¿Cómo deben comportarse nuestros hijos? charlamos con Cristobal Cabezas COPE Castilla La Mancha

Y de deberes… ¡vacaciones! Colaboración con el diario El Mundo

Niños en el colegioExpertos opinan que el calendario escolar de Cantabria puede beneficiar a los alumnos, pero ven problemas con la conciliación

Los alumnos de Cantabria tendrán una semana de vacaciones cada dos meses el curso que viene

Ángela lleva a sus dos hijos al Liceo Francés de Madrid. Además de las vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa, los niños tienen 10 días festivos entre finales de octubre y principios de noviembre, así como una semana sin clases en febrero. A cambio, el curso arranca nada más comenzar septiembre y termina el último día de junio.

Es el llamado Calendario Escolar de las Cinco Vacaciones, que funciona con éxito en Francia y en buena parte de los países europeos y que ha inspirado el sistema que va a implantar Cantabria a partir del curso que viene, con una semana de vacaciones cada dos meses.

El modelo ha suscitado un encendido debate en España. Asturias estuvo a punto de ponerlo, pero al final se encontró con una férrea oposición. Los padres están en contra porque no pueden compaginar sus días libres (regidos por el calendario religioso) con los nuevos festivos y se enfrentan a la difícil tarea de buscar actividades para sus hijos durante ese tiempo que sean algo más que unaparcadero. Los profesores están a favor y aseguran que este calendario favorece el rendimiento y el descanso de los alumnos. ¿Quién tiene razón? ¿Qué es mejor para los críos?

La literatura científica no se pone de acuerdo. Una investigación de la Universidad de Duke (EEUU) sugiere que los alumnos que en verano tienen largas vacaciones como las españolas presentan una ligera desventaja frente a los que disfrutan de descansos más cortos y más repartidos. Pero también hay estudios en sentido contrario: el de Paul von Hippel, investigador y sociólogo de la Universidad de Ohio, establece que el rendimiento académico de los alumnos es el mismo en ambos casos.

Los expertos consultados por EL MUNDO coinciden en que convertir los tres trimestres que dura el curso en cinco bimestres con cuatro parones (más las vacaciones de verano) puede beneficiar a niños y adolescentes, pero tienen serias dudas de que la realidad española permita que sus padres puedan conciliar.

Más descanso

José Gimillo, coordinador de la Unidad de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente del Hospital Universitario Quirón de Madrid, sostiene que «hay que intentar disminuir los periodos escolares muy largos porque generan situaciones bastante estresantes para los escolares».

«Reducir el tiempo entre evaluaciones resulta positivo. Los descansos y vacaciones reducen el efecto de habituación, que significa que el cerebro se activa menos y presta menos atención a medida que pasan las semanas desde el comienzo de curso», explica el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, que considera, sin embargo, que el nuevo calendario tiene pegas: «Estos chicos deben prepararse para la vida real y su cerebro debe acostumbrarse al esfuerzo sostenido».

Le da la razón Javier Andrés Blumenfeld, pediatra del Hospital de El Escorial (Madrid) y miembro de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia: «Me encanta la idea, desde el punto de vista de la neuroeducación es estupenda, pero hay que ajustarla a la realidad social y esto complica bastante la situación a los padres, sobre todo los que tienen una situación económica desfavorecida».

¿Qué hacemos con los hijos?

El Gobierno cántabro plantea abrir los colegios durante esos días festivos, pero el comedor y el programa lúdico tienen un coste para las familias. «La gran pregunta es qué va a pasar durante esa semana de vacaciones. ¿Quién garantiza que esas actividades en el colegio sean de calidad y quién las financia? Si, durante esos días, se organizan visitas a museos o los alumnos hacen un viaje, eso tiene un valor pedagógico impagable, pero, al final, unos estudiantes se quedarán en casa viendo la tele porque sus padres no tienen medios económicos, otros serán enviados con sus abuelos…», argumenta el profesor Jerónimo García Ugarte, coordinador de la web Cinco Llaves para Educar.

La investigadora sobre educación y autora de best sellers educativos Catherine L’Ecuyer sostiene que «es bueno que los trimestres no sean tan largos». Ahora bien, «el problema de fondo no es otro que el asunto de la conciliación».

Ángela trabaja en una empresa francesa y no le ponen problemas para cogerse días libres en noviembre y en febrero. «Me voy de vacaciones fuera de temporada y es más barato. Este calendario escolar me permite gestionar mejor el verano, que, de otra forma, sería demasiado largo», explica.

El caso de Ángela no es habitual. «No puedes pedirle a tu jefe que te deje una semana libre para estar con tu hijo», insiste el psicólogo Javier Urra, ex defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. «Conciliar es muy complejo. Esas vacaciones de los niños no coinciden con los festivos que les dan a sus padres», apostilla Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa).

La psicóloga Silvia Álava, autora del libro Queremos hijos felices, opina que, «más que descansar una semana cada dos meses, quizá es más razonable tratar de buscarles a los niños un poco de tiempo libre cada día que les permita parar, cargar las pilas y… aburrirse».

FUENTE: Diario El Mundo

Cómo lograr que tu hijo te haga caso. Colaboración con el diario ABC

Los expertos consideran que los castigos no son eficaces. Prefieren hablar de establecer consecuencias

CastigoLa pasada semana dio la vuelta al mundo la actuación de un padre japonés que decidió abandonar a su hijo de siete años en un bosque como castigo por tirar piedras a los coches y a las personas. El niño estuvo desaparecido seis días. ¿Son este tipo de castigos eficaces? ¿Hasta dónde deben reprimir los padres una conducta?

Los expertos lo tienen claro. La decisión del padre japonés es inaceptable, «más que un castigo es maltrato», asegura Susana de Cruylles, psicóloga clínica y terapeuta de familia del Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Explica que lo primero que hay que hacer es dejar claro a los niños cuáles son las normas para que sepan que tienen que cumplirlas, y que si no lo hacen, tendrán consecuencias, «no nos gusta hablar de castigos», apunta.

Estas consecuencias deben ser siempre acordes al daño cometido, porque no tiene sentido dejarle sin ver la televisión un mes por romper un plato, y una tarde por suspender todos los exámenes. «Los padres no deben caer en el error de poner consecuencias desorbitadas ni estallar con ellos por estar muy estresados por los problemas del trabajo».

La cuestión es que, cuando esto ocurre y la consecuencia es desmedida, pasados unos minutos en el que el padre reflexiona con más calma, se da cuenta de que la sanción es exagerada «y tiende a arrepentirse y a quitársela al niño, lo que también es un error porque siempre deben cumplirla. Por tanto, los castigos no deben ser excesivos y, por supuesto, nunca pueden suponer agresiones físicas. Si se da un cachete a un niño, le estaremos enseñando que cuando uno se enfada la respuesta es pegar», explica Susana de Cruylles.

Motivarles

Una de sus recomendaciones que aporta Silvia Álava, psicóloga y autora de «Queremos hijos felices» y «Queremos que crezcan felices», es que en vez de amenazar o sancionar al hijo, se intente mostrarle que debe cumplir las normas, pero de forma positiva. Es decir, en vez de decirle «si no haces los deberes te quedas sin tele», se le debe indicar «cuando termines los deberes podrás encender la televisión».

Según esta psicóloga los castigos son poco efectivos, «es mejor motivarles y apremiarles –asegura Silvia Álava–. De esta forma, aprenderá la cultura del esfuerzo y que las cosas se las debe ganar. Asumirá que él es el que decide si quiere un premio o un castigo. El foco estará en él y no en el padre».

Las claves de una sanción efectiva

  • Obligado cumplimiento
  • Siempre que se imponga una medida por un mal comportamiento, el niño debe cumplirla. Por ello, los padres no deben excederse.
  • Mejor en positivo
  • Es más adecuado decirle «cuando termines los deberes podrás ver la tele» que «como no los hagas no hay tele».
  • Inmediatez
  • Según su edad, la sanción debe ser lo más inmediata posible para que pueda demostrar cuanto antes que ha aprendido.

FUENTE: Diario ABC

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¿Cómo conseguir que mis hijos me obedezcan? Colaboración con Papás e Hijos

Hijos que no obedecenDuda de una lectora a Silvia Álava, psicóloga Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Además de la autora del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”.

Querida Silvia,

Hola Silvia

Mis tres hijos (9, 7 y 5) tienen por costumbre ponerse a jugar cada vez que decimos de salir a la calle o asearse antes de cenar o jugar cuando deben ir a la cama. A veces los ignoro para mostrarles que no llaman así mi atención pero no sirve más que para ponerme más nerviosa.

Les refuerzo cuando hacen lo que deben en su momento. Siempre estoy en el dilema “no importa, sólo están jugando perooo no es lo que toca ahora”

No sé si soy demasiado estricta y me da miedo salirme de la rutina porque considero que deben tener marcadas unas pautas pero ¿dónde está el límite?

Cada vez que les digo lo que tienen que hacer, la mayor se enfada, no “soporta” que le diga lo que tiene que hacer. El pequeño sólo juega pero la mediana, que es súper responsable me dijo el otro día que no me hacia caso porque quería “ganarme”.

Lucho constantemente entre lo que quiero y lo que debo.

Gracias,

Madre de tres

silvia alava sordo psicologa infantil

Silvia Álava, psicóloga Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes.

 

Conseguir que los niños obedezcan y al ser posible a la primera, ¡es el sueño de todos los padres!, pero como bien dices en ocasiones es difícil de conseguir y los niños se ponen a jugar o a realizar otra tarea en el momento más inoportuno. En tu consulta dices que has intentado ignorarles, pero no lo has conseguido, pues al final te has puesto nerviosa, es decir, los niños sabían que en el fondo no los estabas ignorando, sino que estabas pendiente de ellos (sino, no te hubieras puesto nerviosa), y además tu hija mediana te lo ha dejado claro, su objetivo es el reto, saber hasta donde puede llegar, y “quiere ganarte”.

Creo que lo primero que tendrías que hacer es marcar ese límite que mencionas. Tener claro donde está, no solo te ayudará a ti a marcar la pauta y a establecer las rutinas, sino que lo que parece que es lo que tus hijos están buscando, al no estar claro, los niños lo buscan y además te lo dicen: “quiero ganarte”.

Es importante que las normas estén claras desde el principio y que los niños sepan cuales son las normas de la familia. Por ejemplo una norma que se podría poner sería: se obedece a la primera. Eso implica que las cosas se van a decir solo una vez. Será importante que esta norma esté explícita, que los tres sepan que a partir de hoy las cosas se dicen solo una vez, y que tú vas a hacer caso a quien sí que obedezca.

Párate a observar, ¿quién de tus tres hijos se lleva más atención por tu parte, el que obedece y va a comer, o el que no lo hace y entonces le persigues para cumpla lo establecido?. Lo habitual es que la final la atención la acapare quien no está obedeciendo, así que los otros rápidamente le copian pues también quieren que estés pendiente de ellos. Es por eso que hay que darle la vuelta a esta situación y a partir de ahora, dejarles claro que las cosas se dicen una vez. Si por ejemplo los niños están entretenidos antes de la comida, puede funcionar bien si te aviso que en cinco minutos hay que apagar la tele, o la tablet porque vamos a cenar,además enunciarlo en positivo, “sé que vais a obedecer a la primera y mamá se pondrá muy contenta”.Cuando ya ha llegado la hora, basta con que les recuerdes que ya les avisaste hace cinco minutos que tocaba cenar y que ahora llega el momento de obedecer a la primera. Y presta atención de los tres al que te obedece. Eso sí si no apagaron el dispositivo electrónico que tuvieran entre manos, apágaselo tú.

Con las normas claras, por ejemplo: “se obedece a la primera”, las consecuencias establecidas, “yo haré caso a quien me esté obedeciendo”, y enunciando las cosas en positivo “lo vais a hacer muy bien y yo me pondré muy contenta”, seguro que vuestro día a día mejorará mucho. No obstante, en el libro “Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron”, tienes muchas más ideas sobre cómo conseguirlo.

 

¿Cuál es la manera más adecuada de premiar a un niño? Colaboración con Papis y Pekes

En muchos de nuestro artículos os hemos hablado de la importancia de premiar a los niños por sus logros. Reforzar sus conductas positivas es vital para un correcto aprendizaje y  reforzar su autoestima. En este reportaje vamos a proporcionaros pautas claras y sencillas para que podáis llevarlo a cabo en casa.

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10 consejos para trabajar el refuerzo positivo.

Consideramos “refuerzo” a cualquier consecuencia positiva que ocurre tras haber realizado una acción.

  1. Utilízalo cuando quieras que alguna acción se repita: Las leyes de conducta nos explican cómo, cualquier acción a la que sigue una consecuencia positiva, es decir un refuerzo, será algo que buscaremos repetir en el tiempo. Por el contrario, cuando la consecuencia que sigue a la conducta es negativa (“castigo”), la tendencia será a evitar dicha conducta.
  1. Si lo que queremos es que la conducta desparezca, tendremos que utilizar lo que los psicólogos llamamos extinción, es decir que tras realizar una acción, no haya ningún efecto, ni positivo ni negativo.
  1. Empieza por una alabanza o un pequeño premio: El refuerzo positivo consiste en aplicar una consecuencia positiva tras un comportamiento que queramos que el niño siga haciendo, como puede ser una alabanza o un pequeño premio. Tiene que ser algo positivo en sí mismo.
  1. El refuerzo negativo también es posible: es la eliminación de una consecuencia negativa, y también nos servirá para consolidar las conductas.
  1. El mayor refuerzo que puede tener un niño es la atención de sus padres. Que sus adultos de referencia les hagan caso y estén con ellos es lo que más les puede gustar.
  1. Ojo a las reprimendas: cuando regañamos o reprendemos a un niño, aunque sea de forma negativa, sigue teniendo la atención del adulto. Por eso algunos niños no reaccionan a las reprimendas, incluso parece que las van buscando.
  1. Ajústate a la edad del niño: Los refuerzos en los niños siempre deben de estar ajustados a la conducta que el niño ha realizado. No conviene premiarles con refuerzos desproporcionados, porque entonces perderán su valor.
  1. Los refuerzos sociales, como mostrarle al niño lo contentos o lo orgullos que están sus padres respecto a su conducta, lo mayor que es, lo que está esforzando, lo bien que se porta… son más eficaces y más duraderos que los refuerzos materiales.
  1. La familia es importante: Que un familiar cercano con el que le niño tenga un especial apego, le llame por teléfono para felicitarle por un logro puede ser un gran reforzador para el niño.
  1. Empieza por ti mismo: Refuérzate a ti mismo/a, regálate pequeños premios por tus logros, serán fuente de alegría para ti . Que tus hijos y tu pareja te vean feliz será fuente de alegría también para ellos.

 

Silvia Álava

 

Lo que hay que hacer y lo que NO hay que hacer en caso de rabietas infantiles. Colaboración con Papás e Hijos

rabietas-infantilesDuda de un lector a Silvia Álava, psicóloga Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Además de la autora del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”.

Hola Doctora, le escribo para hacer una consulta.

Tengo un niño de 2 años de edad, desde hace una semana se esta despertando en la noche y comienza a hacer rabietas, comienza a llorar y llorar, tira la cabeza hacia atrás, tira patadas, le hemos pegado pero creo que eso no es la manera correcta.

Algunas veces este cuadro también lo hace en el día.

Qué puedo hacer, como puedo actuar.

De qué forma le puedo ayudar.

Le agradezco su repuesta.

Saludos

Atentamente

Julio

En estos casos lo primero que tenemos que hacer es valorar exactamente que es lo que puede estar ocurriendo. ¿A qué hora sucede esto? ¿el niño se llega a despertar? En torno a los dos años suelen ser habitual que los niños tengan terrores nocturnos. En estos casos a pesar de que el niño puede llorar, gritar o incorporarse, sigue dormido y cuesta despertarle. En estos casos el niño no recordará lo que ha soñado y suelen producirse en la primera mitad de la noche. Ante esta situación no es necesario que los padres lo despierten, basta con que le tranquilicen y vigilen que no se haga daño.

La situación difiere si es durante el día, o el niño está completamente despierto. Evolutivamente, en torno a los dos años de vida los pequeños pasan por una fase de autoafirmación personal, en la que parece que su respuesta favorita es “no”; quieren probar al adulto y quieren verse como “seres independientes que tienen una voluntad propia”, no obstante, pese a que su apariencia es de ser ya mayores, todavía son inmaduros; se muestran muy dependientes de sus padres y controlan poco los impulsos. A esta edad, las rabietas son normales. Pero lo que no podemos permitir es que una fase por la que todos los niños pasan se convierta en un problema.

Lo que hay que hacer en caso de rabietas *:

  • La actuación de los padres debe ser inmediata, no ceder, mantenerse en su decisión, y “extinguir” el comportamiento del niño. Es decir, dejarle muy claro que cuando se comporte así no le vamos a hacer caso. Muchas veces, aunque no consiguen su objetivo, han acaparado la atención del adulto, y esto puede ser para ellos mucho más valioso que aquello por lo que lloraban.

Lo que NO hay que hacer en caso de rabietas:

  • Muchos padres se desesperan intentando que sus hijos entiendan la situación con grandes charlas y explicaciones sobre el porqué de las cosas, de su orden… No se dan cuenta de que de esa forma sólo están consiguiendo que el niño obtenga atención, y que, además, el pequeño no atiende al “discurso” porque su propio desarrollo evolutivo se lo impide, se le queda muy grande y ha “desconectado” de él.

Estos temas están ampliamente desarrollados en el libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”. Ed. JdeJ editores.

Quizás te interese leer: El porqué de las rabietas infantiles y cómo evitarlas.

*Extraído del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”. Ed. JdeJ editores

Silvia Álava, psicóloga infantil, te ofrece las claves para resolver el día a día de tus hijos. En informativos TeleCinco

Ser padres es una tarea complicada y más aún si pretendemos convertirnos en «los mejores padres» y disfrutar de una adecuada calidad de vida familiar. Y aunque para esta labor no haya unas reglas infalibles y cada hijo puede ser un mundo, si seguimos los consejos adecuados podremos salir airosos de incómodas situaciones.

Queremos Hijos Felices - Silvia ÁlavaA día de hoy, en el mercado encontramos innumerables libros repletos de «toques de atención» para padres inexpertos, o no tanto, que buscan la felicidad plena de sus pequeños y recabar todas las técnicas eficaces para ello. En definitiva, se trata de alcanzar una educación sin gritos, eliminando el desgaste emocional de sus miembros. Este es el caso de la última colección de éxitos en liberarías, ‘Queremos ser felices‘ y ‘Queremos que crezcan felices‘. De la mano de la conocida psicóloga infantil, Silvia Álava, nos llegan dos obras que no dejarán indiferente a nadie y que forman parte de una serie denominada «Tu vida en positivo».

Un contenido que se transmite de forma sencilla y clara, y que alude a la preocupante necesidad de transmitir a nuestros hijos los valores que la sociedad está perdiendo, como la tolerancia o la honestidad; al tiempo que describe las situaciones a las que se enfrentaran los padres durante la etapa de crecimiento de sus hijos.

¿Aún te estás pensando ir a tu librería más cercana y conseguir un ejemplar? No lo dudes más, todos los Derechos de Autor obtenidos por la venta de ‘Queremos Hijos Felices’ se donarán íntegramente a la Asociación Nuevo Futuro que lucha por cumplir los derechos de la infancia. La cifra recaudada asciende ya a un total de 6.935,85 euros. Conoce además a la autora personalmente el próximo domingo 29 de mayo de 19 a 21 horas en la caseta 211 de la Feria del Libro de Madrid.

Las 10 claves que te ayudarán a tener hijos felices. Colaboración con el diario ABC

Los expertos en educación familiar lo tienen claro. Hacer que un niño sea feliz no significa darle todo aquello que quiera. Si los padres compran o acceden a todos los deseos de sus pequeños, cada vez querrán más cosas y sus peticiones no tendrán fin, lo que supondrá que llegará un momento en que será imposible concederles todo y se enfadarán y no sabrán cómo aceptar su frustración.

10 claves para tener hijos felices

Partiendo de esta premisa, la psicóloga y escritora Silvia Álava asegura que «dándoles caprichos se logra una felicidad momentanea, efímera, pero no una verdadera felicidad interna». Explica que hay diez claves que sí son importantes tener en cuenta para los padres que quieran hacer felices a sus hijos de verdad:

  1. El mayor regalo que se le puede dar a un niño no es material, es tiempo. La atención de sus padres es lo que más valoran. Cuando no tienen esa atención, a los niños no les importa portarse mal y que sus padres les regañen porque es su estrategia para conseguir que les hagan caso.
  2. Hay que darles mensajes positivos del tipo «Vamos, yo sé que tú puedes» cuando se sientan desaminados por alguna circunstancia. Es importante fortalecer sus acciones.
  3. Se debe medir bien lo que se les pide en función de sus edad y maduración. Si se les exige demasiado y no logran sus metas si son demasiado altas será frustrante para ellos. No merece la pena que se sientan así de forma gratuita.
  4. Reforzar cada paso positivo que dé. Si se ve que se esfuerza por conseguirlo, aunque no llegue a lograrlo hay que motivar también su esfuerzo porque cualquier aproximación es buena.
  5. Pedirle que haga cosas que se le den bien y que le haga sentirse feliz para que su autoestima crezca.
  6. Mitigar sus defectos y resaltar sus virtudes. Es importante observarse y detectar sus fortalezas para trabajarlas con él y fomentarlas.
  7. Si lo necesitan, los padres deben pedir ayuda sin sentirse mal por ello. Si les ayudan a sus tareas, el tiempo de calidad con los niños será más fructífero. Es mejor que los niños no noten el estrés de sus padres y que puedan disfrutar momentos importantes para ellos como son la hora del baño, los juegos, los deberes, un cuento por la noche…
  8. Es esencial enseñarles a pensar y, para ello, hay que dotarles de los recursos necesarios. No se deben resolver sus problemas, no hay que evitar que se equivoquen, sino ayudarles a darse cuenta de los errores para que sepan reaccionar de forma correcta.
  9. Las emociones positivas neutralizan las negativas. Por ello es importante buscar momentos positivos del día para recordarlos y resaltarlos en común para que aprenda a buscarlos él solo y se sienta bien.
  10. La vida es mucho más que un boletín de notas del colegio. No hay que quitar importancia a sus resultados académicos, pero hay saber qué lugar ocupan en su desarrollo y no «crear un drama» por las notas.

Silvia Álava añade que es importante que los niños «aprendan cuanto antes a tener la capacidad de ser autónomos porque les ayudará a sentirse seguros, ser tolerantes y soportar mejor la frustración».

FUENTE: Diario ABC

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Inteligencia emocional en las aulas. Podcast de «La Mañana» de COPE Castilla-La Mancha