“Hay que tener mucho cuidado con esos mensajes de ‘si quieres puedes'»

Por Aldara Martitegui

  • Entrevista a la psicóloga Silvia Álava, que acaba de publicar su último libro, ‘¿Por qué no soy feliz?’
  • En su libro, Álava más que darnos claves para ser felices nos propone explicaciones a por qué muchas personas no lo consiguen
  • La psicóloga reflexiona sobre qué es realmente la felicidad y sobre qué nos ha ‘vendido’ la sociedad sobre la felicidad

No existe una fórmula mágica que valga para todo el mundo

Podría haber elegido otro título para su libro; otro título tal vez más acorde con esas ideas tan manidas en el ámbito de la autoayuda, como por ejemplo, Las claves para ser feliz o Sé feliz siguiendo estos pasos…Sin embargo, la doctora en psicología clínica y de la salud, Silvia Álava, eligió este otro título: ¿Por qué no soy feliz?…Y, si lo piensa unos segundos, se dará cuenta de que es un título que valida a todas las personas que no consiguen ser felices, en lugar de apremiar al lector a encontrar la felicidad: “Es que hay que huir de eso, porque no existe una fórmula mágica que valga para todo el mundo”, explica la autora.

Álava reconoce que su último libro ¿Por qué no soy feliz? (Harper Collins, 2022) no es un libro de autoayuda que te guía para conseguir algo: “es un libro más desde el punto de vista de la psicología y sobre todo de la psicología sanitaria” puntualiza, que lo que pretende es simplemente ayudarnos a entender el por qué de esa sensación de insatisfacción con la vida tan extendida…

Un malestar que se ha hecho más evidente que nunca en los últimos dos años, desde el inicio de la pandemia que, como explica la psicóloga, “nos ha dejado claro que necesitamos más herramientas que nunca porque la situación está muy cuesta arriba, estamos permanentemente escalando el Everest”. La pandemia ha cortado muchas de las estrategias que antes poníamos en práctica de manera intuitiva para regularnos emocionalmente: salir, entrar, abrazarnos, ver a amigos, hacer una escapadita de fin de semana…todo eso, de momento, lo seguimos teniendo bastante limitado.

Luchar contra lo que no podemos cambiar, lo que no está en absoluto bajo nuestro control, es un multiplicador del malestar…muchas veces sufrimos porque nos empeñamos en que las cosas sean de otra manera: “y es que no todos los problemas tienen solución: bienvenido a la realidad. Ahí, lo que hay que cambiar es el enfoque (…) No tanto buscar las soluciones al problema -que no las tiene- sino en saber manejar las emociones desagradables que me ocasiona ese problema que no tiene solución”, apunta la psicóloga.

No pasa absolutamente nada por tener un mal día, un mal día no es un síntoma de fracaso (Silvia Álava, psicóloga)

Pregunta: Es que la sociedad nos empuja a luchar por nuestros sueños, a veces parece que si no solucionamos un problema es porque no estamos poniendo todo de nuestra parte. El título de tu libro está de alguna manera validando a las personas que no son felices…es como una palmadita en la espalda que te dice “tienes permiso para no ser feliz, no te sientas culpable por ello, léeme, que te voy a explicar lo que te está ocurriendo”…

Respuesta: Yo creo que el enfoque del libro es diferente, sí. No está pensado como un libro de autoayuda, de ‘tienes que conseguir algo y estos son los pasos para conseguirlo’. Es un libro más desde el punto de vista de la psicología y sobre todo de la psicología sanitaria. Yo llevo 21 años trabajando como psicóloga y es recoger un poco pues toda esa enseñanza y lo que dice la evidencia científica. Lo primero de todo, es que nos han vendido una idea a la sociedad de que tenemos que estar continuamente siendo felices -además una felicidad asociada a una emoción como es la alegría- y hacer cosas siempre divertidas y cosas siempre que te gusten, pues claro, es que si lo que estás pretendiendo es ser feliz, entendiendo que no puedes tener días malos, que no puedes tener situaciones desagradables, que no puedes sentir cosas que no te gustan, emociones desagradables como tristeza, como miedo, como frustración…es que ya vamos por muy mal camino porque eso es una falacia, es que eso no es posible.

P: A lo mejor no es tan necesario ser feliz, dices en el libro…

R: A lo mejor no es tan necesario ser feliz, si la felicidad la hemos entendido por eso. Lo que contamos en el libro, y lo que muchas veces se trabaja en terapia, es que se trata más de vivir a gusto, de vivir en paz, de vivir en calma, de vivir alineados con lo que nosotros somos, con nuestro ser, con nuestros valores; que, si lo hacemos así, si vamos aceptando la vida tal y como es, pues evidentemente nos vamos a encontrar mucho mejor. Por supuesto que hay que potenciar las emociones agradables y tener momentos de diversión, claro que sí…pero desde el realismo, porque hay otros días que vas a tener que hacer cosas que no te apetecen.

P: ¿Se trataría de aceptar la idea de que ser feliz no significa estar supercontentos todo el tiempo?

R: Un poco de ser conscientes de que es que a lo mejor no necesitamos ser felices todos los días: que hay días buenos y días malos, y que no pasa absolutamente nada por tener un mal día, un mal día no es un síntoma de fracaso, como a veces podemos pensar en un determinado momento.

Hemos perdido esa capacidad de introspección y muchas personas lo que tienen es miedo porque no saben lo que se van a encontrar (Silvia Álava, psicóloga)

P: Cambiar la idea superficial de felicidad por esa más profunda que propones en el libro, requiere una toma de conciencia importante…

R: Tal vez me tengo que cuestionar que lo importante es entenderme a mí mismo. Hay muchas personas que dicen: es que yo no me entiendo, no entiendo qué es lo que me pasa. Bueno, pues habrá que ahondar, hay que hacer una labor de introspección importante, perder el miedo a decir “me voy a hacer un selfie interior” (…) Hay muchas personas que tienen miedo, incluso pánico a sentir emociones desagradables. Y cuando sienten algo desagradable que no les gusta ¿qué hacen? lo tapo, lo tapo. Tienes que parar y mirar qué es lo que te está ocurriendo. Y parar y mirar qué es lo que te está ocurriendo es mirar a dentro, ver qué es lo que estoy sintiendo y ver qué información me da esa emoción.

P: No vivimos en la sociedad ni en la cultura más pro ‘haz una pausa y conócete a ti mismo’…a lo que nos empuja más bien esta sociedad es a no pisar el freno nunca…

R: Vivimos en una sociedad que favorece poco los momentos de introspección. En el momento en que hay un rato parado, es como que los tenemos que llenar. Los llenamos con lo que sea, porque eso de estar parados nos cuesta un montón. Hemos perdido esa capacidad de introspección y muchas personas lo que tienen es miedo porque no saben lo que se van a encontrar. Pero es que también tenemos que pensar que nadie nos ha enseñado recursos. Nadie nos ha enseñado técnicas, nadie nos ha enseñado a interpretar las emociones (…) ¿Cuál es el problema? Que no nos han enseñado en ningún momento a identificar las emociones, a comprenderlas, a regularlas, a tener técnicas, a tener estrategias…lo hemos ido haciendo más o menos como bien hemos podido, unas personas mejor y otras peor.

P: Digamos que hemos ido aprendiendo a regularnos un poco al tran tran, sin mucha base. Pero por lo que estamos viendo desde que empezó la pandemia -con la salud mental tan tocada- es que esas estrategias de regulación no valen para situaciones realmente adversas…

R: Nosotros, antes, teníamos una forma de regular las emociones de la que no éramos muchas veces ni conscientes. Podías tener un día un poco regular, pero bueno, luego te ibas a dar un paseo, quedabas con un amigo a tomar algo, salías, entrabas. O tenías un momento de mucho estrés en el trabajo pero luego te permitías una escapadita aunque fuera de un fin de semana a hacer un viaje. La pandemia corta esto, tanto el confinamiento como las restricciones de después: nos deja sin nuestras estrategias naturales, esas que hacíamos de regulación…¿ y qué es lo que pasa?, que nos hemos encontrado un poco en esa sensación de ¿ahora qué hago?, porque lo que yo estaba haciendo, ya no me vale  y ¿qué es lo que ocurre?, que me siento muchas veces francamente mal. De hecho, se han disparado muchos trastornos del estado de ánimo, desde depresión, ansiedad, trastornos obsesivos, trastornos de la conducta alimentaria, y además en todas las edades, niños, adolescentes y adultos…

Esto ya nos lo decían los griegos: si te conoces a ti mismo, vas a saber muy bien qué meta te puedes poner y qué meta es realista para ti (Silvia Álava, psicóloga)

P: Supongo que, como psicóloga, pensarás que todas las personas nacemos con el potencial para aprender a gestionarnos emocionalmente…

R: Lo que estás hablando es muy interesante, que todos nacemos preparados...sí que es cierto que todos nacemos, por así decirlo, preparados para aprenderlo. Pero luego, en nuestra vida, en nuestro día a día, va a depender mucho de la familia que nos ha tocado, si hemos tenido unos padres con los que hemos fomentado un vínculo de seguridad, un apego seguro, de si nos lo han enseñado en un determinado momento o no.

P: Y también va a depender de la genética. Hay un capítulo en el que hablas de eso…

R: Es que la genética y la personalidad también cuentan. Entonces, estas fórmulas mágicas…¡hay que huir de eso porque no existe una fórmula mágica que valga para todo el mundo, ojalá, sería muchísimo más fácil! Pero es que cada persona es un mundo diferente, y ahí influye la genética, influye el ambiente en el que has vivido, influye la personalidad. La personalidad, al final, es 50 % de la parte del temperamento que tiene más que ver con la genética y un 50% de la parte del ambiente en el que has vivido. Todo eso hay que tenerlo en cuenta, porque lo mismo que le vale a una persona, a mí no me vale, ¿por qué? Porque tengo unas diferencias individuales y una personalidad que no es la tuya.

P: Por eso, los mensajes Mr Wodeful tipo ‘querer es poder’ hay que cogerlos con pinzas…¿pueden llegar a frustrar mucho a una persona?

R: Y esa persona se va a sentir peor, porque va a decir…¿me estás diciendo que es mi culpa? Perdona, es que yo no he hecho nada para merecerme esto. Sí, creo que hay que tener mucho cuidado con esos mensajes de ‘si quieres puedes’. Mira, a veces podrás, a veces no podrás, depende de lo que te estés proponiendo. Hay una parte fundamental aquí, y esto no es que lo diga yo en el libro, es que está escrito en el templo de Apolo en Delfos, que es: ‘conócete a ti mismo’. Es que esto ya nos lo decían los griegos: si te conoces a ti mismo, vas a saber muy bien qué meta te puedes poner y qué meta es realista para ti.

P: Otro de esos mensajes que desafías en tu libro es el de ‘tienes que salir de tu zona de confort’…

R: Esto que nos han vendido de “es que siempre hay que estar creciendo, no te quedes en tu área de confort, siempre crecer, siempre crecer, siempre hacia arriba”… ¿Perdona?, es que habrá personas a las que en un momento determinado de su vida les apetece eso y que en otro momento de su vida lo que necesitan es cuidarse, o cuidar a sus hijos, a sus familiares mayores o lo que sea.

Damos por hecho que los pensamientos son siempre verdaderos; pues no, a veces sí y a veces no. Puedes poner en duda tus pensamientos (Silvia Álava, psicóloga)

P: Uno de los obstáculos para la felicidad de los que hablas en tu libro es la tecnología…

R: Sí, es que la tecnología en sí misma es buena, pero depende del uso que le des. Si le estás dando un uso que no es al apropiado y, en lugar de un uso es un abuso, pues es ahí donde empiezan los problemas. Entonces, no es que la tecnología sea mala, es que a veces no la utilizamos bien. Una de las cosas que hablamos en el libro es del móvil como anestesiador emocional (…)  Tengo tanto miedo a esa labor de introspección, o tengo tanto miedo a lo que estoy sintiendo, que lo quiero tapar. ¿Y qué es lo que hago? me anestesio. ¿Y cómo me puedo anestesiar emocionalmente?, con el móvil.

P: Porque la tecnología tiene esa capacidad de seducirnos…

R: Porque date cuenta que, además, las nuevas tecnologías están hechas -las redes sociales, por ejemplo- para atrapar. La atención sostenida la hace el aparato solo porque son estímulos que cambian muy rápido a nivel visual y auditivo con un refuerzo intermitente, entonces, es muy fácil engancharse. El problema de la tecnología es cuando estamos abusando, cuando no estamos dejando ese espacio para la introspección, o cuando ocurre lo que se llama el desplazamiento digital, que es que estoy dejando de hacer cosas que antes hacía.

P: Otra de las cosas que propones en tu libro es que prestemos atención a nuestro diálogo interno. Porque casi siempre nos creemos todo lo que nos contamos y no contemplamos la posibilidad de cambiar esa narrativa interna. Pero tú insistes en que sí la podemos cambiar…

R: Es que claro, somos reporteros de nuestro mundo, nos contamos las cosas. Pero el mundo no es un hecho objetivo que pasa delante de nuestros ojos y nosotros simplemente lo procesamos, no. El mundo está ahí y tú, para empezar, procesas la información que de forma inconsciente has decidido que es importante para ti. A veces de forma inconsciente, a veces de forma consciente. O lo que llamamos el sesgo cognitivo: como ya tenemos una idea en la cabeza, con lo primero que te vas a quedar es con todo aquello que confirme la idea que tú tenías previamente en la cabeza y tu hipótesis. Al final, nuestros pensamientos son hipótesis de la realidad. Nos vamos contando cómo es esa realidad. Y hay que caer en la cuenta y decir: pero, ¿ese formato de diálogo que tengo conmigo mismo y esas hipótesis de la realidad son realmente ciertas? Es que damos por hecho que los pensamientos son siempre verdaderos; pues no, a veces sí y a veces no. Puedes poner en duda tus pensamientos.

P: ¿Y si esos pensamientos son siempre positivos?, ¿también debemos cuestionarlos?

R: Es que el país de la piruleta no existe: pensar que todo es fantástico, que todo es maravilloso… Eso de “si piensas que todo te va a ir bien, te irá bien” o “hay que pensar en positivo”… Que no, que simplemente se trata de ser realista, que en lugar de pensar “esto es terrible, es horrible, es catastrófico, yo no voy a poder”,  a lo mejor pasa más por pensar: “esto es muy difícil, sí, me hace mucho daño y me genera frustración, pero si lo hago de uno en uno, seguro que voy a poder con ello”. Claro, es que cuando un pensamiento lo elevo a la categoría de ley universal, pues ya no dejo espacio para cambiar.

FUENTE: NiusDiario.es

Niños felices: claves para fomentar la felicidad en nuestros hijos

Todos queremos que nuestros hijos sean felices, pero ¿les estamos dando las herramientas que les van a permitir alcanzar el tan ansiado bienestar emocional?

Por María Dotor

Si hay que algo que queremos las madres y padres por encima de todo es que nuestros hijos sean felices. Pero ¿Qué es realmente ser feliz? Solo si sabemos lo que se esconde detrás de la felicidad podremos ayudar a nuestros hijos a disfrutar de ella. A averiguarlo nos ayudó la psicóloga Silvia Álava en un IGLIVE con motivo de la publicación de su último libro: ‘¿Por qué no soy feliz?‘.

¿Qué es realmente ser feliz?

«Tenemos una idea equivocada de lo que es la felicidad. Tendemos a pensar que ser felices es no tener problemas, que todo a nuestro alrededor vaya bien, estar alegres 24/7, pero esta idea es la que nos aleja de la felicidad y nos lleva a frustrarnos», nos decía Silvia Álava, según la cual la felicidad «tiene que ver más con encontrarnos bien, a gusto, en calma y en paz con nosotros mismos». Por tanto, el objetivo, «más que la felicidad, es el bienestar emocional, y el bienestar emocional no viene de serie, se trabaja».

Este fue uno de los primeros aprendizajes que nos dejó el encuentro con Silvia Álava: la felicidad no depende tanto de nuestras circunstancias, sino de cómo afrontamos nosotros estas circunstancias, por tanto, es algo en lo que se puede trabajar. «Para ser feliz no necesitamos cambiar las circunstancias de la vida. Necesitamos cambiar la forma de entenderla y de enfrentarnos a ella».

«Para ser feliz no necesitamos cambiar las circunstancias de la vida. Necesitamos cambiar la forma de entenderla y de enfrentarnos a ella».

Silvia Álava – Psicóloga y autora de ‘¿Por qué no soy feliz?’

¿Qué hay del componente genético? ¿Hay algo en nuestro ADN que nos predisponga a la tristeza o a la felicidad? «Sí, se sabe que el 50% de nuestra capacidad para ser felices se debe a nuestra genética. El 10% a las circunstancias que nos rodean y el otro 40% está en nuestra mano. Pongámonos a trabajar sobre este 40%, ahí está la clave», nos dice Silvia.

El origen de la infelicidad de nuestros hijos

Uno de los errores más comunes que cometemos en la educación es sobreproteger a los niños, de tal forma que procuramos evitar que sientan cualquier emoción desagradable. «Algunos padres malinterpretan el amor y piensan que es mejor proteger a sus hijos de cualquier emoción desagradable, o intentan protegerse ellos mismos del dolor que supone verles sufrir».

¿Por qué hacemos esto? «Solemos creer que la vida es muy complicada y que ya tendrán tiempo de sufrir, mientras puedan que disfruten y que sean lo más felices posible. Sin embargo, cuando hacemos esto, no nos damos cuenta de que no estamos permitiendo a nuestros hijos aprender regular esas emociones y cuando aparezcan, estarán desprotegidos, no sabrán qué hacer. Y este es, sin duda, el origen de su infelicidad.»

La sobreprotección es un enemigo de la felicidad. Sobreprotegiendo a nuestros hijos les dejamos sin recursos emocionales para desenvolver en la vida

Silvia nos ponía un ejemplo: «Si mi hijo llega a casa del cole llorando porque ha perdido su pelota y nosotros le decimos que no debe llorar, que no pasa nada, que ahora mismo vamos a comprar otra, lo que estamos haciendo es, en primer lugar, negar su emoción, y en segundo lugar anestesiarle emocionalmente, haciéndole «feliz» otra vez dándole otra pelota». ¿Qué debemos hacer entonces? Silvia nos proponía que «aprovechemos las pequeñas situaciones del día a día para hacer esa educación emocional».

Ante el ejemplo anterior, es conveniente, nos decía, hacer cuatro cosas:

  1.  Nombrar la emoción: «Estás triste».
  2.  Validar la emoción: «Es lógico que estés triste, yo también lo estaría»
  3.  Explicar la causa: «Estás triste porque has perdido tu pelota favorita».
  4.  Buscar una solución juntos: «¿Qué se te ocurre que podemos hacer para arreglarlo?». Podemos darle pistas: «Mañana podemos ir a buscarla a objetos perdidos del cole, y si no está, pediremos una por tu cumple. Mientras podemos jugar con la raqueta».

«No se trata de hacer sufrir a los niños inútilmente, ni de frustrarles de manera gratuita, sino de permitirles sentir sus emociones sin juzgarles, enseñándoles a identificar la causa y la consecuencia de su emoción y enseñarles a regularlas. O lo que es lo mismo, enseñarles habilidades de la inteligencia emocional, tan necesarias en la vida».

Enseñar a nuestros hijos a valorar lo que tienen es un aprendizaje que les acercará a la felicidad 

Los enemigos de la felicidad

Aunque la felicidad, en palabras de la propia Silvia Álava, es algo interno que nadie «nos puede dar y que nadie nos puede quitar», sí que existen personas, circunstancias, cosas que pueden alterar nuestro bienestar emocional y el de nuestros hijos, una de estas cosas es la comparación social. «En ocasiones, dicha comparación viene propiciada por los propios padres y entorno familiar, que nos instan a «ser los mejores» o que preguntan no solo qué nota hemos sacado, sino también la nota que han sacado el resto de compañeros de clase. Sin ser conscientes, este modelo de comparación continua con los demás es otorgar a nuestros hijos una fuente de insatisfacción permanente».

«El modelo de comparación continua con los demás es otorgar a nuestros hijos una fuente de insatisfacción permanente».

Silvia Álava – Psicóloga

Por supuesto que en la vida es aconsejable querer mejorar, alcanzar meta… El problema, dice Silvia, es cuando «el objetivo no es sentirse orgulloso y satisfecho con respecto a lo que haces, sino hacer más que los demás». En este caso, nuestros hijos estarán desarrollando una autoestima externa, que depende de la validación de los otros, y no una autoestima interna, en la que tú te valoras sin tener en cuenta lo que hacen los demás.

El falso «Si quieres, puedes»

Otro gran enemigo de la felicidad es la filosofía del «si quieres, puedes», que transmite la idea de que debemos perseguir nuestros sueños, luchar por ellos y, si no los conseguimos es que somos unos fracasados o no lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas. Silvia nos advierte de los riesgos de transmitir esto a nuestros hijos: «Se nos olvida que cada persona es un mundo, con su casuística y sus circunstancias, y que no siempre va a poder conseguir lo que sueña. A veces, porque no es realista en lo que quiere, tiene que ajustar sus expectativas». Por tanto, sería fundamental enseñar a nuestros hijos que, como dijo Ortega y Gasset «Yo soy yo y mis circunstancias», y que estas me condicionan profundamente. De no hacerlo, cuando no llegue a algo, se frustrará.

«Hay que enseñar a nuestros hijos que cada persona es un mundo, con su casuística y sus circunstancias, y que no siempre va a poder conseguir lo que sueña. Este aprendizaje le va a evitar muchas frustraciones»

Silvia Álava – Psicóloga

¿Y qué hay de disfrutar y amar lo que tenemos y dejar de anhelar lo que no tenemos? Silvia Álava recuperó una cita de San Agustín: «La felicidad es seguir deseando todo lo que uno ya posee», por tanto, centrarnos en lo que no tenemos en vez de valorar lo que tenemos puede llevarnos a entrar en un estado de «inconformidad constante».

FUENTE: El Periódico de Aragón

«Un hijo no es responsable de que tú seas feliz, eso es una mochila demasiado grande para él»

«Un hijo no llega para salvarte la vida ni tu relación de pareja. Convertirse en padres supone estar fuerte para poder atender bien al bebé»

Por Laura Peraita Laura Peraita

Muchas parejas consideran que para sentirse felices como personas y lograr solidez en su relación deben tener un hijo, pero es importante no engañarse al respecto.

Al menos así lo apunta Silvia Álava Sordo, Doctora en Psicología y autora de ‘¿Por qué no soy feliz?’. «Tú necesitas estar bien antes de tener un hijo», asegura. Explica que muchas personas que no terminan de sentirse del todo felices o perciben que su relación no funciona al 100% creen que la solución está en tener un hijo para unirse más como pareja, «pero en absoluto es así: ese hijo no te va a ayudar a sentirte mejor contigo mismo o en tu relación. No se le puede cargar a un hijo con la responsabilidad de lograr tu propia felicidad», matiza esta experta.

Primero trabájate tú mismo/a

En su opinión, primero «tienes que trabajarte tú mismo, de manera individual y, después, cuando uno ya está bien, es el momento de plantearse ser padre o madre. Lo que no se puede pensar es que un niño va a venir a este mundo a reportar tu felicidad. Al convertirte en padre o madre, ya no se trata solo de tu vida, sino también de ocuparse de la de tu hijo. Es decir —insiste—, no se puede introducir un tercer elemento a la relación, como es un hijo, si no estamos bien. Un bebé es una fuente inagotable de alegrías, pero también de responsabilidad, atención, cuidados y cansancio. Cuando uno se siente fuerte puede atenderle correctamente física y emocionalmente. Pero, lo que está claro es que un hijo no es responsable de que tú seas feliz, eso es una mochila demasiado grande para él». «Hay padres que anestesian emocionalmente a sus hijos. Desde muy pequeños les dan el chupete, el móvil…, lo que sea con tal de no contrariarles o verles infelices»

Aconseja, por tanto, trabajarse primero a uno mismo, de manera individual para alcanzar la felicidad deseada, y lanzarse después a ser padre o madre. «Un hijo no llega para salvarte la vida ni la de una relación de pareja. Convertirse en padres supone también estar fuerte para atenderle bien. La vida está llena de situaciones desagradables y los adultos tenemos herramientas para regular y gestionar esas emociones. La familia es el agente mejor posicionado para desarrollar la inteligencia emocional. Un niño, sin embargo, no dispone de estas estrategias, las irá aprendiendo de sus padres. Si los padres no disponen de ellas, no las podrán enseñar. Yo siempre pongo el ejemplo del bizcocho. Si un adulto no sabe la receta, difícilmente podrá enseñar a hacer este dulce a su hijo».

Nadie nos ha enseñado

El problema, según apunta Silvia Álava Sordo, es que muchos padres no saben gestionar emociones porque tampoco les han enseñado a ellos, «y se preguntan ¿cómo voy a estar bien si no me han enseñado? Es necesario aprender cuáles son, saber las características propias de cada emoción, bucear en la información que nos aporta porque si no las atendemos hay ocasiones, incluso, en que despuntan como una enfermedad somática. Entonces es cuando sí les damos importancia. Solo las atendemos cuando suponen una enfermedad física o mental. Se trata de no llegar a eso y prevenir enfermedades. Por eso es tan importante saber reconocer las emociones, identificarlas y saber gestionarlas».

Esta Doctora en Psicología reconoce que hay muchos padres que intentan dotar de felicidad absoluta a sus hijos y hacen lo posible e imposible para que no sientan lo que implica la tristeza, la frustración, el enfado… «Les anestesian emocionalmente. Desde muy pequeños les dan el chupete, el móvil…, lo que sea con tal de no contrariarles o verles infelices».

Sentir emociones

A los padres que actúan así, la autora de ‘¿Por qué no soy feliz?’ les sugiere que tengan en cuenta que no es positivo transmitir a los hijos que sentir una emoción es malo, «lo mejor es enseñarle porqué la siente y ayudarle a gestionarla porque, de lo contrario, se encontrarán a un adolescente y un adulto que tendrá pánico a sentirse mal, triste, enfadado, nervioso… Sentirá que es un fracaso cuando, en realidad, no lo es, puesto que son emociones que se sienten todos los días. Todos tenemos un mal día».

Explica que la forma de relacionarnos con nosotros mismos, con nuestros sentimientos y el entorno va a tener mucho que ver con cómo se han relacionado con nosotros nuestros padres. Recomienda, por tanto, ayudar a los hijos a comprender estas emociones para que comprendan qué les está pasando y no tomar una actitud victimista. «Si tú no estás bien no podrás ayudar a tus hijos a ser felices y a entender que no pasa nada si un día estás triste o enfadado», insiste.

FUENTE: Diario ABC Padres e Hijos

Podcast en Despierta Aragón de Aragón Radio: ¿Por qué no soy feliz?

Os comparto el Podcast de la entrevista del programa Despierta Aragón de Aragón Radio realizada con motivo de la presentación del nuevo libro ¿Por qué no soy feliz? donde hablamos sobre ¿Cómo identificar la felicidad la felicidad o cómo buscar nuestro equilibrio y bienestar vital?

https://www.cartv.es/aragonradio/podcast/emision/por-que-no-soy-feliz

¿Por qué no soy feliz? elegido entre los 16 libros que ayudan a convivir con la tristeza por ABC Bienestar

Estoy muy contenta por la inclusión de mi último libro ¿Por qué no soy feliz? dentro de los 16 libros que ayudan a convivir con la tristeza elaborado por ABC Bienestar:

‘¿Por qué no soy feliz?’, de Silvia Álava

De la mano de la psicóloga Silvia Álava, el lector descubrirá que ser feliz no significa habitar en el «país de la piruleta», donde todo es fantástico y maravilloso, porque ese lugar no existe; que para estar bien no hace falta cambiar de vida, ni hacer giros radicales, sino vivirla de otra manera, con conciencia y conforme a tus valores, aceptándonos tal y como somos, sabiendo que somos perfectamente normales dentro de nuestra preciosa imperfección.

Portada-Por_qué_no_soy_feliz

Podéis ver el listado completo de libros en ABC Bienestar:

Cuando el ‘Blue Monday’ no es el único día triste del año: cómo gestionar los momentos de bajón

Partiendo de la base de que el Blue Monday es una teoría inventada con fines comerciales, hay que reconocer que para alguien puede serlo y estas son algunas de las herramientas para afrontar los días ‘grises’

Por Y. Derbyshire

Ya está aquí de nuevo el ‘Blue Monday’,

Y aunque uno quiera huir de él, las infinitas publicaciones en redes y los numerosos titulares en medios sobre ‘el día más triste del año’ complican esta faena. Dicha efeméride tan derrotista justo al iniciar un año nuevo caracterizado propósitos e ilusiones fue ideada por un psicólogo a partir de una fórmula sin ninguna base científica y que en su momento surgió para una campaña publicitaria con fines comerciales, pero ¿el mero hecho de que exista este día nos puede llegar a afectar nuestro ánimo?, ¿nos incita a ‘estar de bajón’ el ‘lunes azul’?, y ¿cómo se pueden gestionar las emociones para que no se apoderen de ti?.

La fórmula ideada por el psicólogo Cliff Arnall 

Está compuesta por varios factores cómo el clima o los propósitos de año nuevo fallidos y puede ser que hayas tenido una recaída en ese enésimo intento de dejar de fumar pero la realidad es que la teoría del Blue Monday simplifica y generaliza los factores que entran en juego en la felicidad de toda la población, ya que presupone que a todas las personas les impactan igual esos factores.

¿Sugestión?

Aunque este concepto sea totalmente subjetivo y generalizado, tal y como nos explica Silvia Álava, psicóloga y escritora de la reciente publicación de ‘¿Por qué no soy feliz? Vive y disfruta de la vida sin complicaciones’, el mero hecho de que existe este día puede acabar sugestionando y convenciendo a determinadas personas de que realmente es el peor día del año.

Existen dos grupos de personas, aquellos que seguirán con su vida de forma totalmente normal y otros que ligarán cualquier desgracia, por muy pequeña que sea, con el ‘Blue Monday’. Álava ese basa en el concepto del sesgo de la confirmación para explicar cómo funciona el proceso mental en aquellas personas que se pueden ver más influenciadas por el ‘lunes azul’. En este sentido, la experta hace hincapié en que es imposible procesar todos los estímulos que se reciben a lo largo del día y subraya que a menudo seleccionamos aquellos que confirman nuestras hipótesis. Ejemplifica con el siguiente caso: ‘Si alguien se levanta pensando que hoy va a ser el peor año del día, y se atasca la cafetera, enseguida lo vinculan con que es porque es el peor día del año». Es decir, cualquier cosa que pueda suceder y que confirme la teoría que tenemos en la cabeza, lo van a procesar y vincular con el ‘Blue Monday’

Cómo gestionar los días ‘blue’

Aunque se reconozca el ‘blue monday’ y se concentre toda la atención en este día, todos somos conocedores de que los días ‘blue’ o tristones pueden suceder en cualquier fecha del año ya sea porque haya sucedido algo puntual o incluso por cambios hormonales, estacionales, etc. Por ello, Álava recuerda que se pueden gestionar estas emociones para evitar que se apoderen de nosotros y que se convierta en una rutina subrayando que «es importante contar con recursos y herramientas para poder canalizar esos momentos malos y no dejarnos arrastrar por esa «miseria»».

En este sentido explica algunas de las claves de su último libro que explica en detalle exactamente eso, cómo disfrutar plenamente de la vida y aceptar que la tristeza es una emoción como cualquier otra, ya que «es normal que la sintamos porque nos da informa de que nos ha pasado algo».

Perder el miedo a sentir

Partiendo de esta base, hace hincapié en varios principios básicos para gestionar bien las emociones. Primero, según Silvia, debemos entender que es ser feliz y ajustar las expectativas y ajustar la realidad y no pretender estar bien en todo momento porque no es una meta realista. Asimismo, perder el miedo a sentir, hacer un análisis de lo que estamos sintiendo y tener herramientas para entender las emociones que estamos atravesando también nos ayudarán a salir del paso. A este respecto, no debemos darle importancia a los días malos por y tampoco interpretarlo como un fracaso y aceptar que vamos a sentir emociones desagradables.

Además de entender nuestras emociones y aceptarlas por lo que son: momentos pasajeros, la experta finalmente apunta que siempre debemos poner el enfoque en todo lo que podemos hacer para hacernos sentir mejor y señala varios factores que puede controlar y desarrollar cada uno:

  • Contar con una red social de amigos rica para desahogarse, distraerse y en los que apoyarse.
  • Cuidar de nuestra familia que es una fuente de emociones y potenciar aquellas positivas.
  • Comunicarnos de manera asertiva y pedir lo que necesitamos y no dar por hecho que si necesitas algo o estás sintiendo algo, tus seres queridos van a saberlo por arte de magia, ya que también puede llegar a generar conflicto. En definitiva, tal y cómo dice Álava «Si necesitas algo, pídelo».
  • Expresar emociones positivas cómo sonreír, puesto que estas actitudes además de contagiarse también son más atractivos hacia fuera
  • Aprender a disfrutar de cada momento y no dar nada por los instantes de felicidad.

¿Y si se convierte en una rutina?

A veces, estos días de bajón se transforman en semanas, meses e incluso años y esto puede ser una indicación a que existe un problema más grave. A día de hoy la salud mental es una cuestión que cada vez está cobrando más importancia y cuándo estos bajones se prolongan en el tiempo e interfieren en nuestro día a día, ya sea porque salir de la cama sea una lucha diaria o una constante falta de motivación, uno debe acudir a un psicólogo y pedir ayuda. En este sentido, Álava explica que existen numerosas señales que pueden indicar que tenemos algún trastorno de salud mental aparte de la tristeza constante, existen varios problemas físicos que también pueden indicar que existe un problema grave de salud mental ya sean erupciones cutáneas, problemas gastrointestinales, alteraciones en el apetito drásticas o problemas de insomnio y ante cualquier duda debemos pedir ayuda.

FUENTE: elconfidencial.com

Vídeo de presentación del libro ¿Por qué no soy feliz?

¿Por qué no soy feliz?

Me hace especial ilusión presentaros un proyecto en el que llevo mucho tiempo trabajado, han sido meses dedicados a escribirlo con mucho cariño intentando destilar años de formación y experiencias a nivel personal y profesional. Se trata de mi nuevo libro: ¿Por qué no soy feliz?

Es un proyecto muy especial porque me saca de mi zona de confort. Mis anteriores publicaciones estaban dirigidas a padres y madres o directamente a niños en formato de cuentos, sin embargo, este libro ya no es un libro de educación o de pautas para padres, es un libro para todos los públicos.

¿Qué te vas a encontrar en el libro? El libro tiene tres partes:

  • En la primera parte del libro os hablo de lo que es y lo que no es la felicidad.
  • En la segunda parte del libro hablamos de los llamados enemigos de la felicidad.
  • Y terminamos con el método para incrementar nuestro bienestar emocional.

Estoy muy feliz por haber podido realizar este proyecto, doy gracias a todos los que habéis confiando en mí para hacerlo realidad. Espero que te resulte de utilidad cuando lo tengas en tus manos.

El humor, uno de los principales aliados de la vida

El humor es uno de los principales aliados de la vida. Es una disposición mental que denota una actitud sonriente ante la vida y sus imperfecciones.

¿Cómo manejar nuestra atención? no te lo pierdas en mi último libro ¿Por qué no soy feliz?

¿Cómo manejar nuestra atención? lo vemos en mi último ¿Por qué no soy feliz?

Tú puedes controlar tu atención y entrenar al cerebro para se fije en lo que hayas decidido.

El 12 de enero llega a las librerías ¿Por qué no soy feliz? de Silvia Álava.

¿Por qué no soy feliz? ¿Por qué siento que no puedo más? ¿Qué me hace sentirme frustrado con mi día a día? ¿Por qué no soy capaz de estar satisfecho con mi entorno laboral? ¿Qué puedo hacer para que la convivencia no desgaste mi relación de pareja? ¿Por qué pierdo los nervios con mis hijos?

Estas y otras preguntas tienen respuesta en ¿Por qué no soy feliz?, un libro que nos ayudará a entender por qué nos encontramos abatidos en muchas ocasiones y cómo podemos revertir ese sentimiento para llegar al equilibrio y bienestar emocional que tanto deseamos.

De la mano de la psicóloga Silvia Álava, el lector descubrirá que ser feliz no significa habitar en el «país de la piruleta», donde todo es fantástico y maravilloso, porque ese lugar no existe; que para estar bien no hace falta cambiar de vida, ni hacer giros radicales, sino vivirla de otra manera, con conciencia y conforme a tus valores, aceptándonos tal y como somos, sabiendo que somos perfectamente normales dentro de nuestra preciosa imperfección.

Ese es el secreto para comprender que todo merece la pena.

3 razones para leer mi nuevo libro ¿Por qué no soy feliz?

Estoy muy ilusionada porque mi último libro: ¿Por qué no soy feliz? ya está en preventa, y para ir introduciéndolo os traigo 3 razones por las que leer este libro: