voltige’ y ‘Once Upon a Time’ de Messika, muy presentes en su outfit gracias al pelo recogido en un sencillo moño de bailarina y a un maquillaje natural y luminoso que potenciaba su piel bronceada, firmado por Dior Make up.

FUENTE: Yo Dona. Diario El Mundo

Cómo combatir el estrés laboral en pandemia y desconectar del trabajo en vacaciones

Afecta a más del 40% de los trabajadores. No hay que normalizar tener estrés por trabajo ni estar medicalizado por ello. La psicóloga y doctora Silvia Álava nos ofrece algunas claves importantes para saber manejarlo.

Por Beatriz G. Portalatin

Pensamos de forma errónea que es normal tener estrés laboral y que éste además puede ser mayor si tenemos más responsabilidad. Pero lo cierto es que no es normal tener ansiedad por culpa del trabajo, ni mucho menos, estar medicalizados con ansiolíticos o tranquilizantes o fármacos similares.

Así, es importante que si notamos síntomas de estrés les pongamos remedio, que los paremos cuanto antes. Que tengamos estrategias para combatirlo y para poder solventar este problema tan común.

Aprovechemos las vacaciones de verano para gestionar nuestro estrés y ansiedad y cargar las pilas de verdad para volver renovados de nuevo al trabajo.

“El estrés laboral es uno de losproblemas más graves de las empresas: está vinculado con enfermedades cardiovasculares y supone un coste económico europeo de unos 136.000 millones de euros anuales, sumando gastos directos e indirectos”, afirma a laSexta la doctora en Psicología Silvia Álava Sordo, miembro del equipo del Centro de Psicólogía Álava Reyes .

Los datos no dejan lugar a dudas: el trabajo es el segundo motivo de estrés de los españoles, según indica el III Estudio de Salud y Estilo de Vida, de Aegon publicados en octubre de 2020.

Los efectos de la pandemia

Desde el comienzo de la pandemia, el principal motivo de estrés de los españoles ha estado ligado al Covid-19; así por ejemplo el 45% de los encuestados decía haber sentido estrés por miedo al contagio o el 36,2% lo achacaba a la situación de confinamiento. Y en segundo lugar, estaba el estrés ligado al trabajo que indicaban el 42 % de los encuestados. Sin embargo, en 2019, el trabajo era el primer motivo de estrés (43,8%).

Hasta la pandemia, el trabajo era el principal motivo de estrés para más del 43% de los españoles

III Estudio de Salud y Estilo de Vida, Aegon

No obstante, la pandemia ha agravado ciertas situaciones relacionadas con el trabajo. “Porque aunque el teletrabajo ha salvado a muchas personas de poder trabajar y de no estar por ejemplo, en un ERTE no ha sido la panacea”, sostiene Álava. Esto tiene que ver fundamentalmente, con la estructura y el tamaño de las casas y con los (muchos) problemas de la conciliación que aún existen.

Por ello, durante este tiempo de teletrabajo ha habido (o hay) problemas y discusiones de pareja (precisamente, por esa falta de espacio) o familiares (a los niños les cuesta pensar que estás trabajando si estás en casa, cuando antes no lo hacías).

Por otro lado -continúa explicando Álava- también se ha perdido ese contacto diario y de siempre con los compañeros y compañeras o con los amigos con los que quedábamos en nuestra rutina diaria, perdiendo así, parte de la vida social que se tenía antes.

Incluso han aparecido problemas físicos y ergonómicos por falta de sitio o de estructuras. Por ejemplo, haber trabajado en la silla de la cocina. En ocasiones, en casa no tienes un sitio adecuado para trabajar o una buena silla de trabajo, sí vale para unos días o un rato al día, pero no, a lo mejor, para tantos días y tantas horas seguidos.

Cómo saber si tengo, realmente, estrés laboral

Es importante conocer los síntomas que pueden avisarnos de un problema de estrés y poder solventarlo cuanto antes. Los síntomas pueden aparecer de dos formas: síntomas físicos y síntomas cognitivos.

Síntomas físicos

  • Sensación de falta de aire o no poder respirar.
  • El corazón va más rápido de lo normal.
  • Cansancio y sobre todo fatiga (aún descansando, sigues igual de cansado).
  • Problemas de concentración.
  • En ocasiones, puede haber también alteraciones del sueño y del hambre (bien por falta de apetito o bien porque aparece el llamado ‘hambre emocional’, es decir, la ansiedad te provoca comer y utilizamos la comida como un mal regulador emocional.

Síntomas cognitivos

  • Ideas repetidas y negativas tales como ‘yo no puedo’; ‘no voy a ser capaz de’, ‘no sirvo para nada’, etc.
  • Sensación de abatimiento y de no querer ir al trabajo, ir a trabajar es un suplicio.

«El escenario ideal sería que fuésemos al trabajo motivados porque es una forma de realizarse», explica Álava. Pero siendo realistas, no siempre podemos trabajar en lo que nos gusta o cómo nos gustaría, pero al menos, entendemos que el trabajo es nuestro medio de vida, y no nos cuesta ir. «El problema está cuando no encontramos motivación alguna para ir al trabajo y lo vemos como un suplicio».

Cosas qué hacer en vacaciones para cargar las pilas

Estas vacaciones no son iguales que las de otros años, porque después de un año y medio de pandemia, llegamos mucho más cansados, más irritables y estamos fuera de lo que en psicología llamamos, ‘ventana de tolerancia al estrés’”, expone la experta en psicología. Por lo que este año, «las vacaciones de verano son más necesarias que nunca».

Antes de la pandemia, teníamos nuestras pequeñas estrategias para evadirnos de nuestro del estrés laboral. Recursos tan sencillos como quedar con los amigos por las tardes (cosa que este año ha sido más complicado), volver a casa en coche del trabajo y durante el camino irse relajando escuchando la radio, ir al cine, etc. Se llaman ‘procesos de recovery’ o lo que es lo mismo, las estrategias que de forma natural, todos tenemos para regular nuestro estrés”, explica Álava. Y todas esas pequeñas cosas, este último año, no las hemos podido hacer de forma natural y normal, tal y como las conocíamos hasta entonces.

La pandemia ha pasado factura a nivel emocional y llegamos más cansados e irritados que nunca, por eso es clave desconectar de verdad

Silvia Álava, psicóloga

Por todo ello, es importante ahora desconectar de verdad y más que nunca del trabajo durante estas vacaciones. Para ello, Álava ofrece tres consejos claves.

En primer lugar, es fundamental no llevarnos el ordenador ni mirar el correo ni el móvil de trabajo. Si no podemos durante todas las vacaciones, al menos sí durante una semana o cuantos más días, mucho mejor.

En segundo lugar, es clave hacer actividades que nos gusten, aunque sean pequeñas cosas como una siesta sin despertador, un paseo por el campo, una película en casa o caminar por tu ciudad y mirarla con otros ojos.

Y por último, estar centrado en nuestras vacaciones, en el ‘aquí y ahora’ y no en pensar ni en el futuro, ni mucho menos en nuestra vuelta al trabajo. Disfrutar de lo que estamos haciendo ahora.

Todo esto nos ayudará a recargar las pilas para volver con otra actitud al trabajo. También es cierto que hay que mantener esa actitud, por lo que si no somos capaces o vemos que seguimos estresados y la situación se nos escapa de las manos, sería bueno pedir ayuda profesional. “Hay muchas técnicas para controlar el estrés con una evidencia muy alta en resultados, que sería conveniente aprender para poder gestionar estas situaciones. Porque es importante saber que el estrés laboral no es normal, que no podemos normalizar tener estrés”, finaliza..

FUENTE: LaSexta.com

‘El síndrome de la cara vacía’… o el miedo a quitarse la mascarilla

«Hay que ir tomando control y confianza poco a poco, sin forzar» 

Le llaman «El síndrome de la cara vacía’» o el estrés de los que no quieren quitarse la mascarilla por salud o estética. A una semana del fin de la obligatoriedad de las mascarillas en espacios exteriores, el temor de muchas personas a dar este ambicioso paso no deja de crecer.

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Son muchos los expertos que han pedido prudencia a la población de cara a las semanas venideras. Ni la pandemia ha terminado ni podemos pasar del cero al infinito en cuestión de días y abandonar todas las precauciones adoptadas durante meses.

Además del temor a la enfermedad o a los contagios, para otras personas el horizonte de una «cara vacía» sin mascarilla también les produce miedo, acentúa complejos o dispara las dudas sobre la estética personal. Han sido muchos meses sin mostrarnos como realmente somos.

Silvia Álava, psicóloga: «Poco a poco, sin forzar»

«Hay mucha gente que tiene todavía miedo», asegura la psicóloga Silvia Álava en 120 Minutos. Asegura que a muchas personas les va a costar un poco más, por el miedo que tienen a contagiarse. Por ello pide que no se fuercen las situaciones y se vaya «poco a poco», cada uno a su ritmo.

Su consejo es ir abandonando la mascarilla, y cogiendo confianza y control de manera paulatina. Esa sensación de control nos ayudará a realizar de forma cómoda la transición. Y apunta a un paseo por la sierra, por ejemplo, como uno de los primeros capítulos de la fase de la liberación de la mascarilla. Poco a poco, podremos hacerlo en otros espacios abiertos.

FUENTE: Telemadrid

Estos son los motivos por los que la mejor manera de aprender es… jugando

Las actividades lúdicas son un elemento imprescindible para el buen desarrollo cognitivo de los niños

Por Rocío Navarro Macías.


Cuenta el biólogo y activista animal Mark Bekoff que el juego es un entrenamiento para lo inesperado. Pero la adaptación al cambio, no es la única aptitud que los momentos de ocio basados en la diversión fomentan. Enfocar la enseñanza desde el paradigma del juego conlleva numerosos beneficios como que los conocimientos se graban mejor en la memoria. Este tipo de experiencias nutren su imaginación y les dota de aptitudes y herramientas esenciales para la vida.

“A través del juego estamos trabajando procesos cognitivos como la atención, la planificación, la memoria. También la función ejecutiva, que es la capacidad de organizar la conducta y dirigirnos a una meta. Significa que planificamos, organizamos, mantenemos la atención y vamos controlando si obtenemos los objetivos. Algo fundamental en el colegio, pero también en la vida adulta”, comenta Silvia Álava, psicóloga infantil y autora de El Arte de Educar Jugando (J de J Editores, 2021). Repasamos los motivos por los que se aprende mejor jugando.

El Arte de Educar Jugando

Un elemento vital. Pero, ¿qué es el juego?

Puede que el concepto se asocie mentalmente a determinados recursos o dinámicas establecidas, pero no se circunscribe a estos parámetros. Se trata de una actividad lúdica en la que se disfruta. En la emoción que despiertan está la clave de su definición. “El juego es el proceso en el que el niño se está divirtiendo. No tiene por qué estar relacionado con materiales o una actividad concreta. El desencadenante de un juego para un niño puede ser una pelusa o sus propias manos”, comparte Álava.

Son momentos de vital importancia para los menores, a través de los que expanden su imaginación, interactúan con otras personas y desarrollan su espíritu de aventura. “Es un elemento básico en la vida de los niños e imprescindible para su desarrollo. Asimismo, es un valioso instrumento para educar, ya que permite aprender de forma espontánea mientras los niños se divierten, sin sentirse evaluados ni presionados”, comparte Aroa Caminero, neuropsicóloga y especialista en psicología infantil.

La recomendación de las expertas es que cuanto más pequeños sean los niños, más jueguen. “Hasta los 6 años se aconseja que dediquen la mayor parte de su tiempo a actividades lúdicas”, añade. A partir de este momento, es deseable que realicen actividades lúdicas al menos una hora y media diaria.

Todos tienen beneficios. ¿Juego libre o dirigido?

Los padres no deben empeñarse en pautar este tipo de actividades. De hecho, uno de los recursos más valiosos desde este paradigma es el juego libre. “Es imprescindible que permitamos a los niños tiempos mayoritarios de juego libre, en el que de forma espontánea deciden a qué jugar, en qué momento, con qué y con quién. A través del mismo, potencian su personalidad y favorecen procesos cognitivos como la creatividad”, afirma la neuropsicóloga.

No obstante, la modalidad dirigida también tiene su razón de ser. “Favorece la consecución de objetivos concretos como la estimulación de ciertos procesos cognitivos que el menor necesite mejorar. El adulto puede proponer estrategias para mejorar y contribuir a la regulación emocional durante su aprendizaje”, añade. En la práctica, si a un niño le cuesta controlar su conducta, el juego con cartas dirigido por el adulto le ayudará a entrenar el seguimiento de instrucciones, paciencia, atención y planificación en las jugadas. 

También puede aprender a tolerar la frustración y perseverar en la propuesta. “La vida tiene todos los colores y todas las emociones, si lo que hacemos es evitar que sientan las desagradables estamos enseñando un modelo de vida irreal. Esto hace que les sea muy duro afrontar los momentos en los que se sienten mal”, matiza Álava.

Modula el estrés. Emociones positivas para aprender mejor

La ciencia ha demostrado que a través del juego se reducen los niveles de estrés, algo que mejora la adquisición de capacidades. “Las emociones agradables favorecen el aprendizaje y hace que las cosas se memoricen mejor. Con emociones desagradables los niños sufren ansiedad y se bloquean”, indica Álava. En la neurociencia está la explicación a este beneficio. “El juego desarrolla la curiosidad y todo lo que se aprende a través de ella activa las bases cerebrales del placer y libera endorfinas. 

Este proceso permite consolidar mejor los aprendizajes”, expone Caminero. Algo que se ve también favorecido por la motivación inherente al juego, que implica estados de máxima atención y memoria. “Se mejoran desde aptitudes sensoriales y motoras, hasta procesos más complejos como la capacidad de planificación”, continúa la neuropsicóloga

Según su nivel de desarrollo. Un juego para cada etapa

Uno de los aspectos más importantes para maximizar las ventajas de aprender jugando es adaptar las propuestas lúdicas a cada rango de edad. “Un niño pequeño que juegue a algo de mayores se va a frustrar porque no lo va a entender. Y uno mayor se aburrirá con otro indicado para edades inferiores. Aunque sí podría jugar con uno pequeño porque entiende que están jugando juntos”, aconseja Álava. Asimismo, los adultos deben ajustar sus expectativas a la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño. “Por ejemplo, los niños de 2 y 3 años atienden uno o dos minutos, no se puede pretender que lo hagan durante más tiempo”, añade la psicóloga.

De 0 a 2 años

Observar el tipo de juego que aparece de forma espontánea en los niños puede dar muchas pistas sobre las capacidades que necesitan desarrollar en cada etapa. “Por ejemplo, desde el nacimiento hasta los dos años, predomina lo que se conoce como juego funcional o de ejercicio. Es algo que consiste en una acción repetitiva por el placer de obtener un resultado inmediato. Puede ser morder, chupar, golpear objetos, arrastrarse, caminar, esconderse, sonreír o tocar a personas. Este tipo de juego beneficia el desarrollo sensorial, la coordinación óculo manual, el desarrollo del equilibrio, …”, sugiere Caminero. De hecho, de estas experiencias motoras y sensoriales depende el desarrollo cerebral de los primeros años de vida y son la base para otros procesos más complejos.

Hasta los seis

A partir de los 3 años, aparece el juego simbólico:“ Es aquel que permite al niño imitar, representar, ensayar, proyectar o fantasear a través de juguetes o conductas. Por ejemplo, jugar a papás y mamás”, comparte Caminero. Son dinámicas mediante las que comprenden el entorno y comienzan el aprendizaje sobre los diferentes roles, lo que favorece el desarrollo del lenguaje y de la memoria. “A partir de los 4 años se inicia la teoría de la mente o la capacidad de entender las opiniones, ideas e intenciones de los demás”, añade.

Un poco más adelante, entre los cinco y los seis adquieren la capacidad de planificación y el control de la conducta. “Aparece en los niños el juego de reglas, que favorece el aprendizaje de la espera de turnos y de seguimiento de normas entre otras cosas”.

Buscar el ‘momentum’. Aprovechar la vida cotidiana

En su libro, Álava y sus colaboradores animan también a integrar el juego en las rutinas de la vida cotidiana y mejorar, a partir de ellas, los procesos cognitivos. “Por ejemplo, utilizar el momento de hacer la compra para fomentar la organización, haciendo la lista. Los más pequeños pueden trabajar la paciencia contribuyendo a buscar los alimentos”, indica Álava. 

Otro beneficio colateral de integrar el juego es mejorar la comunicación entre padres e hijos. “El momento de irse a la cama es muy bueno, ya que se adquiere un estado de relajación en el que los niños están más abiertos a compartir sus vivencias. Por ejemplo, se puede adelantar 15 minutos el momento de ir a dormir para obtener información que en otras circunstancias no se conseguiría”, analiza Álava. Los adultos pueden iniciar este intercambio contándoles alguna experiencia que les haya ocurrido a lo largo del día y, a continuación, dejar que los niños cuenten aquello que les apetezca.

Confiar en la sabiduría popular

Quienes hayan vivido en su propia piel el juego de las sillas habrán experimentado emoción, descarga de estrés y diversión. Pero esta dinámica está también acompañada de beneficios cognitivos. “Entre ellos el proceso de inhibición, que es fundamental para el autocontrol. Le estás diciendo a tu cerebro que la orden que tenías marcada de caminar en círculos hay que desactivarla e iniciar otra que es buscar una silla. En la sabiduría popular hay mucha ciencia”, comenta Álava. Asimismo, las cosquillas también desencadenan procesos deseables en los pequeños. “Regulan las emociones, desestresan y, como implican contacto físico, refuerzan vínculos”, concluye Álava.

FUENTE: LaVanguardia.com

Libro escrito por: Lucía Boto, Aroa Caminero, Carolina Cárcamo, Tatiana Fernández, Manuel Gámez, Bárbara Martín, Estíbaliz Mateos, Margarita Montes, Raquel Prieto, Isabel Quesada, María Rosa del Rincón, Sara Ríos, Nicolás Sánchez, Gema Valenzuela y Silvia Álava.