El hambre emocional que esconde la obesidad infantil. Colaboración con La Tribuna de Albacete

Por Ana Soteras (EFE) 

El sobrepeso y la obesidad afecta al 43 por ciento de los niños españoles. Atajarlo con dieta y un aumento de la actividad física en la mayoría de los casos no es suficiente. Detrás se esconde el hambre emocional, una forma de comer desequilibrada e impulsiva, que requiere tratar psicológicamente al menor y a su familia.


En las XXIV Jornadas Internacionales de Nutrición Práctica, celebradas este mes en la Fundación Pablo VI de Madrid por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), el programa Entren y la educación emocional fueron algunos de los asuntos tratados.


La psicóloga Silvia Álava destacó la importancia de la educación emocional como base de una alimentación sana y subrayó que, cuando se aborda la obesidad en niños, hay que evaluar también a la familia desde el punto de vista emocional y de hábitos que transmiten a sus hijos. «Las estrategias de intervención contra la obesidad deberían estar dirigidas a ingerir una menor cantidad de alimentos y a aumentar la actividad física, pero en muchos casos eso no es efectivo ya que puede haber problemas emocionales detrás», aseguró la especialista en psicología clínica y educativa.

Tristeza o ansiedad suelen ser las emociones más frecuentes que se esconden detrás de comer de forma compulsiva alimentos insanos ricos en grasas o azúcares.

FUENTE: latribunadealbacete.es

Este año, más que nunca, somos conscientes de la fragilidad del ser humano. Colaboración con la Agencia EFE

Por Javier Tovar |

En el Día Mundial de la Salud, 7 de abril, y en plena pandemia de la COVID-19, Silvia Álava, doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y directora de área en el Centro de Psicología Álava Reyes, escribe un articulo para EFEsalud y reflexiona sobre la fragilidad que en estos momentos sienten los seres humanos.

Hoy es el Día Mundial de la Salud. Y este año más que nunca somos conscientes de la fragilidad del ser humano, de la importancia que tiene la salud y de las consecuencias de la ausencia de ésta. La Organización Mundial de la Salud define la salud, no sólo como la ausencia de enfermedad, sino como “El estado completo de bienestar físico, mental y social de una persona”.

Se trata de encontrarse bien tanto a nivel físico como emocional.

Nunca habíamos vivido una pandemia como la actual. Esto ha implicado que el mundo se ha parado, nos hemos confinado en casa, dado que es la única formula para evitar que los contagios sigan en aumento. Pero en estos días, no sólo es importante cuidar nuestra salud física, que se hace esencial, sino que no podemos olvidarnos de nuestra salud mental y emocional.

Silvia Álava
La psicóloga Silvia Álava/ Foto cedida

No valoramos la salud hasta que la perdemos, y con la salud metal, esto, todavía es más complicado. La enfermedad mental carga con un estigma social muy negativo. Todavía hay gente que piensa que es algo que se elige, o que es cosa de débiles, cuando en absoluto es así. Tener un problema de salud mental es muy costoso, porque puede llegar a ser muy invalidante para la persona que lo padece, así como para su entorno.

Estos estigmas hacen que a las personas les cueste pedir ayuda, o que no encuentren apoyo en su círculo más cercano de familiares, amigos, trabajo, simplemente por desconocimiento. Ahora más que nunca es necesario cuidar de nuestra salud física y mental. Por ello te recomendamos que practiques estas 6 rutinas de forma diaria:

  • Acepta la situación, estamos confinados y hay personas que lo llevan mejor que otras. Depende mucho de la situación personal, de la genética y de las variables de personalidad. Pasarlo mal, tener malos momentos o experimentar emociones desagradables no te hace ser, peor persona o más débil. Eres humano, y como tal, no eres perfecto.
  • Busca un espacio para el autocuidado. Sobre todo, si tienes niños, ancianos, o personas con discapacidad a tu cargo. No puedes cuidarlos a ellos si tú no estás bien. No creas que eres egoísta por dedicarte unos minutos al día, además de que tu salud lo agradecerá, es completamente necesario.
  • Céntrate en las cosas que dependen de ti, en lo que está en tu área de acción, lo que tú puedes hacer. “Rumiar” en exceso sobre cosas que no dependen de nosotros es un enemigo paranuestro equilibrio emocional.
  • Pierde el miedo a echar una mirada hacia tu interior y reconocer tus sentimientos. Es imposible manejar emociones que no somos conscientes que sentimos. Es el momento de aprender a estar a gusto y en paz con nosotros mismos. Es difícil, pero se puede conseguir.
  • Si lo necesitas, pide ayuda profesional cualificada. Pedir ayuda no es de débiles, sino todo lo contrario. Implica reconocer que algo no va bien, o que puede ir mejor. Los profesionales de la salud mental te pueden ayudar primero a qué entiendas lo que te ocurre y lo que te sucede. A superar las situaciones traumáticas que has podido vivir, te darán técnicas y herramientas que te ayudarán en el proceso. Te acompañarán en todo momento a superar la situación y a sacar una nueva versión de ti mismo fomentando la resiliencia.
  • Se realista, no se trata de inventar un mundo ficticio de color de rosa. La situación es muy complicada, y muy difícil. Hay gente enferma y por desgracia también hay muertes, aún así, será complicado, pero vamos a salir de esto. Mantén la esperanza y busca cosas que te ilusionen. La ilusión es un gran motor para continuar adelante y sacar fuerzas de donde muchas veces no hay.

La esperanza es como el sol si sólo crees en él cuando lo ves, nunca superarás la noche (StarWars VIII).

FUENTE: Agencia EFE

Técnicas para reducir la ansiedad. La imagen mental relajante. Vídeo

¿Sientes #ansiedad durante el #confinamiento? Te proponemos una técnica de #relajación para manejar la ansiedad: la imagen mental relajante

  • Busca un espacio para ti
  • Recuerda ese sitio especial
  • Concéntrate en las sensaciones agradables

#psicología#emociones#cuarentena

¿Qué tareas pueden hacer los niños en casa? Colaboración con Burgos Conecta

El encierro es un buen momento para iniciarles en las labores de casa. Dos psicólogas nos orientan sobre cómo hacerlo.

Por Yolanda Veiga.

Venga, que no llegamos. ¡Veeengaaaaa!».

Hace ya días que no arrancamos así la jornada. Confinados como estamos, los horarios se han relajado un poco, especialmente los de los niños. «Ya no hay excusa para que la niña no se vista sola. Que lo haga, aunque tarde veinte minutos en lugar de cinco». Porque ahora tenemos veinte, aunque cada mañana añoremos la prisa de antes. «Es un buen momento para trabajar la autonomía de los chavales. Tardarán el triple, sí, pero hoy podemos gastar ese tiempo que normalmente no tenemos», propone Silvia Álava, directora del área infantil del gabinete psicológico Álava Reyes (Madrid). No es echar rato para que se haga más corto, no. La idea es que los niños vayan asumiendo tareas que se hagan hábito. 

«No se trata de forzar situaciones. Hay padres que pueden pensar: ‘¡Qué buen momento para quitarle el pañal ahora que no tenemos que madrugar!’. Y lo hacen porque les viene bien a ellos aunque no sea el momento adecuado para el niño. Para lo que seguro que sí es buen momento es para enseñarle a tu hija de 2 años que hay que recoger los juguetes. Obviamente no lo va a hacer sola pero podemos dedicarle un rato a esa tarea: ‘Tú guardas un juguete y yo otro’».

Tareas por edades

2-3 años:Recoger algún juguete con ayuda, llevar el pañal sucio a la basura.4-5 años:Recoger juguetes con poca ayuda, llevar la ropa sucia al cesto, llevar las pinzas para colgar la colada, llevar los desperdicios al cubo de la basura.A partir de 6 años:Poner la mesa, pinche de cocina, meter los platos sucios al lavavajillas.A partir de 8 años:Hacer la cama, prrepararse el desayuno, emparejar calcetines.A partir de 10 años:Barrer la cocina, pasar la aspiradora.

Habla la experta de trabajar la «corresponsabilidad». «Ojo, no se trata de ‘ayudar en casa’. Ese planteamiento no vale. Vamos a aprovechar que estamos todos juntos sin poder salir para que los niños vean que las labores de casa son labores de equipo». Nada de tareas por sexo. Los trabajos se reparten en función de la edad. «Imaginemos una familia con tres hijos de 7, 4 y 2 años. No puede ser que el de 7 ponga la mesa y los demás no hagan nada porque son pequeños. El de 4 años puede poner la barra de pan, que no se rompe si se cae. Y el de 2 puede encargarse de llevar el pañal sucio, al que hemos hecho previamente una bola, a la basura. El objetivo es que todos vean que son importantes, que colaboran».

Para quien no sepa por dónde empezar, Silvia Álava propone una serie de tareas por cada franja de edad. «Podemos empezar por los juguetes. Con 2 o 3 años recogeremos nosotros más que ellos, pero es importante que empiecen a hacerlo. Con 4 o 5 años lo harán con menos ayuda y con 6 ya deberían hacerlo solos. Pongamos ahora el baño, que es algo que veces les cuesta. Al de 3 años con que deje el pijama encima de la cama es suficiente, de más mayores pueden llevar a la ducha el albornoz, coger la crema para después, y con 8 años deberían ya recoger la ropa sucia tras el baño y vestirse solos».

Los deberes

Explica la especialista que el ‘salto’ en cuestión de autonomía se produce en torno a los 6 años. «Con esa edad les gusta mucho hacer de pinches de cocina. No se trata de dejarles con la olla, sino de que cojan los tomates del frigorífico, que laven algún utensilio que no sea de cortar…». Y que a partir de los 8 ya podrían afrontar tareas como hacerse la cama o prepararse el desayuno. «Si es algo sencillo como unas tostadas bien pueden hacerlo solos. Se trata de que cojan un hábito y que lo mantengan después, cuando regresemos al trabajo y al colegio». «A partir de 10 años serían perfectamente capaces de barrer o de pasar la aspiradora, por ejemplo».

No lo hagamos, en todo caso, con la idea «de que nos quiten trabajo a los trabajos», sino que la única finalidad es «educar en corresponsabilidad». «Deben asumir que las labores de casa son tareas de familia. Así que dejémosles que pasen la bayeta, aunque luego la tengamos que pasar nosotros por detrás». 

Mucho cuidado con los deberes

Trabajos que se harán sin descuidar los deberes. Mucho cuidado con esos deberes… «Las tareas escolares son ahora un tema un poco peliagudo. Insistimos en que las tienen que hacer solos, pero el problema es que el profesor no ha tenido ocasión de explicarles algunas de esas materias en clase. Así que lo que les toca a los padres ahora es explicarles las cosas. Pero solo eso. ‘Yo te explico este concepto y me voy’. No me quedo sentada a tu lado mientras haces los deberes. Los adultos, solo para resolver dudas», insiste.

En estos días que parece que tienen más de veinticuatro horas hay tiempo para mucho pero «hay que evitar sobrecargar a los niños», advierte la psicóloga Mariola Bonillo. «En las redes sociales se están compartiendo muchas ideas para hacer en casa pero escoged solo las que realmente os apetezca hacer». 

Recomienda la experta reservar huecos libres de tareas, de tablets, de televisión… para estar juntos, simplemente. «Pensemos en los bebés y menores de 3 años. Requerirán de más atención y alternancia de actividades: cogerles en brazos, montarles en el carrito y pasearles por la casa…».

«Estás enfadado porque querías salir a la calle, ¿verdad?»

Los adultos estamos francamente preocupados por cómo afectará el encierro al rendimiento escolar. Pero si lo estamos solo por eso, nos estamos quedando cortos. «Hay una cosa importantísima a trabajar en casa estas semanas, la inteligencia emocional. A veces las emociones nos saturan y tenemos un estallido de ira o de rabia. Y otras veces, simplemente nos las tragamos». Ni una ni otra opción son las mejores, advierte la psicóloga Silvia Álava, que ha preparado una guía con ejercicios para ayudar a los chavales a que identifiquen cómo se sienten estos días y por qué. «A menudo les decimos: ‘No te enfades’, ‘No llores’, ‘No es para tanto’ o les preguntamos de forma compulsiva qué les pasa. ¡Pero no lo saben! Debemos ayudarles a identificar lo que les ocurre: ‘Creo que te has enfadado porque querías salir a jugar. Estás aburrido porque llevas muchos días en casa, ¿es eso lo que te ha pasado?’». Aunque el principio sería otro, un ejercicio que es también una manualidad y que consiste en «recortar de revistas viejas caras de enfado, de tristeza, de alegría…», que les ayuden a identificar las emociones. «Podemos hacer una sesión de fotomatón: cada miembro de la familia se hará seis fotos representando emociones básicas». Que también hay que aprender a regular. «Para gestionar una emoción desagradable los chavales pueden coger una de esas bolas de cristal en las que se ve la nieve o la purpurina caer despacio. Al centrar nuestra atención en esa nieve, aunque sea por un momento, somos capaces de abandonar la preocupación».

FUENTE: burgosconecta.es

Los beneficios de hacer un diario de emociones agradables. Vídeo

Sentimos muchas #emociones a lo largo del día, pero solemos fijarnos más en las desagradables

  • Pon el foco en las emociones agradables
  • Haz un diario con los momentos en los que sentiste algo agradable
  • También podemos hacerlo con los niños

#cuarentena #psicología #educación

La importancia del Autocuidado. Vídeo

Para cuidar a nuestros hijos, a los mayores y los demás, no se nos puede olvidar el #autocuidado

  • Sé conscientes de lo que necesitamos
  • Pide ayuda
  • Respeta tus tiempos
  • Abrázate a ti mismo

Superar la pérdida de un familiar ¿es posible? Colaboración con Funespaña

Cuando vivimos la pérdida de un familiar o un ser querido no es algo que se supera, es una situación que aceptamos e integramos en nuestra vida. 

Sentimientos ante la pérdida de un familiar

En un primer momento lo habitual es sentir tristeza, rabia, enfado e incluso frustración, pero sin lugar a dudas la emoción predominante es la tristeza.

La tristeza pasará, y se trasformará en nostalgia, y podremos decir que lo tendremos aceptado e integrado cuando recordemos a esa persona y no sintamos ese vacío desgarrador, ni las lágrimas acudan a nuestro rostro.

Lo que empezaremos a sentir será añoranza, melancolía… pero seremos conscientes de todo lo que ha significado para nosotros esa persona.

Que es cierto que la echamos de menos, pero desde la consciencia de que nuestra vida sigue y que podemos ser felices sin él o ella.

Si acabas de perder a alguien, lo más probable es que esto te parezca muy lejano, pero te aseguro que llegará un día en el que lo conseguirás.

Dejarás de estar triste, de llorar, de preguntarte cómo va a ser tu vida a partir de ahora, porque serás consciente de que tu vida sigue, que todo continúa sin tu ser querido, y que incluso, por muy difícil que te parezca ahora, volverás a sonreír y a ser feliz.

¿Cuándo estaré bien?

Si estás en esta situación, lo más probable es que quieras saber cuándo estarás bien. Cuándo vas a dejar de sufrir. Puedo garantizarte que, poniendo de tu parte, aceptando lo ocurrido e integrándolo en tu vida lo conseguirás.

El paso del tiempo es un factor que a la mayoría de las personas les ayuda, sin embargo, aceptar la situación puede llevar desde seis meses a un año, pero en ocasiones, podemos tardar más tiempo, la fecha dependerá de:

  • Las circunstancias del fallecimiento: No es lo mismo una enfermedad terminal donde nos hemos hecho a la idea y nos hemos podido despedir, que la situación que muchas familias tienen que vivir en la actualidad, en la que el coronavirus se ha llevado a sus seres queridos prácticamente sin avisar.
  • Si nos hemos podido despedir: Por eso, ya comentamos en otros post, que aunque fuese mediante una carta o con técnicas como la silla vacía, que era bueno despedirse, porque esto nos permite iniciar el duelo.
  • La edad de nuestro ser querido: Cuanto más joven, más complicado será asumir la pérdida, debido a esa sensación de injusticia que nos lleva a pensar en todo lo que le quedaba por vivir.
  • El grado de cercanía y de la relación con el fallecido: Cuanto más allegada sea la persona, tanto a nivel familiar como personal, más difícil será de asimilar y aceptar la pérdida.
  • Nuestro estilo de afrontamiento:Las tres primeras variables no dependen de nosotros, son las que han tocado, pueden ser muy complicadas, porque en esta situación tenemos mucho en contra. Sin embargo, esta última depende al 100% de nosotros mismos. Sé que es muy complicado, pero la actitud que tomamos ante la muerte, es algo que depende de nosotros.

Superar la pérdida de un familiar 

Decálogo para aceptar la situación:

No negar la tristeza

Ser conscientes de la tristeza que nos causa la pérdida y no negarla.

Aceptar los sentimientos

Sin juzgar nuestras emociones, simplemente experimentándolas, es el primer paso para la aceptación. Aceptar no significa que no duela, sino que soy consciente, se que es lo normal y lo asumo.

Verbalizar cómo nos sentimos

Tragarnos las lágrimas no es una buena idea. Si necesitas llorar, llora. Expresa todo lo que sientas, todas las emociones son lícitas y válidas. No hay una emoción correcta.

Si estás enfadado o frustrado es importante que lo digas. Nadie debe cuestionar cómo te sientes, y mucho menos tú mismo.

Hablar sobre la muerte del ser querido

En esta situación en la que no hay posibilidad de velatorio, ni de compartirlo con los demás, es fundamental llamar a amigos o familiares para hablar de lo que ha ocurrido, de lo que sabemos, de cómo nos sentimos.

Nos ayudará a procesar la situación y evitar que el duelo se enquiste y se procese como traumático.

Ayuda a los demás

Ayuda a tus familiares y amigos que también sufren la pérdida.

Cuando ayudamos a los demás, además de sentirnos útiles, nos sentimos mejor con nosotros mismos. En ocasiones hacer un duelo compartido puede facilitarlo.

Mantén unos hábitos de vida saludable

No descuides las rutinas de comida, sueño… hacer deporte en la medida de los posible y mantenerse activo ayudarán a normalizar la situación.

Intenta retomar tu vida

En la medida de lo posible, intenta seguir con tu vida. Teletrabajando, hablando con amigos, aunque lo hagas triste, pero no dejes de atender a nuestras obligaciones.

Recuerda la vida de tu familiar

Qué cosas le gustaban, situaciones especiales vividas juntos… aunque en un primer momento te ponga triste, recordarle y rememorar, es una buena estrategia para aceptar lo que ha ocurrido y valorar lo que esa persona nos ha aportado.

Escucha a tu cuerpo y tus necesidades

Reconoce lo que necesitas, negarlo no es una buena estrategia, y lo único que haríamos sería retrasar la aceptación y el duelo.

Pide ayuda si la necesitas

No tienes que hacerte el valiente, somos humanos y no somos perfectos. La situación es muy complicada y seguro que hay personas de tu entorno dispuestas a ayudarte.

FUENTE: Funespaña

Vídeo ¿Cómo seguir trabajando la lectoescritura de forma divertida durante el confinamiento?

Desde el área de infanto-juvenil del Centro de Psicología Álava Reyes os hemos preparado distintos vídeos para trabajar, jugando, diferentes procesos cognitivos y emocionales!! Hoy, Silvia Álava nos enseña a trabajar la lectoescritura jugando con juegos clásicos que podemos tener en casa.

Puedes ver más vídeos en el canal de YouTube del Centro de Psicología Álava Reyes

¿Cómo controlar la ansiedad en momentos difíciles? Colaboración con Funespaña

Ante las situaciones que no podemos controlar nace el sentimiento de frustración e impotencia. El hecho de no tener control sobre las cosas o que nuestras expectativas no se hayan cumplido, nos dificulta controlar ansiedad que esto nos genera.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo ante una situación de peligro.

Cuando nuestro cuerpo o nuestra mente identifica que una situación es potencialmente peligrosa, se activa, con la finalidad de facilitar la huida.

Signos y síntomas de ansiedad

Para ello el corazón bombea más sangre, lo que se traduce en taquicardia, se hacen intercambios más rápidos de oxigeno y dióxido de carbono, por lo que se hiperventila, se tensan los músculos… en definitiva, nuestro cuerpo se preparara para poder salir corriendo de esa situación peligrosa.

Tipos de ansiedad

La ansiedad positiva o “eustrés”

Se origina cuando nos activamos ante una situación de peligro real.

Por ejemplo, si estamos en casa y empieza a oler a quemado y vemos salir mucho humo de la cocina, el eustrés nos activaría para poder salir corriendo y llamar a los bomberos.

Esta activación es la que nos permite seguir con vida, porque nos protege del peligro.

También ocurre cuando ante un pico de trabajo o una situación especialmente complicada, como la que vivimos hoy en día, nos permite seguir en pie, muchas veces sacando fuerzas de donde ya no las hay.

La ansiedad negativa o “distrés”

Ocurre cuando nuestro organismo se activa de la misma forma que si estuviésemos viviendo una situación potencialmente peligrosa, pero en realidad, ésta no lo es.

Es lo que normalmente se conoce como ansiedad.

Los síntomas son, taquicardia, hiperventilación, tensión muscular, nudo en el estómago, entre otros. En estos casos lo habitual es que nuestros pensamientos estén magnificando una situación.

Pensamos que algo es horrible, catastrófico, que va a salir mal… ¿Cuántas veces hemos sentido ansiedad al hablar en público, en un examen o en una reunión importante? La causa está en nuestros pensamientos.

Ideas irracionales, de tipo negativo que nos hacen ponernos en lo peor, cuando muchas veces ni siquiera se asemejan a lo ocurrido.

Consejos para controlar la ansiedad

Identifica las emociones

Es normal sentir ansiedad, todos lo experimentamos. Ser conscientes de ello es el primer paso para poder gestionarlo.

Ventila las emociones

Es importante poder expresar lo que sentimos. Hablar con personas de confianza, pedir ayuda psicológica o hacer un diario emocional en el que escribas cómo te sientes y lo que piensas, te ayudará a asimilar la situación.

Pon tu foco de atención en lo que puedes hacer

Pon tu foco de atención en lo que depende directamente de tien lo que tú puedes hacer, no en los demás, o en las situaciones externas.

Cuida tus pensamientos

Cuidado con lo que piensas. En ocasiones detrás de la ansiedad están pensamiento de tipo irracional, como pueden ser ideas catastrofistas, pensar que todo va a ir mal…

Interpreta la realidad de forma objetiva

Los pensamientos son tu forma de interpretar la realidad, pero no la única. Ser capaces de hacer una interpretación más objetiva nos puede ayudar a reducir la ansiedad.

Practica deporte

Aunque sea unos minutos, haz una tabla de ejercicios.

El deporte genera endorfinas que nos hacen sentir emociones agradables, además de mantenernos activos y de ser una herramienta útil para reducir nuestro nivel de ansiedad.

Realiza alguna técnica de relajación

La que sepas o más te guste, yoga, meditación, respiración abdominal o diafragmática, relajación abdominal… o simplemente puedes escuchar música relajante y trasportarte mentalmente a un lugar relajante.

Busca espacios para ti

Encuentra un lugar para cuidarte y mimarte. Por ejemplo, disfrutar de una ducha o un baño relajante, nos puede ayudar a bajar el nivel de ansiedad.

Párate y se consciente de cómo el agua cae por tu espalda y de la sensación agradable de la espuma en tu piel.

Utiliza el sentido del humor

Cuando somos capaces de reírnos de nuestra situación, implica que somos capaces de relativizar, de ampliar el foco y verlo desde otro punto de vista.

Además de generar emociones agradables, la activación fisiológica que produce la risa ayuda a contrarrestar la activación negativa de la respuesta de “distrés” o ansiedad negativa.

Aprende a tomarte las cosas con humor, no dejes de sonreír a la vida, pero no te confundas, utilizar el sentido del humor nunca implicará reírse de los demás.

Cuida tu sueño

No alterar el ritmo de sueño y vigilia y dormir al menos durante 8 horas al día.

Sabemos que una de las funciones principales del sueño es reducir el nivel de ansiedad.

¿Cómo gestionar la ansiedad por el coronavirus?

Estamos viviendo una pandemia. Una lucha mundial contra un virus, donde, de momento, no se ha encontrado la cura.

La única forma de frenarlo es quedarnos en casa. No salir para evitar contagios y que el número de casos siga aumentando.

Es una situación real, escalofriante y muy peligrosa. Quizás es la situación más peligrosa que hemos vivido en los últimos años a nivel global. Por eso, es normal sentir ansiedad.

Nuestro cuerpo, está en tensión y lo interpreta preparándose para poder huir. Sin embargo, lo que necesitamos en este momento no es salir corriendo, sino todo lo contrario, quedarnos en casa, porque es lo único que podemos hacer para frenar la pandemia.

Céntrate en lo que puedes hacer

Pon el foco en lo que está en tu área de acción. Por ejemplo, saber que quedándote en casa contribuyes a frenar la curva de infección y que haces algo útil, te ayudará a vivir mejor la situación que si lo interpretas como un fastidio, como algo impuesto desde fuera y que ha arruinado tus planes.

Evita la sobreinformación

Estamos en una situación de crisis mundial, hay que saber lo que ocurre. Pero basta con elegir un momento al día para informarse. Estar pegado a las pantallas viendo cómo suben o bajan el número de casos y el número de fallecidos, no es una buena opción. 

No hables solo del tema “coronavirus”

Es importante que hables de otras cosas, la vida sigue y continua. Habla de otros temas, de cosas que te motiven, de vivencias pasadas y de proyectos futuros.

Mantén el pensamiento positivo

Va a ser una situación difícil, y muy complicada, pero pasará, entre todos venceremos al Covid-19 y volvernos a salir a la calle, a recuperar nuestra vida, a celebrar, tanto la vida como el fin de ella.

Vídeo ¿Cómo conseguir rendir en el #teletrabajo cuando tenemos niños pequeños?

¿Cómo conseguir rendir en el #teletrabajo cuando tenemos niños pequeños?

  • Se realista, los niños de menos de dos años son dependientes
  • Establece turnos con tu pareja
  • Explícale cada día que no podemos salir
  • Mantén horarios y rutinas

#cuarentena#psicología#COVIDー19