Señales para detectar cuándo te manipulan
Con frecuencia, la manipulación puede presentarse de manera sutil y pasar desapercibida, pero sus efectos pueden ser perjudiciales para nuestras relaciones y nuestro bienestar psicológico.
Con frecuencia, la manipulación puede presentarse de manera sutil y pasar desapercibida, pero sus efectos pueden ser perjudiciales para nuestras relaciones y nuestro bienestar psicológico.
¿Qué importancia tiene el juego en la vida de los niños? Sin duda, una importancia máxima. Pero, Qué papel posee el juego en la educación y los procesos de aprendizaje del hoy niño y futuro adulto? ¿Y cómo pueden participar los padres en este proceso? A esta pregunta responde la especialista en Psicología Educativa Silvia Álava y otros 15 compañeros del gabinete Álava Reyes en el libro El arte de educar jugando (JdeJ Editores, 2021).
“No se trata de dar fórmulas mágicas porque las fórmulas mágicas no existen sino de aportar ideas y sugerencias. Es importante saber reconocer que los niños pasan gran parte de su vida jugando y que cuando juegan se desarrollan muchos procesos no solamente a nivel cognitivo – la atención, la concentración, la memoria, el razonamiento lógico…- sino también la seguridad, la autoestima, las habilidades sociales… Muchos padres se preguntan ‘¿qué puede hacer que mi hijo lo aprenda?’. A través del juego es completamente posible educar en valores y enseñarles todas estas competencias emocionales”, dice la coautora.
El arte de educar jugando aborda temas tan fundamentales en la etapa infantil como la estimulación del cerebro, cómo lograr que presten atención, cómo fomentar su autonomía y su autoestima, o cómo relacionarse con los demás. Pero además, los autores también han querido incluir asuntos más novedosos como el de cómo lograr una buena educación afectivo-sexual, qué pautas debemos seguir para el uso idóneo de las nuevas tecnologías o cómo educar en la igualdad de género.
Para ello, el libro se ha estructurado en 14 capítulos que están escritos por un psicólogo o psicóloga diferente y especialista en cada uno de los temas, tanto desde su experiencia directa trabajando con niños como de investigación. “Se trata de que los padres puedan invertir su tiempo y los recursos que tienen a su alcance en algo que, sin lugar a dudas, es uno de los trabajos más importantes de sus vidas: educar. Y el problema es que para educar nadie nos ha enseñado por lo que se trata también de orientarles desde la evidencia científica, desde las cosas que sabemos que está documentado que funcionan”.
Cada capítulo está estructurado en seis pasos. El primero de ellos cuenta cuál es la habilidad que se va a trabajar, el segundo explica por qué es tan importante trabajarla y qué nos dice la ciencia al respecto, y luego se pasa al cómo, a las propuestas de juegos y ejercicios para hacer en familia. A su vez estos ejercicios están divididos por edades en franjas de 0 a 3 años, de 3 a 6 años, de 6 a 9 años y de 9 a 12 años. “En cada uno de los juegos explicamos qué vamos a hacer: primero saber para qué sirve en concreto ese juego, luego qué tipo de habilidad o destreza estamos trabajando. Además está muy detallado el cómo, siguiendo unos pasos para que no quede ningún tipo de duda de cómo lo debemos hacer; y luego vendría el cuándo: la sugerencia de en qué momentos se podría utilizar… Y terminamos cada capítulo con un ‘Recuerda’ donde resumimos los principales tips”, explica Álava. El libro está pensado para leer en el orden en que está escrito o bien elegir un capítulo concreto y buscar los ejercicios indicados a la edad de cada niño.
Aroa Caminero, neuropsicóloga infantil experta en inteligencias múltiples y autora del capítulo Estimula su cerebro, explica la importancia del juego para lograr una correcta estimulación del cerebro: “Sabemos que se aprende muchísimo mejor a través de las emociones positivas y que los niños cuando hacemos con ellos actividades lúdicas y de juego están activando áreas cerebrales del placer, de la curiosidad y de la motivación”.
Por su parte, la doctora en psicología clínica Tatiana Fernández, responsable del capítulo Consigue que presten atención habla del papel básico de los progenitores en esta tarea: “¿Podemos dotar de herramientas a los niños para mejorar la atención? La respuesta es que sí. De hecho, muchos de los juegos que han usado los padres con sus hijos durante la pandemia para estar entretenidos también necesitaban ‘de pararse’, por lo que el confinamiento ha sido un escenario muy interesante para desarrollar esta habilidad”.
Enseñarle a pensar por sí mismo es el capítulo que insiste en la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico a través de juegos que pueden aplicarse en la vida diaria de las familias. “Cuando un niño no ha sido educado en el pensamiento crítico corre el riesgo de ser condicionado por manipuladores emocionales. El pensamiento crítico les obliga a escoger, a no creer todo lo que ven, lo que leen y lo que escuchan, y a formar sus propias conclusiones. Además, también influye en el desarrollo de la creatividad, la resolución de conflictos, la empatía, la adaptación a situaciones nuevas, la autonomía…”, afirma Bárbara Martín, experta en terapia psicológica con niños y adolescentes.
Como importante es que los padres faciliten estrategias para trabajar la autoestima: “Los padres ejercen un papel fundamentan en la valía de sus hijos desde su más tierna infancia. Los mensajes que nos transmiten en la infancia son las voces internas que nos van acompañando en nuestro diálogo interior a lo largo de nuestro futuro. Validarles, dedicarles tiempo en exclusiva, hacer que se sientan importantes es fundamental para reforzar la seguridad en ellos mismos y todo esto puede conseguirse a través del juego”, señala la psicóloga Lucía Boto Pérez.
El arte de educar jugando incluye también otros interesantes capítulos como Vencer los miedos del día a día. “El objetivo del capítulo es que los padres puedan entender la manifestación de la emoción del miedo que aparece en las distintas etapas del desarrollo de sus hijos. El juego para gestionar el miedo mejora la percepción que tienen de nosotros como figura de seguridad y les ayudamos a conectar con otras emociones como la valentía o el humor”, explica la psicóloga experta en conducta infantil Gema Valenzuela.
Debemos de plantearnos si estamos haciendo algo mal a nivel de sociedad. El suicidio se ha convertido en la primera causa de mortalidad entre los jóvenes y adolescentes.
La pandemia ha sido un precipitador, pero la realidad es que se puede ver una tendencia alcista desde hace años.
Afortunadamente podemos decir que siempre hay salida, el entorno es esencial, debemos ayudarles a sentirse escuchados, a sentirse valorados, demostrar que hay gente que a la que sí le importas.
Las situaciones son complicadas, pero tienen solución, hay que pedir ayuda e ir incorporando herramientas para gestionar ese sufrimiento, poder ver la situación de otra forma y podernos quedar con aquellas cosas que sí que merecen la pena.
No olvides el teléfono 024 donde pueden prestarnos ayuda.
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El encuentro fue conducido por Ramón Barrera, quien con su particular sentido del humor y agudeza, fue el encargado de encauzar a los asistentes a través de las distintas actividades y ponencias programadas para el día.
La jornada comenzó con la inauguración a cargo de diferentes personalidades como Bruno García, alcalde de Cádiz; Isabel Paredes, Delegada de Educación; Miguel Ángel Dieste, director ejecutivo de la red de colegios Marianistas de España; y Rafael Iglesias, superior de la comunidad Marianista en Cádiz. Ellos fueron los responsables de dar la bienvenida a los participantes y de establecer el tono colaborativo y de compromiso para con la educación que caracterizaría todo el evento.
Ofreció la primera ponencia titulada «Uso saludable de la tecnología». Cánovas compartió su visión sobre el impacto de las nuevas tecnologías en las familias y los centros educativos, resaltando el riesgo de adicción que pueden suponer para los niños y niñas si su uso no se maneja de manera prudente y consciente. Puntualizó que no solo el tiempo de uso, sino la calidad y el cómo se emplean las pantallas, son factores cruciales para determinar si existe un problema de dependencia tecnológica.
La coordinadora editorial corporativa de la Fundación SM, Belén Sánchez-Feijóo, resaltó la «importancia básica de la lectura en familia». Durante su intervención, instó a las familias a apagar la televisión y a compartir momentos de lectura con los más jóvenes, señalando el ejemplo como un método mucho más poderoso que la imposición. Además, enfatizó en la asociación de la lectura con la libertad, sugiriendo que se debe permitir a los niños y niñas la elección de sus lecturas, incluso si desean releer un libro o saltarse partes del mismo.
Manu Velasco, creador del Portal Educativo ‘Ayuda para maestros’, en su discurso, subrayó la idea de que «la mejor pedagogía es estar». Resaltó la importancia de la presencia plena de padres y educadores en la vida de los niños y niñas, más allá de estar simplemente físicamente presentes. Abogó por entornos escolares acogedores, expresivos y abiertos a las ideas, que fomenten el vínculo afectivo a través de la mirada, la escucha y los gestos. Velasco aportó que la educación de calidad se basa en la atención más que en la cantidad de acciones o contenidos impartidos.
También el humor tuvo cabida en este encuentro, con la participación del antiguo alumno del Colegio San Felipe Neri y humorista Manolo Morera, quien, a través de su monólogo, aportó un enfoque distendido a las reflexiones sobre educación, poniendo de manifiesto que la alegría y el buen humor son elementos esenciales en el proceso de aprendizaje y en la convivencia diaria.
La mesa redonda «Familia y escuela: creando vínculos», moderada por Nacho Membrillera, contó con la participación de José Manuel Verdulla, María José Albarrán, David Ruz y Belén Sánchez-Feijóo. Durante esta sesión, se abordó la importancia de la colaboración entre la escuela y la familia, siendo destacada por Membrillera como una realidad que requiere de la implicación activa de ambas partes para el beneficio de los estudiantes. Verdulla enfatizó la necesidad de una sinergia entre el alumno, la familia y la escuela basada en la confianza, mientras que Albarrán reconoció la fortaleza que representa el amor incondicional de los padres hacia sus hijos. Por su parte, Ruz señaló el conflicto como una oportunidad de crecimiento, y Sánchez-Feijóo expresó su deseo de que tanto docentes como familias estén dispuestas a abordar y resolver conflictos con dedicación y vocación.
Cerró el ciclo de ponencias con una intervención centrada en la salud mental. Álava argumentó que es erróneo asimilar salud exclusivamente a la ausencia de enfermedad, y abogó por un enfoque holístico que incluya el bienestar físico, social y mental. Habló de la necesidad de dotar a los alumnos de herramientas para manejar el día a día y de construir relaciones en el mundo real frente al digital. Resaltó los peligros de la sobreprotección, la importancia de establecer normas y límites claros con consecuencias lógicas y la necesidad de focalizarse en riesgos como la falta de sueño. Además, subrayó la relevancia de los momentos compartidos en familia, como las cenas sin pantallas, y la creación de un ambiente de comunicación y confianza.
Cada uno de estos elementos formó parte del tejido de este II Encuentro de Educación, diseñado para fortalecer los lazos entre la educación formal y el entorno familiar, y para proporcionar a los participantes estrategias, conocimientos y reflexiones para un mejor desarrollo integral de los estudiantes.
Las exposiciones y diálogos de este II Encuentro de Educación «Escuela y Familia» abarcaron un amplio espectro de perspectivas, todas encaminadas a estrechar la colaboración entre los centros educativos y las familias. Un evento diseñado como una plataforma para el intercambio de ideas y experiencias, donde se han ofrecido valiosos recursos y reflexiones que los educadores y padres pueden implementar de manera práctica, con la visión de formar personas mejor preparadas y resilientes para los desafíos del presente y del futuro.
A todos nos ha pasado que, en ocasiones nos enfadamos de forma desproporcionada y eso nos hace hacer y decir cosas de las que luego nos arrepentimos. ¿Por qué nos ocurre esto?
En esa situación se ha producido lo que se llama “secuestro emocional” o “secuestro de la amígdala” es decir, la zona del cerebro responsable de las emociones, que es el sistema límbico, y dentro de éste, la amígdala, está tan activada que no permite que nuestro cerebro racional, situado en la corteza cerebral, pueda funcionar correctamente y por eso no actuamos de una forma racional.
El enfado o la ira es una emoción básica que todos los humanos experimentamos. Ocurre cuando vivimos una situación que valoramos como injusta y sentimos que nuestros derechos están siendo vulnerados, o que nuestra persona no es tan tenida en cuenta o no está siendo tratada como a nosotros nos gustaría. Se trata de una emoción en la que nuestro cuerpo se activa, sube el nivel de energía, puede producir un aumento de la tasa cardiaca, apretamos los puños, se tensa la zona de la mandíbula… es decir nos preparamos para el combate o la lucha, para poder defender nuestros derechos e intereses.
La emoción del enfado, al igual que todas las emociones, es lícita, es decir, tenemos pleno derecho a sentirla y además nadie nos puede decir que no debemos sentirla.
Esto se puede deber a diversos factores:
En ocasiones lo que nos ocurre en una discusión es que en ninguna circunstancia queremos sentirnos “los perdedores”, es algo muy relacionado con el orgullo y con el ego. Incluso puede producirse una disonancia, es decir, sabemos que la otra persona tiene su parte de razón, pero no queremos reconocérsela, porque nuestro ego y nuestro orgullo no nos lo permite, nos sentimos heridos, de hecho ¿Cuántas veces por no gestionar bien estos sentimientos se han prolongado discusiones y situaciones muy incomodas?
Así es. Hay personas que les pasa todo lo contrario, no pueden ver que su interlocutor se enoja, y con tal de evitar la confrontación y la pelea no son capaz de defender sus ideas, de decir cómo se sienten o de pedir lo que necesitan. Es decir están teniendo un comportamiento inhibido, e lugar de ser asertivos.
Ante la trágica muerte de una estudiante ocurrida en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, es fundamental reivindicar la importancia de la salud mental. Según un informe elaborado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del CIBERSAM, el suicidio es la principal causa de muerte en jóvenes y adolescentes entre 12 y 29 años en España. En los últimos años se ha observado un aumento significativo en el número de suicidios en adolescentes, con un aumento del 32,35% entre 2019 y 2021. En 2021, hubo 11 suicidios diarios en España, con una tasa de mortalidad por suicidio estandarizada por edad de 8,45 fallecimientos por cada 100.000 habitantes. El año pasado fueron 353 adolescentes, entre 15 y 21 años los que se quitaron la vida, según la Fundación Anar.
El aumento en el número de suicidios no se debe únicamente a la pandemia, pues forma parte de una tendencia al alza desde el año 2018, la cual se ha visto aún más acentuada debido a la pandemia de Covid-19. En 2018, se registraron 3.539 casos de suicidio, y en 2019 la cifra ascendió a 3.671. En el año 2020, se reportaron 3.941 suicidios. Los datos obtenidos durante los años 2020 y 2021, muestran un incremento del 5,5% en comparación con los años anteriores. Este aumento es preocupante y requiere de una atención adecuada para abordar esta situación de manera efectiva.
Para la psicóloga infantil-juvenil, Úrsula Perona, estos datos “sólo evidencian una cosa y es el progresivo e imparable empeoramiento de la salud mental de nuestros jóvenes y adolescentes, que además se correlaciona con el de los adultos, aproximándose las cifras cada vez más a las del resto de población”. Sin embargo, si se confirmase que el suceso de la Complutense ha sido un suicidio, “el hecho de que se haya producido en el contexto docente, en la propia Universidad, en la propia Facultad, puede hacernos pensar que había algún motivo, alguna causa involucrada como problemas con los compañeros o a nivel académico o algo, porque es significativo el hecho de que alguien se quite la vida en un lugar así”.
La falta de formación específica para abordar situaciones relacionadas con la salud mental en el ámbito educativo también ha sido identificada como un factor relevante. Los profesores y personal docente requieren herramientas y capacitación para manejar estas situaciones de manera adecuada y poniendo más medios humanos. En este sentido, Silvia Álava, especialista en Psicología General Sanitaria y en Psicología Educativa, explica a ÉXITO EDUCATIVO que “a nivel grupal es el momento de de plantearse que si hacen falta más profesionales de salud mental de todos los tipos, psicólogos, clínicos, psiquiatras, enfermeras que son especialistas en este tema y cuando se habla de la noticia, hablar siempre de que que te podemos ayudar, que hay salida de dar el teléfono de atención y de prevención del suicidio y no contar esa parte del cómo”.
En este sentido, Álava saca a la palestra la importancia de que la cobertura mediática de los suicidios sea abordada con sensibilidad y responsabilidad. Si bien es importante visibilizar el problema, es fundamental evitar detalles sensacionalistas que puedan contribuir al efecto contagio. La información sobre el suicidio debe ir acompañada de mensajes que destaquen la existencia de ayuda y soluciones, así como la importancia de buscar apoyo profesional. “Lo que realmente recomendamos los profesionales de salud mental es darle visibilidad a esta realidad que está sucediendo y que existe” recomienda, pero “a las personas que están pasando una situación parecida, tenemos que decirles que hay solución y que hay salida” ofreciendo seguidamente el teléfono de ayuda y prevención del suicidio. “Esto nos tiene que hacer reflexionar en qué es lo que está pasando porque la salud mental en este país está completamente saturada” reclama Álava porque “vemos que los pocos centros de atención primaria que tienen psicólogos clínicos están dando unos datos muy buenos en las intervenciones”.
A la pregunta de qué pueden hacer los profesores antes esos casos, Álava responde que “los profesores no tienen esa formación, no saben cómo tienen que que manejar estas situaciones”. “Entonces es importante que a ellos les dotemos de herramientas, que les digamos cómo hacerlos o que incluso puedan ir en un determinado momento profesionales, expertos a las aulas a poder hacer este tipo de intervención porque los profesores no necesitan que se les cargue de más trabajo, necesitan que se les dé la ayuda para poder solventar este tipo de situaciones”. Por último la psicóloga ve recomendable anima a los centros y profesores “a generar un espacio para hablar, para poder ventilar las emociones”.
En un comunicado interno de condolencia a los afectados, desde la Universidad Complutense ha convocado para hoy, a las 13:00, un minuto de silencio en todas las facultades y ha recordado a la comunidad universitaria la importancia de la salud mental y recordar la existencia del teléfono 024, gratuito y confidencial para la prevención del suicidio, disponible las 24 horas todos los días del año”. Igualmente ha recordado que la Universidad Complutense cuenta con el servicio PsiCall UCM, “un recurso de apoyo psicológico de gran valor para nuestra comunidad” a través del teléfono 913945200 y el correo electrónico psicall@ucm.es, así como la web https://psicall.ucm.es/.
El aumento alarmante en los casos de suicidio en jóvenes y adolescentes es un llamamiento urgente a tomar medidas efectivas a nivel individual, institucional y social. La prevención del suicidio debe ser una prioridad en la agenda pública, con un enfoque integral que abarque la promoción de la salud mental, la detección temprana de factores de riesgo, el acceso a servicios especializados y la sensibilización sobre esta problemática.
Por Melissa González Redactora
Es inquietante la siguiente cita: «Con la felicidad pasa lo mismo que con las gafas: las buscas y las buscas y resulta que las llevas puestas». ¿No te ha ocurrido con las gafas, el teléfono móvil o las llaves? Al parecer, la comparativa encaja a la perfección con la búsqueda de la felicidad, un estado que, como ya dijimos, parece más bien una carrera de fondo de a ver quién llega primero.
Sin embargo, es posible que vivas etapas en las que, efectivamente, no estés feliz. ¿Por qué? Los motivos pueden ser innumerables, pero existen una serie de «impedimentos» internos que te obstaculizan y la psicóloga Silvia Álava los ha llamado «los enemigos de la felicidad». En concreto son nueve, aunque nuestra mente tiene mucho que ver en todos ellos…
1. La genética de la felicidad. «Hay que entender que esa genética de la felicidad se refiere a que todos tenemos un potente potencial de mejora. Muchas personas piensan que por las circunstancias no pueden serlo, pero eso solo pesa un 10%», dice Silvia Álava, que anima a esforzarnos por sentirnos mejor. Tenemos estrategias de regulación para poderme encontrar mejor y aceptar que nuestros enemigos de la felicidad somos nosotros mismos», insiste.«Hay que entender que esa genética de la felicidad se refiere a que todos tenemos un potente potencial de mejora»Silvia Álava , psicóloga
2. Los pensamientos barrera. Nos aconsejan que tengamos cuidado de los demás, pero la psicóloga también alerta de la importancia de tener cuidado con uno mismo… «Hay una serie de pensamientos barrera con los que nos dejamos llevar pensando que todo nos va a salir mal», dice.
3. Las ideas irracionales. Hemos dado por hecho que todos los pensamientos que tenemos son verdaderos cuando son hipótesis. «La realidad pasa por delante de nosotros y la vamos interpretando, y en ella metemos ideas irracionales que no son ciertas pero igualmente nos las creemos», dice la experta en psicología. Además, dentro de las ideas irracionales hay que destacar esa costumbre que tenemos de hablarnos en términos de ‘debería’, como si el no hacer algo fuese a darnos un gran problema. «Por supuesto que hay cosas necesarias en nuestro día a día que hay que hacer, pero hay otras que son elegidas, por lo que dejemos de referirnos a ellas con un ‘debo de’, porque nos genera ansiedad cuando en su día lo elegimos así», anima.
Por tanto, es primordial diferenciar entre lo necesario de otras cosas que elegimos. Asimismo, alerta del desgaste que supone que el resto debería de hacer algo o algo debería de ser de ‘x’ forma porque son cosas que no dependen de nosotros. Además, usar palabras como siempre, nunca, todo, nada también nos hacen un flaco favor por el simple hecho de que nos cerramos a un mundo de posibilidades.
«Por supuesto que hay cosas necesarias en nuestro día a día que hay que hacer, pero hay otras que son elegidas» Silvia Álava , psicóloga
4. Pensar demasiado. Junto a los pensamientos barrera encontramos el pensar demasiado, algo a lo que Silvia Álava se refiere como «rumiación»: «Pensamos demasiado y ponemos el cerebro en modo centrifugadora, pero lo que hay que hacer es decirle ‘para’ cuando estamos en esta fase de rumiación porque no hacemos un análisis para llegar a la solución, sino que nos quedamos pasmados en el pensamiento negativo».
5. La comparación social. Ya te contamos el mal que te puedes hacer por compararte con los demás, pero si esa constante comparativa te impulsa y motiva a luchar por lo que quieres, bienvenida sea. Silvia Álava, cuando tiene que hablar sobre esto, recurre a la siguiente frase: «si quieres ser infeliz espía a tu vecino». Y no es más que un jarro de agua fría y de realidad, porque además las redes sociales lo ponen realmente fácil. «Solo hace falta meterse en una red social para ver que todos los demás son mucho más felices que tú mismo, pero eso que muestran puede no ser real porque solo se trata de la proyección de realidad que los demás quieren que veas», manifiesta. Y es que, en cierto modo, en nuestras redes sociales «colgamos» lo mejor de nuestro día, pero no vamos contando nuestras penas a diestro y siniestro.
6. La envidia y los celos. La comparativa mal llevada puede ser solo el comienzo de la envidia y los celos… Y eso solo nos lleva a sentirnos más inseguros y vulnerables con nosotros mismos. «Mucho cuidado con esa comparación social, como la envidia y celos. Yo te aconsejo que pases, que te alegres por los demás y que procures construir tus propias metas; nadie mejor que tú sabe dónde quieres llegar y qué es lo que quieres hacer», afirma.
«Solo hace falta meterse en una red social para ver que todos los demás son mucho más felices que tú mismo» Silvia Álava , psicóloga
7. La ansiedad y el estrés. La ansiedad siempre es señalada por los psicólogos como una de las causas que más hace ir a consulta a la sociedad. Y desde que la pandemia por Covid-19 estalló, el aumento de personas con ansiedad ha sido abismal… «En estos momentos estamos viviendo una fatiga pandémica por la ansiedad que nos genera la crisis sanitaria. Para empezar a abordar este tema primero de todo tenemos que ser conocedores de la aparición de la ansiedad y el estrés y empezar a buscar estrategias para manejarlo», indica.
8. El director de cine interior. Nos encantan montarnos películas en la cabeza pero, ¿cuántas de ellas han llegado a ocurrir en la realidad? Sobre esto habla Silvia Álava, porque al parecer se trata de uno de los grandes enemigos de la felicidad. «¿Eres consciente de la película que te has montado en tu cabeza? Muy pocas veces se ha hecho realidad y has sufrido dos veces:una cuando la inventas y otra hasta que se cumple, si es que llega a ocurrir», advierte.
9. El móvil anestesiador emocional. «Mucho cuidado con el móvil» es la advertencia que nos hace la psicóloga. Y no porque sea malo su uso, sino porque lo usamos de anestesiador ante los problemas que tenemos. «Nosotros no estamos bien emocionalmente, es decir, sentimos algo desagradable como la tristeza o frustración, y lo que ocurre es que en vez de enfrentarnos a ello nos refugiamos en el teléfono», cuenta. Con el teléfono móvil no estamos pendientes de lo que nos ocurre, como los niños pequeños cuando recurren a un chupete para sentirse mejor, así que recurrimos a ese efecto de la anestesia: ese problema que tengo y me proporciona esa emoción que no me gusta lo que hace es perpetuar el problema o incluso agravarlo.
Más de 200 familias asistieron a la conferencia “Cómo entender y mejorar la relación con mi adolescente” en el Colegio Apóstol de Vigo.
“No podemos preparar el camino para nuestros hijos, tenemos que preparar a nuestros hijos para el camino”.
Este fue uno de los principales mensajes transmitidos por la especialista en psicología sanitaria y educativa, escritora y divulgadora Silvia Álava durante la conferencia que impartió este viernes en el salón de actos del Colegio Apóstol Santiago de Vigo. Organizada por el ANPA escolar y bajo el título “Cómo entender y mejorar la relación con mi adolescente”, la cita reunió a más de 200 familias.
Un evento en el que la experta explicó el origen neurológico de los cambios de comportamiento propios de la adolescencia, además de compartir una serie de pautas para “mejorar la relación con nuestros adolescentes”.
“Las relaciones basadas en el respeto mutuo, la importancia de marcar las normas y los límites, la motivación a través de los retos y la sustitución de los castigos por consecuencias lógicas, coherentes, reveladas con anticipación y cuyo objetivo sea reparar lo ocurrido” fueron solo así algunos de los temas protagonistas en la conferencia.
Algunos padres, cuando su pareja se queda embarazada, somatizan los mismos síntomas que la madre, sobre todo durante el primer trimestre y, también, al final de la gestación. Pero no te preocupes, porque no es un episodio exclusivo de tu pareja y se conoce como síndrome de Couvade. Y los signos son muy reales, aunque se afirme que son psicosomáticos.
El término ‘couvade’ viene del francés couver que significa criar o incubar. Fue usado por primera vez en 1865 por el antropólogo Edward Burnett Tylor, para describir los ritos del hombre durante el embarazo de las mujeres en comunidades primitivas.
Descubrió que el padre participaba e imitaba los dolores de parto, abandonaba el trabajo de su tribu y sus responsabilidades cotidianas, relacionadas con el trabajo físico o la actividad sexual.
El ritual también implicó imitar los comportamientos de una mujer en el momento que da a luz, como por ejemplo gritar. Además, la mujer le entregaba al bebé recién nacido a su pareja y este se lo llevaba a su propio pecho, tratando de emular la lactancia.
El objetivo de tales hábitos era proteger al bebé y a la madre contra los poderes del mal, pero también para que el hombre pudiera establecer un vínculo sobrenatural con el bebé.
Se trata de un fenómeno poco comprendido sin base fisiológica reconocida. Se han presentado diferentes teorías para explicar este síndrome. Las psicoanalíticas afirman que es una consecuencia de la envidia del hombre por la capacidad de procreación de la mujer.
Otras psicosociales proponen que ocurre como parte de una crisis transicional hacia la paternidad, expresando ansiedad ante ello. Y, por otro lado, las teorías paternas sugieren una conexión entre la participación del hombre y el rol paterno (Brennan et al., 2007).
En esta última teoría, el padre empatiza de tal forma con la madre embarazada, que conecta con sus cambios hormonales afectándole a su propia regulación hormonal. Este cambio da lugar a una menor producción de testosterona, encargada del deseo sexual y una mayor producción de prolactina y extradiol, haciendo que su temperamento sea más protector y afectuoso con la madre.
“No, no tiene nada que ver. Un embarazo psicológico puede producirse por influencia de las hormonas y el síndrome de Cauvade aparece más bien por ansiedad, por el miedo que tiene el padre ante esta nueva situación”, explica la psicóloga Silvia Álava Sordo, del Centro de Psicología Álava Reyes.
Sin embargo, estas personas tienden a somatizar y es posible que experimenten síntomas desagradables derivados de esta somatización, como pueden ser las náuseas, los vómitos, el malestar estomacal o el cansancio y la fatiga. “Son síntomas reales, aunque no haya una causa orgánica que lo produzca”, explica Silvia Álava Sordo.
Los más sensibles o propensos a la angustia pueden experimentar fisiológicamente el embarazo de sus parejas. También aquellos que tienen más facilidad para ponerse en el lugar del otro o que malentienden la empatía.
“Una cosa es empatizar y entender lo que siente tu pareja, y otra muy diferente es ir más allá y sufrir los mismos síntomas. Por ejemplo, tu marido puede apoyarte, sostenerte y ayudarte a vomitar, pero que vomite contigo… ¡eso ya es demasiado!”, señala la psicóloga.
No se han descrito complicaciones derivadas de este síndrome. Sin embargo, debido al desajuste hormonal que padecen algunos padres –como la alteración en los niveles de testosterona, oxitocina, extradiol e incluso de prolactina– algunos podrían necesitar atención especializada. Pero no es lo habitual.
La prolactina es la hormona encargada de la producción de leche y se ha constatado que algunos padres, incluso tras el parto, han mantenido los niveles altos de esta hormona. Además, “este síndrome suele desaparecer cuando nace el bebé”, concluye Silvia Álava.
Dependerá de los síntomas que experimente el padre, porque si ya es difícil lidiar con nuestros cambios de humor, mareos, náuseas, dolor de espalda o irritabilidad, tener a tu pareja con los mismos no ayuda a superar esos momentos. Sin embargo, si con el cambio ahora es más comprensivo y protector, probablemente el ‘síndrome de Couvade’ será de utilidad.
A raíz de la Mascletá de Madrid de este pasado fin de semana hablamos sobre las consecuencias que este tipo de eventos pueden tener para personas e incluso animales.
Estar prevenido y conocernos a nosotros mismos, puede evitar evitar que una celebración se convierta en una situación desagradable.
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