¿Sabías que es fundamental estar bien hidratado durante tu jornada laboral?

Te lo contamos en este vídeo realizado con el Instituto de Investigación Agua y Salud

Cómo detectar y potenciar las virtudes de tus hijos que les ayudarán a ser más felices. Colaboración con La Vanguardia

No debemos confundir las fortalezas del niño, que son parte del carácter, con sus intereses y preferencias

Por Rocío Navarro Macías

Decía Einstein que “todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es estúpido”. Si existe un momento en que esta afirmación es determinante es en la etapa infantil. Cualquier niño cuenta con un abanico de virtudes y debilidades. Potenciar sus fortalezas e incidir en aquellos aspectos que le suponen un desafío son fundamentales para que se crezca sin limitaciones.

“No sólo es posible detectar las virtudes en los niños, sino que es totalmente recomendable para que su desarrollo personal sea más completo”, comparte Marta Campo Ruano, Jefa de Psicología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.

¿Cómo identificarlas?

Para poner en marcha la maquinaria que refuerce estas actitudes, primero hay que identificarlas. “Simplemente parándonos y observando a qué se dedica el niño, cómo se comporta o qué deja de hacer vamos a tener bastantes señales sobre cuáles son sus fortalezas”, explica la psicóloga clínica Silvia Álava. El juego es un momento excelente para conocerlas, ya que nos da pistas sobre lo que prefieren, cómo socializan y se ven a sí mismos.

Marta Campo coincide en que la atención al comportamiento es una técnica válida para dar con las fortalezas. “Hay instrumentos de medida diseñados para niños que permiten identificarlas de un modo sistemático. Para ello lo ideal sería acudir a un psicólogo infantil que pudiera hacer una evaluación completa. De manera informal solo hay que estar atento a las preferencias que muestra el niño y a su competencia (sus talentos), facilitándole la exposición a un amplio rango de actividades”.

Atención debemos prestar también a las peculiaridades de cada niño. Son una valiosa fuente de información sobre su carácter y, por ende, sus virtudes. “Sabemos que la persistencia es una fortaleza que está muy relacionada con el logro. Para los padres puede tener una parte un poco negativa, ya que pueden ser un poco cabezotas, pero también significa que son perseverantes para cumplir sus objetivos”, comenta Álava. De hecho, que un hijo sea obstinado puede ser una buena noticia porque comportará ventajas cuando sea adulto.

Una herramienta fácil y efectiva para dar con las virtudes de los hijos es anotar sus actitudes en un diario. Por ejemplo, ¿qué hace que tu hijo esté contento? ¿Cuáles son las cosas que atrapan su atención durante más tiempo? ¿Es generoso? ¿Cómo lo demuestra? ¿Qué es lo primero que dice por la mañana? ¿Y antes de acostarse?

¿Por qué es bueno reforzar las fortalezas de carácter?

Como parte del carácter, las fortalezas son un compendio de factores genéticos y ambientales. Los primeros ya vienen marcados, pero en los segundos influye la educación que los adultos inculquen. “En niños de 4 ó 5 años ya podemos ver determinadas fortalezas del carácter, si bien es verdad que la personalidad se va a ir formando a lo largo de toda la niñez y la adolescencia”, expone Álava.

“A los 4-5 años ya podemos ver ciertas fortalezas del carácter, si bien la personalidad se va a ir formando en toda la niñez y adolescencia”

Silvia Álava

Cuando se identifican, es posible incrementar las emociones positivas. “El bienestar se asocia no sólo con la ausencia de enfermedad, sino con la detección y potenciación de las fortalezas de la persona. Es importante buscar apoyos para reforzar los déficits, pero es igualmente necesario poner atención en las experiencias positivas de los niños y enfatizar el desarrollo de sus habilidades. Así se alimenta su autoestima y disminuyen los comportamientos problemáticos”, advierte Campo.

Asimismo, la experta anima a trabajar con ellas cuanto antes mejor: “Facilitar el reconocimiento de sus propias fortalezas y animarle a que las ponga en marcha debería estar incorporado en el día a día de la familia. La investigación indica que estos puntos fuertes de carácter actúan como factores de protección”. Prevenir problemas de conducta y propiciar las condiciones para un crecimiento pleno son otros de los beneficios de detectarlas.

Las fortalezas son más que intereses

Es importante no confundir las fortalezas del niño con sus intereses. Son conceptos relacionados, pero las fortalezas tiene un alcance más específico. Las virtudes son sentimientos positivos que acompañan al niño cuando desempeña determinadas acciones concretas. Y es en aquellas áreas donde son fuertes las que se desarrollan como intereses.

Por ejemplo, dos niños pueden mostrar interés por los animales, pero uno de ellos disfrutar cuidándolos, mientras otro lo hace entrenándolos. Ambos tendrían el mismo interés, pero fortalezas diferentes.

“Cuando el niño es consciente de que tiene facilidad para desempeñar una tarea, alcanzará un mayor compromiso con ella. A todos nos gusta comprobar nuestros puntos fuertes y tendemos a involucrarnos en actividades que, implicando cierto grado de dificultad, se nos dan bien”, añade Ruano.

Las fortalezas no son preferencias

También debemos diferenciar fortalezas y preferencias. Que tu hijo sea bueno en mates no es una fortaleza, sino algo relacionado con sus preferencias. “La fortaleza es una virtud, está más ligada al carácter. Lo demás son procesos relacionados con la inteligencia. En este ámbito se encuentran la planificación, la capacidad de expresión verbal, el razonamiento lógico, abstracto o matemático, por ejemplo. Hay que diferenciar ambos. Estos últimos están relacionados con las diferentes formas de inteligencia”, cuenta Álava. Y la inteligencia no va ligada a la felicidad, mientras que las fortalezas sí aumentan el bienestar.

Sin embargo, también es importante detectar las preferencias y trabajarlas. Además, estas pueden ser un catalizador para detectar otros aspectos que necesiten un refuerzo. “Por ejemplo, la planificación es un proceso que se puede entrenar, pero hay gente que es más planificada u organizada que otra. Por eso es importante detectar en qué son buenos nuestros hijos y trabajar aquellas parcelas en las que no lo son. Ya que un mínimo de planificación necesita todo el mundo en su día a día”, continúa la psicóloga.

Es importante conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles tanto a nivel de procesos como de virtudes del niño para ponerlo al servicio del método de enseñanza. “Así se podría aplicar una educación lo más personalizada posible. Hay niños que funcionan bien en cualquier tipo de circunstancia. Pero existen casos en los que no hacerlo puede conllevar el fracaso del pequeño”, expone Álava. Y añade que en torno a los seis años es un buen momento para adaptarla.

La psicóloga concluye subrayando que identificar el carácter y preferencias de los hijos es una forma de ayudar a los padres a aceptar cómo son: “Asimismo sabrán qué pueden potenciar y cómo ayudarles a mejorar”.

FUENTE: LaVanguardia.com

Cómo conseguir lo que te propongas, en Saber Vivir

Aprender un nuevo idioma, ir más al gimnasio, comer mejor, dejar de fumar… Ahora que estamos a principios de año, es el momento perfecto para plantearnos cómo vamos a afrontar este 2020.

Pero claro, los propósitos hay que cumplirlos y para eso nada como los consejos que os vamos a dar en Saber Vivir. ¡mira!

http://www.rtve.es/alacarta/videos/saber-vivir/como-conseguir-propongas/5491541/

Comunicación Afectiva Efectiva” en La Coruña. Taller para familias de niños y niñas con discapacidad

El próximo sábado 25 de enero trabajaremos cómo comunicar en positivo.

¿Cómo nos comunicamos con las personas de nuestro entorno? ¿Tenemos en cuenta las emociones de nuestra pareja cuando hablamos? ¿Y de nuestros hijos e hijas? ¿Prestamos atención a la comunicación no verbal? La comunicación es la base desde la que se construye una buena relación, ya sea de pareja, familiar, filial o de amistad, y en una familia con niños con discapacidad los problemas de comunicación pueden llegar a agravarse con facilidad. 

Para ayudar a las familias a mejorar la comunicación y, por tanto, su bienestar personal y familiar, hemos creado el taller “Comunicación Afectiva Efectiva”. Un taller en el que la profesional Silvia Álava explicará herramientas que ayuden a identificar problemas de comunicación y estrategias para el manejo de las situaciones estresantes del día a día de una manera asertiva.

Un taller que el próximo sábado 25 de enero llega a La Coruña para aprender sobre escucha activa, comunicación no verbal, empatía, conflictos y solución de problemas, estilos de comunicación y muchos más temas interesantes.

DATOS DEL TALLER

FECHA: 25 de enero de 2020

HORARIO: 9:30-14:00

LUGAR:   AC Hotel A Coruña (Rua Enrique Mariñas Romero, 34, 15009 A Coruña)

IMPARTIDO POR: Silvia Álava, psicóloga clínica especialista en inteligencia emocional

SERVICIO DE GUARDERÍA LUDOTECA:

Contamos con un servicio de guardería en el que nuestro programa de voluntariado crea un espacio lúdico para niños y niñas con discapacidad, así como sus hermanos y hermanas.

Apúntate haciendo click aquí

Cuando el sueño del bebé mantiene en vela a la familia. Colaboración con El Correo

¿Es verdad eso de que los niños duermen del tirón? ¿O es más real eso de que se despiertan cuatro o cinco veces? Un pediatra y una psicóloga opinan

Por YOLANDA VEIGA

Se acordarán los talluditos de Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Colitas y Cuquín, los peques de la televisiva familia Telerín. Aquella cuadrillita que en los años 60 se llevaba a los peques a la cama a una hora prudencial. Y en un abrir y cerrar de ojos, nunca mejor dicho, esas criaturas ya estaban dormidas: ‘Zzzzz’… la noche del tirón. Sí, es ficción. Bien lo saben esos padres y madres angustiados porque la niña duerme mal. O se despierta cada poco, o solo se duerme al pecho, o con el chupete, o en la cama con aita… Carlos González ha visto de todo esto y más. Como pediatra y como padre de tres niños. Y la experiencia por ambos lados le ha hecho llegar a una conclusión francamente tranquilizadora: «No sé si tu hijo recogerá los juguetes o aprobará con notable el Bachiller, pero lo que sé seguro es que comerá y dormirá». Ahora bien, cuándo y cómo es lo que trae de cabeza a muchas familias.

El sueño del bebé es algo que estresa mucho a las familias

Lo ve todos los días en su consulta Silvia Álava, del gabinete psicológico Alava Reyes. «El sueño del bebé es algo que estresa mucho a las familias porque una de las funciones del descanso en adultos es poner a cero los niveles de ansiedad. Si no dormimos nos entra nerviosismo y entramos en un círculo en el que la persona que tiene que transmitir calma al bebé le transmite angustia. Y eso lo perciben. «Así que el primer paso es la calma», coinciden ambos especialistas.

Otro punto de partida: a nuestra hija o nuestro hijo no le pasa nada. «Los pades somos víctimas de un engaño. Nos han hecho creer que lo habitual es que los niños duerman del tirón y no lo es. Probablemente con tres meses lo sea, pero a partir de los cuatro muchos empiezan a despertarse cada hora y media». Y es en ese momento cuando «los padres entran en pánico porque creen que no es normal».

Y empiezan los experimentos: le saco de la habitación, le duermo en brazos y luego a la cuna, le canto, le leo, le doy un masaje, le baño después de cenar… «Lo importante es que concretemos una rutina de sueño. El problema es que cada día hacemos una cosa y para que haya aprendizaje tiene que haber repetición», insiste Álava. Y ofrece una pauta que puede ser otra: «Cenar, un baño de agua templada, un masaje y cantar».

El debate de siempre, ¿el bebé en la cama o en la cuna, en la habitación de los padres o en la suya?

Carlos González: La recomendación médica es clarísima, hasta los seis meses el bebé debe estar en la habitación de los padres. Lo de la cama o la cuna ya es más delicado, aunque si la madre o el padre fuman, beben o son obesos, en la cuna. Si no se dan esas circunstancias es indiferente.

¿Y a partir de los seis meses? Silvia Álava apuesta por ir dejándole en su propio cuarto de manera progresiva. «No se puede hacer de un día para otro porque es la hecatombe, pero podemos probar a enseñarle a dormir solito acostándonos con él o con ella en la cama. Le tocamos, le hablamos suave… hasta que se duerma. Cuando hayamos conseguido eso le acompañamos hasta que se quede dormido pero ya no tumbados, sino sentados en una silla, que iremos retirando poco a poco hasta lograr que no sea necesario que estemos con él o con ella».

Carlos González, sin embargo, rechaza los métodos de manual, empezando por ese que defiende que les dejes llorar hasta que se cansen y se duerman. «Yo no digo que no funcione, pero ¿quieres que tú hijo aprendar a dormir así? ¿Quieres enseñar a tu hijo que pese a que llore no vas a ir? Porque yo no quiero. Mi hija pequeña tiene 28 años y yo le he enseñado que en cualquier momentro del día o de la noche me puede llamar e iré. Ahora vive fuera y si me llamara de madrugada cogería un avión al día siguiente. Yo les diría a esas madres y padres preocupados que aprovechen, que es muy poco el tiempo en que los peques nos necesitan tanto y nos quieren con locura. Que dentro de unos años la preocupación será: ‘¿por qué no llama por teléfono más a menudo?’».

¿Y dormirles al pecho? ¿Duermen peor los que maman?

Carlos González: Hay algún pequeño estudio que defiende que los niños nada más destetarse duermen más, pero como norma general darle el pecho no hace que duerma peor.

Silvia Álava: Lo ideal es que no se duerman mientras maman. Tienen que aprender que el pecho es para comer, no es una herramienta para dormir. Ni un biberón.

Carlos González: A mí me hace gracia cuando la gente dice que le da un masaje y funciona. Estupendo, pero ¿cuándo se despierte a las tres de la mañana llorando, qué haces, te levantas y le das el masaje? Sin embargo, cuando una madre dice que la teta es mano de santo no se ve igual. ¡Pero si es más rápido, cómodo y barato!

Lo del masaje es opcional pero lo que genera consenso y no hay atisbo de duda es en la crencia de que al niño hay que proporcionarle un entorno sosegado antes de ir a la cama. «Si antes de acostarse está corriendo, gritando, viendo la tele… su nivel de actividad es importante y no se va a dormir». Así que «luces bajas, tono calmado, cuento o canción suave…».

A la preocupación de que se duerma pronto se suma otra: ¿cuántas horas debe dormir? ¿de cuánto tiene que ser la siesta? A estas preguntas responde Carlos González con un experimento: «Busca fotos en Google de madres con sus hijos. Verás que en casi todas aparecen mujeres sonrientes diciendo algo al bebé. Ahora busca mujeres africanas con bebés y verás que en casi todas aparecen madres con los niños a la espalda haciendo labores mientras les llevan. A esos bebés su madres no les duermen, que solo es algo que solo hacen las madres occidentales y los anestesistas. Dormir es un verbo intransitivo, no dormimos a alguien. La gente se duerme. Y esos bebés africanos se duermen de manera natural mientras su madres hace otra cosa».

En todo caso, hay unos estándares respecto a las horas de sueño que se cumplen casi siempre. Aunque hay algo mejor que los estándares, advierte González. Y es la seguridad de que «cada niño duerme lo que tiene que dormir». Aunque, matiza la psicóloga, «en nuestro país tendemos a dormir poco». Lo que supone un problema más «en la adolescencia que en la infancia».

Si quieres más información o asesoramiento de este u otros temas no dudes en ponerte en contacto conmigo.

FUENTE: Diario El Correo

Convertimos el “Blue Monday”, el lunes más triste del año, en un día feliz. Colaboración con Agencia EFE

El “Blue Monday”, este año el lunes 16 de enero, está considerado el día más triste del año por una fórmula matemática donde se incluyen tres factores: el clima, la cuesta de enero y el abandono de nuestros propósitos de año nuevo. En EFEsalud queremos acabar con la tristeza y dar paso a la felicidad. ¿Cómo combatir la tristeza?, ¿Cuáles son las claves para alcanzar la felicidad?, ¿Cómo hacer mis metas realidad? y ¿Cómo mantenerme feliz?

Si pensamos en los tres agentes involucrados en esta fórmula, sí que nos suelen afectar normalmente porque no sentimos lo mismo cuando hace sol que cuando llueve; el buen tiempo hace que nos apetezca salir más a la calle.

Disfrutemos del clima, sea cual sea. EFE/Miguel Angel Molina

En el caso de los propósitos, sí que es verdad que los arrancamos con mucha energía y poco a poco se van diluyendo pero…¡Sólo estamos en la tercera semana del mes, así que paciencia!; y en tercer lugar, la cuesta de enero es normal porque venimos de las Navidades donde hay muchos gastos, pero tranquilos que ya queda poco para cobrar.

EFEsalud ha hablado con tres psicólogas para tratar este tema, queremos darle la vuelta a la tortilla y convertirlo en un día feliz, o aunque sea, en un día donde no os sintáis tristes con todas estas recomendaciones.

Circunstancias externas

Silvia Álava, psicóloga de la Clínica Álava Reyes, garantiza que estos factores no nos tienen por qué afectar porque “las variables de la felicidad están siempre en uno mismo y en la forma de interpretar la vida”.

“Los últimos estudios dicen que las circunstancias externas sólo tienen un 10% de peso en nuestra felicidad. Y un porcentaje importante, un 40%, depende de mi actividad emocional y de las cosas que yo haga para estar feliz”, cuenta la experta.

No tenemos que pensar que porque sea “Blue Monday” y exista una fórmula matemática, realmente será el día más triste del año porque siempre va a depender “de cómo cada uno interprete la realidad”.

¡A por él LUNES!

Además de todos esos factores, es Lunes y  es una excusa más para ser un “mal día” porque es el inicio de la semana de trabajo.

Sonríe. EFE/Narendra Shrestha

Depende de “cómo te tomes las cosas”, si eres una persona negativa que piensa: “qué mal, otra semana por delante, ya se ha acabado lo bueno”, evidentemente se te hará un día muy complicado.

Silvia Álava recomienda no ser ni negativos, ni positivos, sino que seamos neutros: “Lánzate mensajes objetivos como es lunes y tengo que trabajar y así no tendrás ansiedad ni tristeza. Debemos decirnos que aunque sea lunes, no quiere decir que sea un mal día o que vaya a ser peor que otros”.

Controlar la ansiedad

La ansiedad se puede controlar con 2 pasos; según la experta debemos ser capaces de:

  1. Saber qué pensamientos son los que han generado esa tristeza o ansiedad.
  2. Hacer unos “procesos de recovery” para recargar las pilas. “Cada persona tiene que ver qué le hace sentir mejor: hacer deporte, llamar a los amigos, disfrutar de mi hijo/a, hacer meditación personal, etc”, explica la psicóloga.

“La cuestión es buscar pequeños momentos en el día para que nos retroalimentemos en positivo y que nos sirva para buscar fuerzas y energías”, detalla Silvia Álava.

Cómo alcanzar la felicidad

Se han estudiado bastante cosas que son precursoras de la felicidad pero “no hay una clave para conseguirla, porque cada uno tiene su propia llave de la felicidad”, explica la psicóloga Silvia Álava.

Una mujer corre por un parque. EFE/Franck Robichon

Hay cosas que nos hacen sentir mejor y más felices como:

  • Ser agradecido: cuando una persona hace algo por ti y lo agradeces de verdad, te hace sentir mejor.
  •  Hacer cosas por los demás: cuando hacemos cosas por los demás, nos sentimos más felices.
  • Practicar deporte: nos ayuda a segregar endorfinas para sentirnos más felices.
  • Respetar los hábitos de sueño y de vida sana: dormir y comer bien son básicos para la salud y para la felicidad.

Metas claras

Judit March, psicóloga de la clínica JM Psicologia y experta de Doctoralia, asegura que debemos diferenciar entre propósitos y metas. “Los propósitos son conceptos ambiguos y difusos, nos ayudan más a progresar las metas u objetivos claros y concretos”.

Da una serie de pautas, para que hagamos de esas metas una realidad:

  • Deben ser metas factibles,  por las que podamos luchar por ellas.
  • Deben ser específicas porque si son difusas, las terminaremos desechando. “Por ejemplo, si uno se propone ir al gimnasio es importante concretar bien los días en los que se irá a entrenar”.
  • No se debe perder de vista la realidad y asegurarnos de que existen probabilidades de que nuestros objetivos se cumplan.
  • Debemos ponernos una fecha límite para saber bien qué plazo tendremos para conseguirlos y favorecer la motivación.
  • Nuestros objetivos han de ser evaluables para controlar si los estamos cumpliendo de verdad o si necesitamos cambiar de estrategia para lograrlos.

Motivación, a fondo

La motivación no debe faltar a la hora de alcanzar nuestras metas, March asegura que existen tres grandes “saboteadores” de nuestra motivación que nos alejan de nuestros objetivos:

EPA/MAST IRHAM

  1. La hiperexigencia: “las personas demasiado exigentes consigo mismas, se sabotean solas si no hacen todo perfectamente bien. Hay que darse el permiso a fallar un día en la meta, pero nunca dos. Cuando estés agotado, descansa y después vuelve a abordar el tema con perspectiva”, aconseja la psicóloga.
  2. El miedo: es normal experimentar inquietud cuando nos disponemos a conseguir algo que se encuentra fuera de nuestra zona de confort, pero debemos superarlo.
  3. La procrastinación: consiste en ir retrasando las tareas necesarias para llegar a nuestro objetivo, y es la culpable de que año tras año repitamos los mismos propósitos en nuestra lista. Una buena estrategia es empezar con la parte más sencilla de la tarea hasta finalizarla.

Alejar los pensamientos negativos

Lecina Fernández, psicóloga clínica y directora del Laboratorio de Ilusión, explica que “la tristeza es lo que más se aleja de la ilusión y que aunque estemos tristes, algo tan simple como buscarla será importante para que combatirla.

EFE/SÓLO USO EDITORIAL

Afirma que podemos alejar los pensamientos negativos “con otros que nos enfoquen hacia nuestro horizonte y nos ayuden a saltar los obstáculos” a través  de la construcción y vivencias de ilusiones.

Para estar en un estado de bienestar emocional estable en el tiempo, Lecina Fernández, insiste en que la clave reside en “mantener viva la ilusión”.

¿Su receta? Dedicarnos “un minuto de ilusión cada día, para pensar, estimular y recuperar nuestro interior”.

¿Eres una madre o padre helicóptero? En Cadena Dial

Por Nuria Serena

Lo eres si contestas “” a cualquiera de estas tres preguntas:

  • ¿Estás pendiente de las necesidades de tu hijo de forma constante?
  • ¿Te angustia el futuro de tu hijo?
  • ¿Estas obsesionado con el rendimiento académico de tu hijo?

Pues si has hecho triplete, tu hijo y tú tenéis un problema, eres una madre o padre helicóptero.

Una madre o padre helicóptero es aquella o aquel que sobrevuela constantemente sobre la vida de su hijo:

le acompaña a una entrevista de trabajo, rellena solicitudes y formularios por él, está preocupado por satisfacer a todas horas sus necesidades, sus deseos y le angustia su futuro.

El término es muy popular en EEUU -donde uno de cada 10 estudiantes tiene este tipo de padres- y, como todo, de unos años a esta parte, el “fenómeno” ha llegado también a España.

Buena parte de culpa la tiene la permanente “crisis” que ha inmerso a las familias en una inseguridad por el futuro. La frase “nuestros hijos vivirán peor que sus padres” es un “mantra” que todo el mundo ha interiorizado. Y esto provoca miedo a un crecimiento de las desigualdades sociales, lo que influye en la perspectiva que los progenitores tienen de la educación: más permisiva o más estricta.

Los padres deciden si utilizan un estilo autoritario, persuasivo o permisivo en función de los costes y beneficios que les reporta cada uno. En los años 60 y 70, por ejemplo, se llevaba ser permisivo, entre otras cosas porque los trabajadores poco cualificados ganaban casi tanto como los cualificados y los padres podían permitirse fomentar la imaginación y la independencia de los niños frente a otros valores, como el trabajo puro y duro.

La crisis y la desigualdad económica hacen a los padres más controladores con sus hijos

“Los últimos 30 años, por el contrario, se han caracterizado por una creciente desigualdad que se ha visto acompañada por el aumento de los rendimientos asociados a la educación. Los niños que no logran completar su educación ya no pueden aspirar a una vida de clase media y, en consecuencia, los padres han redoblado sus esfuerzos para asegurar el éxito de sus hijos”, explica Fabrizio Zilibotti, catedrático de Macroeconomía y Economía Política de la Universidad de Zurich.

Y es que la exigencia de los padres no siempre es bien trasladada y, en vez de acompañarles, les sustituye

Por eso, hay cada vez más madres/padres helicóptero, madres/padres apisonadora (que allanan el camino para que su hijo no tenga dificultades) y madres/padres guardaespaldas (que se convierten en la sombra de sus hijos para que nada ni nadie pueda dañarles).

Lo hacen con buena intención y con mucho cariño,

pero, en ese afán por controlarlo todo, acaban anulando la independencia y la autonomía de los críos. Según los expertos, éste es “uno de los mayores errores en la educación de los hijos”.

Los niños con padres sobreprotectores desarrollan menos competencias emocionales y a la larga son más inseguros, advierte la psicóloga Silvia Álava, autora del libro Queremos hijos felices.

En cada momento del crecimiento de la persona, ésta debe pelear por sus propias batallas. Debemos darnos cuenta de que no ayudamos a nuestros hijos dándoles la solución, sino prestándoles el apoyo desde fuera. Si en la adolescencia los chicos no toman decisiones, nunca tomarán la iniciativa y esto producirá disfunciones sociales tremendas en todos los niveles“, sentencia José Antonio Marina.

FUENTE: CadenaDial.com

Niños «youtubers», ¿un negocio cada vez más polémico? Colaboración con la Agencia EFE

Por Marta Ostiz.

Los Niños youtubers forman parte de un fenómeno que puede llegar a ser muy lucrativo, pero que no está exento de polémica por la sobreexposición que sufren

Comienza el vídeo y una sonriente niña cuidadosamente vestida y peinada se dirige a la cámara para saludar a sus 3,26 millones de suscriptores y mostrar el mercadillo de Navidad que ha organizado en su jardín con decenas de juguetes, un castillo de princesa y una casa en miniatura.

Es una muestra de los muchos menores que triunfan en internet y forman parte de un fenómeno -los niños youtubers- que puede llegar a ser muy lucrativo, pero que no está exento de polémica por la sobreexposición que sufren y los mensajes que lanzan, hiperconsumistas y plagados de estereotipos de género.

Se trata casi de un trabajo

Grabados por sus padres, los menores escenifican distintas actividades o abren las cajas de multitud de juguetes, los montan y durante un buen rato juegan con los productos que figurarán después en las cartas a los Reyes Magos de los niños españoles.

En algunos casos se ha convertido en casi un trabajo. «No es que el niño grabe un vídeo porque le gusta o le apetece, sino que tiene una relación contractual con una casa de juguetes y no juega con lo que quiere, como quiere y cuando quiere, sino que es un adulto el que le dice lo que tiene que hacer».

Así lo advierte a Efe la doctora el Psicología Silvia Álava, que alerta de los efectos nocivos que puede tener para estos menores la sobreexposición y la sensación de vivir en un mundo irreal.

«En la vida real nadie te manda juguetes para que grabes un vídeo y te paguen dinero», y eso es lo que ven los millones de suscriptores que tienen esas cuentas, en muchos casos, niños muy pequeños.

Desde Save the Children, Carmela del Moral, analista jurídica de Derechos de la Infancia, advierte de que «no se debe demonizar» todo lo que viene de las nuevas tecnologías porque también es una forma de expresarse, pero admite que hay casos «complicados».

Explica que en el caso de los niños youtubers lo preocupante sería si protagonizar este tipo de vídeos les impide disfrutar de otros derechos como la educación o el ocio. «Se trata de saber cuánto es un trabajo y cuánto se puede regular, igual que hay limitaciones en el caso de los niños actores», apunta.

Sin regulación

Pero la realidad es que internet ha avanzado mucho más rápido que las leyes y no hay una regulación al respecto. El fiscal de Sala de Menores, Javier Huete, recuerda a Efe que se trata de niños que tienen progenitores y no se encuentran en ninguna de las situaciones en las que interviene la Unidad de Menores de la Fiscalía General del Estado.

«Nosotros intervenimos cuando detectamos que se está utilizando a los niños en campañas para obtener dinero a través de una estafa», como en el caso de menores enfermos.

Con los niños youtubers, al igual que con los actores, hay que buscar que no sufran un perjuicio en su escolarización. «Si tuviéramos un caso de absentismo escolar intervendríamos y en algunas circunstancias se podría entender que hay una comisión de hechos delictivos por abandono de las obligaciones familiares».

Pero advierte de que «de la mera exposición de los niños no se deriva que exista un incumplimiento de la obligación de escolarización. No es tan fácil».

Como pronóstico personal, Huete cree que cuando estos niños sean mayores y se encuentren con que su vida ha estado expuesta, muchos van a decir que no lo han consentido y que ahora les está afectando.

Pone el ejemplo de cuando busquen trabajo en el futuro. Las empresas podrán encontrar en internet situaciones que los padres consideran graciosas, pero en las que a los niños no les va a gustar.

Huella digital

La huella digital va a perseguir a estos menores en su edad adulta. Es el resultado de una hiperexposición para la que no han prestado su consentimiento, como recuerda Carmela del Moral.

A partir de los 14 años los niños pueden ejercer el derecho a su propia imagen, pero antes son los padres los que autorizan. «Cuando son muy pequeños hay que cuestionarse la implicación que tiene para su desarrollo y los valores que se están promoviendo», señala del Moral.

Silvia Álava apunta que hay padres que buscan realizarse a través de los hijos. El riesgo está en generar unas expectativas y que el niño acabe frustrado, porque cuando quiera dejar de participar en los vídeos sienta que no tiene escapatoria.

La psicóloga habla de los efectos negativos de la fama a edades tempranas y las dificultades a la hora de diferenciar entre su vida pública y la real (el colegio y sus amigos). Cree que a medio plazo estos pequeños pueden desarrollar complicaciones como el hecho de no saber valorar lo que tienen o estar alejados de la realidad.

Otra de las patas de este fenómeno son los consumidores de los vídeos, niños pequeños que pueden confundir lo que están viendo con la vida real. «Es bueno que los padres nos sentemos con ellos para enseñarles a ser más críticos».

Obligación de los padres

La especialista en Políticas de Infancia de Unicef Comité Español, Almudena Olaguibel, incide en que son los padres los primeros que tienen la obligación de proteger a sus hijos.

La Convención sobre los Derechos del Niño establece que no deben ser objeto de «injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación».

A juicio de Olaguibel, cuando este derecho entra en conflicto con la libertad de expresión hay que preguntarse si el menor está siendo instrumentado, si hay alguien manipulando los contenidos y si tiene la suficiente madurez como para aceptar las críticas.

Carmela del Moral reitera el deber de protección que tienen los padres, a quienes aconseja «pensar en el futuro de sus hijos y si les va a gustar tener esa huella digital en su pasado».

FUENTE: Diario ABC

#Podcast: Gestionar las emociones de los más pequeños el día de los Reyes Magos

Os adjunto el podcast de la colaboración de ayer en el programa Mediodía COPE en el que hablamos sobre cómo ayudar a los más pequeños a gestionar las emociones durante este día tan especial para ellos.

Las Navidades como oportunidad de aprendizaje. Colaboración con Padres y Colegios

Estamos en Navidades con todo lo que ello implica: decoración extrema con luces, árboles, belenes… tanto en las calles como en las casas. Es época de regalar y recibir regalos, de compartir tiempo en familia y con amigos… pero las Navidades también puede ser un tiempo estupendo para aprender y enseñar tanto a los niños como a los adolescentes, valores básicos, como la gratitud, el esfuerzo, la generosidad, la compasión…, y entrenar fortalezas del carácter que serán necesarias, como la perseverancia, o el compromiso.

En la Navidad tanto los niños como los adultos se muestran expectantes. Son días de ajetreo y movimiento. Para muchos niños y niñas, Navidad se asocia a la llegada de los Reyes Magos y Papá Noel. Los adultos debemos de pensar ¿es ese el mensaje principal de la Navidad que queremos trasmitir a nuestros hijos? Cada padre, madre y maestro debe de pensar cuál es el valor fundamental que quiere trasmitir en su familia y a sus alumnos y alumnas.

Así, en Navidades es habitual que la familia se reúna. Podemos aprovechar para:

-Trabajar los vínculos con los familiares que no están tan presentes en el día a día, como los abuelos, los tíos, primos… O para conocer más sobre su vida. Que no todo se centre en el niño o en la niña, que se sientan parte de un sistema mayor como es la familia, donde cada uno tiene su lugar y su función.

-Fomentar el trabajo en equipo. Las comidas familiares de muchos miembros suponen una importante carga de trabajo. Es el momento ideal para establecer equipos de trabajo en el que cada uno es responsable de una parte, como por ejemplo cocinar, poner la mesa, decorar la casa, recoger… .

-Trabajar la autonomía. Pidiendo que cada uno contribuya con lo que puede hacer en función de la edad o de sus posibilidades, adecuando la tarea a los más pequeños. De esa forma todos se sentirán parte del equipo y también aumentará su seguridad y autoestima. Los niños y niñas que participan de la tareas familiares se sienten más considerados en la familia.

-Podemos aprovechar las sobremesas para introducir juegos grupales en las que todos participen. Que no se queden siempre los adultos a conversar y los pequeños corran hacia las consolas. Juegos de mesa donde además de pasar un buen rato, se sigan las normas, se aprenda a tolerar la frustración… porque unas veces se gana y otras se pierde.

Además, la Navidad es época de regalos, vienen los Reyes Magos, Papá Noel… podemos aprovechar esta circunstancia para continuar trabajando los siguientes aspectos:

-Aprender a decidir. Si fuera por los niños, pedirían una infinidad de juguetes y no pondrían límite en la carta de regalos. Los Reyes Magos o Papá Noel, no pueden traer todos los juguetes que se piden. Por eso podemos utilizar esta circunstancia para que elijan aquello que más les gusta y aprendan a tomar decisiones. Que cada padre y cada madre decida el número máximo de regalos a pedir en la carta, teniendo en cuenta que muchas veces también se reciben presentes en casa de los tíos y de los abuelos. La evidencia científica nos dice que los niños no van a ser más felices por tener más juguetes. Debemos enseñarles en todo momento a valorar lo que tienen.

-Compartir. Seguro que hay muchos juguetes que han quedado relegados por otros que se utilizan más, o que están aparcados en la estantería o en el trastero. Esta fecha es estupenda para hacer una selección y donar a ONGs o parroquias todos aquellos juguetes o ropa que está en buen estado y ya no se utilizan.

-La generosidad. Se trata de compartir no solo aquellos juguetes que no se utilicen, sino nuestro tiempo, que puedan participar en actividades sociales organizadas en el barrio o en la comunidad, como visitar residencias de mayores, participar en recogidas de alimentos… que aprendan la importancia del compromiso y les permitamos sentirse bien haciendo cosas por los demás.

-Tolerar la frustración. Las cosas no siempre son y ocurren como a nosotros nos gustaría. Se trata de aprender a gestionar las emociones desagradables que manifestamos cuando algo no sale como uno espera y no quedarse secuestrado por las mismas, aprendiendo a ser flexible y siendo capaz de cambiar de plan o de opinión. La Navidad es un buen periodo para trabajarlo.

-Saber esperar. Esta época del año es especialmente propicia para trabajar la paciencia. Los niños saben que van a recibir regalos, que se van a juntar con los familiares, podemos aprovechar para trabajar con ellos la paciencia y que aprendan a esperar.

Y no nos olvidemos de mantener la ilusión y valorar tanto lo recibido a nivel material (los regalos), pero sobre todo las experiencias, el compartir los buenos ratos con la familia y amigos. Es algo que podemos y debemos hacer todo el año.

FUENTE: padresycolegios,com