¿Cuál es la incidencia de los trastornos del sueño infantil actualmente?

Diversos estudios sobre el tema estiman que el 35% de los niños menores de 5 años sufren problemas a la hora de acostarse, momento que tienden a evitar, piden que el adulto se quede con él hasta que se quede dormido, o se despiertan muchas veces por la noche.

Dentro de las “parasomnias”,  la literatura nos muestra, que el sonambulismo se da en un 10-15%; los terrores nocturnos en un 8-13%, las pesadillas en un 45%, “bruxismo”, (rechinar los dientes) en un 4%, y la  “somniloquia” (hablar durmiendo)  en un  21%.

 

¿Cómo podemos resolver los problemas de sueño de un bebé de menos de un año?

El ritmo biológico del recién nacido se repite cada 3 ó 4 horas, y a partir del tercer o cuarto mes de vida los bebés empiezan a hacer cambios en su ritmo biológico para abandonar progresivamente estos ciclos de 3-4 horas al ritmo biológico del adulto (24 horas). Para que el bebé pueda ajustar ese reloj biológico necesita unos estímulos externos, que serán precisamente los que los padres tendrán que aprender a manejar. Estos son:

Luz-oscuridad, ruido-silencio. Es por eso que cuando los bebés duermen durante el día, no debemos hacer nada por mitigar el ruido de la habitación, es bueno que dejemos que entre la luz solar, sin embargo, por la noche sí que se aconseja acostarlo en la cunita sin luz y sin ruidos, y procurando que esté lo más cómodo posible, con el pañal cambiado, los gases expulsados… Esto es fundamental para que puedan distinguir entre sueño y vigilia.

Nos ayudará el establecer una rutina, con horarios fijos para la comida, el baño y la hora de irse a la cama. El baño antes de dormir  ayudará a relajar al niño.

Pero también es fundamental enseñar a los bebés desde pequeños a adquirir unos correctos hábitos de sueño, permitirles que se duerman ellos solos en su cunita, pueden tener un muñeco, el chupete…, que les ayude a asociar que ha llegado el momento de dormir… pero que el adulto no se quede cantándole o meciéndole hasta que se quede dormido.  Para favorecer este aprendizaje, debemos establecer una rutina y hacer todos los días lo mismo, y sobre todo los adultos deben de estar  muy tranquilos para que sean capaces de trasmitir seguridad y tranquilidad al niño. Si estamos inseguros se lo trasmitimos al niño, quien por supuesto lo nota, se inquieta y eso le dificulta conciliar el sueño. Los adultos deben de transmitir seguridad al niño, para que entienda que quedarse solo es normal y que no le va a pasar nada. Si nos vamos con dudas o con sentimiento de culpabilidad por dejarlo solo, el niño se dará cuenta, se pondrá nervioso y le costará mucho más dormirse.

A partir del medio año de vida los niños son capaces de dormirse solos, a oscuras en su cuarto, y dormir toda la noche de un tirón, lo que ocurre muchas veces es que no les hemos dejado la oportunidad de que aprendan a dormirse solos. Si les enseñamos hábitos correctos, conseguiremos prevenir en gran parte los problemas de sueño en el niño.

Los niños que a los 5 años no han superado los problemas de sueño tienen más posibilidades de padecerlos a lo largo de su vida, que otros que duerman bien.

 

¿A partir de qué edad puede aparecer este tipo de trastorno?

En el Centro de Psicología Álava Reyes cada vez vemos a padres de niños más pequeños. Padres con niños de seis meses de edad, ya nos han pedido ayuda, porque veían que su hijo apenas dormía y estaban literalmente agotados. A mayor edad del niño, mayor irritabilidad tanto en los padres como en los hijos.

Trastornos como las “parasomnias” (fenómenos que ocurren durante el sueño, como pueden ser el “sonambulismo”, el “bruxismo”, -rechinar los dientes-, la “somniloquia” -hablar durmiendo-)  tienen la mayor incidencia entre los tres y seis años. Los terrores nocturnos y las pesadillas suelen aparecer alrededor de los dos – tres años; los movimientos de “automecimiento”, se suelen iniciar hacia los 9 meses hasta los dos años. Aunque durante la infancia no suelen ser graves, en ocasiones puedan perturbar la vida familiar.

 

¿Cuáles son las causas más frecuentes del trastorno de sueño infantil?

En la mayoría de los casos, (en torno al 98%) suele deberse a malos hábitos establecidos. No son niños que padezcan una enfermedad, ni tienen problemas psicológicos, si no que no les hemos dejado que aprendan a dormir solos. Si estamos con ellos hasta que se queden dormidos, es habitual que si se despiertan extrañen al adulto y le llamen, y que no quieran quedarse solos hasta que se duerman. Éste es un hábito que tienen que aprender, y para el que están preparados desde antes de lo que nos imaginamos.

Las pesadillas, muchas veces vienen provocados por alguna película que han podido ver, una historia que les han contado, el miedo a que venga un monstruo o un ladrón… es muy habitual que los niños pasen por fases de miedo, pero en estos casos al permitir que el niño duerma con el adulto, sin quererlo estamos reforzando ese miedo, pues la ganancia secundaria del niño que duerme en la cama con papá y mamá hace que el miedo se enquiste y no desparezca. De todas formas en ocasiones el miedo del niño es de tal intensidad que se hace necesario entrenarle en estrategias de autocontrol y relajación para poder superarlo.

 

La estrategia clave para conseguir nuestros objetivos es la Automotivación

La estrategia clave para conseguir nuestros objetivos es la Automotivación, es decir, la capacidad para motivarse a uno mismo, y generar fuerzas desde nuestro interior que nos guíen y que nos implusen a realizar las cosas. No esperar a que estímulos externos nos pongan las pilas. Cuando somos capaces de motivarnos por nosotros mismos, nos fortalecemos, y la posibilidad de conseguir nuestros objetivos, aumenta considerablemente.

Cuando somos pequeños, realizamos las cosas para recibir el refuerzo y la atención de los que nos rodean. A un niño la motivación que sus padres le digan qué bien los haces, ya le sirve, por ejemplo, para impulsar su aprendizaje lectoescritor, él quiere leer como todos su compañeros de la clase.

De adultos, esta estrategia ya no nos vale. Muchas veces no es posible encontrar un reforzador externo, (alguien que nos premie por nuestra actuación), y es por eso que, en muchas ocasiones, gran parte de los objetivos que nos planteamos a principio de año, se quedan olvidados y relegados en un rincón de nuestra mente.

Se trata de aprender a orientarnos hacia el logro, obteniendo como beneficio la satisfacción por el esfuerzo realizado, disfrutar no solo del objetivo conseguido, sino del proceso, del día a día en el que nos esforzamos por realizarlo. La ilusión y el optimismo que creamos nos ayuda a conseguir nuestros retos con más facilidad y a sentirnos con fuerzas para enfrentarnos a los siguientes.

 

¿Cómo conseguir objetivos?

Os dejo un par de frases sobre las que os invito a reflexionar sobre el tema de estos días: ¿cómo conseguir objetivos?

“La primera condición para hacer algo, es no querer hacerlo todo al mismo tiempo”

Tristan de Athayde

“Lo que importa verdaderamente no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos para lograrlos”

Peter Bamm

 

Entrevista con Leticia Arenas de Radio Nacional de España

Hoy se emite la entrevista que he tenido con Leticia Arenas (de Radio Nacional de España) dando algunas pistas a los Reyes Magos para acertar con los juguetes.

Nos encontramos ante una de las noches mágicas del año en la que niños y mayores nos llenamos de ilusión, disfrutemos de ella sin esperar grandes regalos (de esta forma no nos llevaremos una desilusión), las pequeñas sorpresas (no obligatoriamente de caracter físico) pueden reportarnos mucha más satisfacción.

Empezar con buen pie el 2011. ¿Cómo conseguir los objetivos marcardos?

Tres reglas fundamentales para conseguir nuestros objetivos propuestos:

  1. Elabora un plan de acción para conseguirlos. Ya tienes clara cuál es tu meta, ¡perfecto!, ahora hay que dividirla en pequeños objetivos a realizar cada día, la idea es ir de los global a lo específico, partimos de los objetivos globales que queremos conseguir, luego deberemos marcarnos las tareas mensuales, semanales y finalmente las diarias.
  2. Reserva el momento en tu agenda, el tiempo dedicado a cumplir tus objetivos, si no lo haces, al final tendemos a llenar el hueco con otras actividades que se podrían haber realizado en menos tiempo.
  3. Las intenciones, sin estrategias, sin planes de acción, no sirven, y es prácticamente seguro que no las llevaremos a cabo. La intención no basta, hay que aplicar voluntad como dice un proverbio chino “hablando no se cuece el arroz”.

Empezar con buen pie el 2011. ¿Cómo marcarnos objetivos?

Ya tenemos aquí el nuevo año, el 2011, llega el momento de hacer balance del anterior y de lanzarnos en nuevos proyectos que cumplir, así que empecemos a elaborar estrategias para conseguirlos, os adjunto los 5 primeras reglas:

  1. Concretemos los objetivos para el 2011.
  2. Pongámonos metas y objetivos que sean realistas. Debemos de tener en cuenta nuestra situación presente y nuestras posibilidades. Las metas en un principio tienen que ser menos ambiciosas de lo que nos gustaría. (Si no haces deporte casi desde el colegio, tu objetivo no puede ser correr un triatlón en dos meses, empieza por ponerte en forma y practicar deporte dos o tres días en semana).
  3. Los objetivos deben ser concretos. Es más fácil de conseguir un objetivo concreto, por ejemplo, no vale “voy a mejorar mi relación de pareja”, sino que hay que objetivar eso que queremos mejorar, por ejemplo,  “Voy a reservarme para hacer un día a la semana un plan con mi pareja”. O “no me voy a enfadar cuando me pida que haga algo que no me gusta, lo voy a negociar”.
  4. Los objetivos marcados deben depender de ti mismo, no de los demás. Por ejemplo, mi objetivo no puede ser que mi hijo apruebe, que mi pareja haga… no son cosas que dependen directamente de nosotros. Una buena forma de reformular estos objetivos sería: “voy a ayudar a mi hijo para que apruebe”, o “voy a ayudar a mi pareja, para que consiga hacer…”.
  5. Incluye varias áreas en tus objetivos. Muchas veces focalizamos nuestros objetivos en una única área, a la que dedicamos muhco esfuerzo, y esto puede hacer que el resto se tambaleen, es por eso que es bueno, incluir varias áreas en nuestros objetivos (A nivel familiar, a nivel profesional, a nivel de pareja, a nivel de ocio y tiempo libre, a nivel personal…), podemos ordenarlas por dificultad, y según se vayan cumpliendo las primeras, esto nos reforzará y nos dará fuerzas y nos automotivará para continuar con los siguientes.